/ jueves 19 de mayo de 2022

Contra la UNAM

“El hábito de la desesperación, es peor que la desesperación misma”.

Albert Camus


Por enésima ocasión, el presidente López Obrador cuestionó a la UNAM, ya antes lo había hecho, a propósito del papel que, según él, jugó en el neoliberalismo. Sus dichos fueron rebatidos con la producción editorial del tema, la libertad de cátedra y la movilización estudiantil. Así, como con el papel que ha jugado la Universidad y su comunidad en la solidaridad con movimientos diversos, de manera destacada con el de las mujeres que han protestado contra el hostigamiento y la violencias que sufren.

Ahora, el inquilino de Palacio Nacional inventó que, “la UNAM, durante la pandemia, en vez de convocar a todos los médicos estudiantes a ayudar se fueron a sus casas”. Por supuesto, la UNAM respondió y lo hizo de manera contundente, al señalar que, “fue la autoridad sanitaria federal la que emitió un oficio el 19 de marzo de 2020, a través del cual suspendió todas las actividades de los ciclos clínicos de pregrado solicitando a los titulares de hospitales y jurisdicciones sanitarias que los estudiantes no acudieron a las instituciones de salud, y con base en ese documento, también se impidió el acceso a los internos de pregrado en los hospitales de primer y segundo nivel de atención”.

¿De qué habla AMLO?, ¿por qué recurre a una mentira para construir una imagen distorsionada de la UNAM y sus estudiantes de medicina? Y no se trata de indagar en los factores endógenos que tiene el presidente en su aparato cerebral. No es el tema. En realidad, la ataca por su carácter autónomo. Ahí no puede imponer a nadie. Quisiera tener una universidad obediente y manejable y ser él quien imponga al próximo rector. La libertad en la máxima casa de estudios es inaceptable para quien se siente dueño de México. Su estrategia consiste en atacar sin fundamento y después, una vez hecho el daño, buscar la negociación y presentarse como el adalid de la tolerancia. Este ejercicio es la muestra de lo peor del presidencialismo y del rancio nacionalismo. Se pretende eclipsar que el país se cae a pedazos, que está bañado en sangre, en tanto, AMLO sólo polariza y dialoga con su espejo.

¿Qué la UNAM tiene problemas graves, diversos y complejos? Por supuesto, la crítica es fundamental para mejorar. Hay que debatir en serio. Lo que es inaceptable es que se calumnie y se mienta. Díaz Ordaz lo hizo en el 68. Este ataque ratifica lo desesperado que está y conforme avance el sexenio aumentarán sus ridículos ataques, todo para ocultar su fracaso.

pedropenaloza@yahoo.com/Twitter:@pedro_penaloz

“El hábito de la desesperación, es peor que la desesperación misma”.

Albert Camus


Por enésima ocasión, el presidente López Obrador cuestionó a la UNAM, ya antes lo había hecho, a propósito del papel que, según él, jugó en el neoliberalismo. Sus dichos fueron rebatidos con la producción editorial del tema, la libertad de cátedra y la movilización estudiantil. Así, como con el papel que ha jugado la Universidad y su comunidad en la solidaridad con movimientos diversos, de manera destacada con el de las mujeres que han protestado contra el hostigamiento y la violencias que sufren.

Ahora, el inquilino de Palacio Nacional inventó que, “la UNAM, durante la pandemia, en vez de convocar a todos los médicos estudiantes a ayudar se fueron a sus casas”. Por supuesto, la UNAM respondió y lo hizo de manera contundente, al señalar que, “fue la autoridad sanitaria federal la que emitió un oficio el 19 de marzo de 2020, a través del cual suspendió todas las actividades de los ciclos clínicos de pregrado solicitando a los titulares de hospitales y jurisdicciones sanitarias que los estudiantes no acudieron a las instituciones de salud, y con base en ese documento, también se impidió el acceso a los internos de pregrado en los hospitales de primer y segundo nivel de atención”.

¿De qué habla AMLO?, ¿por qué recurre a una mentira para construir una imagen distorsionada de la UNAM y sus estudiantes de medicina? Y no se trata de indagar en los factores endógenos que tiene el presidente en su aparato cerebral. No es el tema. En realidad, la ataca por su carácter autónomo. Ahí no puede imponer a nadie. Quisiera tener una universidad obediente y manejable y ser él quien imponga al próximo rector. La libertad en la máxima casa de estudios es inaceptable para quien se siente dueño de México. Su estrategia consiste en atacar sin fundamento y después, una vez hecho el daño, buscar la negociación y presentarse como el adalid de la tolerancia. Este ejercicio es la muestra de lo peor del presidencialismo y del rancio nacionalismo. Se pretende eclipsar que el país se cae a pedazos, que está bañado en sangre, en tanto, AMLO sólo polariza y dialoga con su espejo.

¿Qué la UNAM tiene problemas graves, diversos y complejos? Por supuesto, la crítica es fundamental para mejorar. Hay que debatir en serio. Lo que es inaceptable es que se calumnie y se mienta. Díaz Ordaz lo hizo en el 68. Este ataque ratifica lo desesperado que está y conforme avance el sexenio aumentarán sus ridículos ataques, todo para ocultar su fracaso.

pedropenaloza@yahoo.com/Twitter:@pedro_penaloz

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