/ domingo 13 de marzo de 2022

Convivencia pacífica

Sin duda, en los momentos y puntos clave de la pandemia, todos cumplimos desde nuestros “ámbitos de acción”. El presente, representa oportunidades de reflexionar de las experiencias “durante” la crisis sanitaria y también, sin bajar la guardia, cimentar la nueva normalidad post pandemia participando en la transformación y el desarrollo sostenible social, económico, ambiental, etcétera, de nuestro país.

Entonces, recordando a Martin Luther King y el posicionamiento de “su sueño” expresemos las expectativas, motivaciones y compromisos para lograr una convivencia pacífica. Son tiempo del desaprender, aprender y reaprender.

I. Paradigmas: En el “ámbito de acción” particular… yo veo:

a) Que acentúan las buenas prácticas atendiendo al interés general, sus orígenes, la línea del tiempo (antes-durante-después), los protocolos y las capacidades de respuesta pertinentes.

b) Que transformamos la violencia en todas sus manifestaciones: psicológico, físico, económico, patrimonial, sexual, etcétera a una sana convivencia pacífica. Por supuesto, en cada tipo de delito las estrategias y acciones para lograr los resultados deseados y esperados.

- En el académico y minucioso “”antes”: La prevención de la violencia y la delincuencia y las acciones para diagnosticar, contrarrestar, disminuir, neutralizar los factores de riesgo y las consecuencias negativas acumuladas en el “larga data”.

- En los momentos únicos de la violencia “durante”: La acción, la contención y “soldado vivo, pelea dos veces”.

- Y en el afligido ”después” cuando ya no son posibles los escenarios alternativos: La Investigación, el debido proceso, la sanción y reparación del daño (algunos, ningún precio lo restituyen).

c ) De la expresión “No pasa nada” … sólo continúa vigente y avanza para evitar la sobrecarga, las diversas tareas mutuas e incluyendo el cuidado de las personas vulnerables del hogar. Respecto a la violencia en sus diferentes manifestaciones “Sí pasa algo al victimario que transite en esa ruta oscura”.

d) Todos ganan: Las cuatro generaciones de la pirámide poblacional de 126 millones de habitantes (año 2020) que convivimos en nuestro querido México:

“Baby Boomer” (nacidos antes de 1959), de 60 a más años: 12 por ciento del total.

“X” (1960 a 1982), de 38 a 59 años: 23 por ciento;

“Millennial” (1983 a 2005), de 15 a 37 años: 40 por ciento

“Contemplativa” (2006 a 2029), de 0 a 14 años: 25 por ciento

II. Al consultar el Plan Nacional de Desarrollo 2019 – 2024 veo que están presentes:

a) Entre otros principios rectores: “No dejar a nadie atrás, no dejar a nadie fuera”; “No puede haber paz sin justicia”…

b) El Cambio de paradigma en seguridad:

I. Erradicar la corrupción y reactivar la procuración de justicia;

II. Garantizar empleo, educación, salud y bienestar;

III. Pleno respeto a los derechos humanos;

IV. Regeneración ética de las instituciones y de la sociedad;

V. Reformular el combate a las drogas;

VI. Emprender la construcción de la paz;

VII. Recuperación y dignificación de las cárceles;

VIII. Articular la seguridad nacional, la seguridad pública y la paz;

IX. Repensar la seguridad nacional y reorientar las Fuerzas Armadas;

X. Establecer la Guardia Nacional;

XI. Coordinaciones nacionales, estatales y regionales;

XII. Estrategias específicas

Concluyamos reflexionado “La vida no se mide por minutos se mide por momentos”. Evidentemente: experiencias, nuevas oportunidades de transformación, disfrutar de la convivencia pacífica y participar desde los “ámbitos de acción”.


hazael.ruiz@hotmail.com

Sin duda, en los momentos y puntos clave de la pandemia, todos cumplimos desde nuestros “ámbitos de acción”. El presente, representa oportunidades de reflexionar de las experiencias “durante” la crisis sanitaria y también, sin bajar la guardia, cimentar la nueva normalidad post pandemia participando en la transformación y el desarrollo sostenible social, económico, ambiental, etcétera, de nuestro país.

Entonces, recordando a Martin Luther King y el posicionamiento de “su sueño” expresemos las expectativas, motivaciones y compromisos para lograr una convivencia pacífica. Son tiempo del desaprender, aprender y reaprender.

I. Paradigmas: En el “ámbito de acción” particular… yo veo:

a) Que acentúan las buenas prácticas atendiendo al interés general, sus orígenes, la línea del tiempo (antes-durante-después), los protocolos y las capacidades de respuesta pertinentes.

b) Que transformamos la violencia en todas sus manifestaciones: psicológico, físico, económico, patrimonial, sexual, etcétera a una sana convivencia pacífica. Por supuesto, en cada tipo de delito las estrategias y acciones para lograr los resultados deseados y esperados.

- En el académico y minucioso “”antes”: La prevención de la violencia y la delincuencia y las acciones para diagnosticar, contrarrestar, disminuir, neutralizar los factores de riesgo y las consecuencias negativas acumuladas en el “larga data”.

- En los momentos únicos de la violencia “durante”: La acción, la contención y “soldado vivo, pelea dos veces”.

- Y en el afligido ”después” cuando ya no son posibles los escenarios alternativos: La Investigación, el debido proceso, la sanción y reparación del daño (algunos, ningún precio lo restituyen).

c ) De la expresión “No pasa nada” … sólo continúa vigente y avanza para evitar la sobrecarga, las diversas tareas mutuas e incluyendo el cuidado de las personas vulnerables del hogar. Respecto a la violencia en sus diferentes manifestaciones “Sí pasa algo al victimario que transite en esa ruta oscura”.

d) Todos ganan: Las cuatro generaciones de la pirámide poblacional de 126 millones de habitantes (año 2020) que convivimos en nuestro querido México:

“Baby Boomer” (nacidos antes de 1959), de 60 a más años: 12 por ciento del total.

“X” (1960 a 1982), de 38 a 59 años: 23 por ciento;

“Millennial” (1983 a 2005), de 15 a 37 años: 40 por ciento

“Contemplativa” (2006 a 2029), de 0 a 14 años: 25 por ciento

II. Al consultar el Plan Nacional de Desarrollo 2019 – 2024 veo que están presentes:

a) Entre otros principios rectores: “No dejar a nadie atrás, no dejar a nadie fuera”; “No puede haber paz sin justicia”…

b) El Cambio de paradigma en seguridad:

I. Erradicar la corrupción y reactivar la procuración de justicia;

II. Garantizar empleo, educación, salud y bienestar;

III. Pleno respeto a los derechos humanos;

IV. Regeneración ética de las instituciones y de la sociedad;

V. Reformular el combate a las drogas;

VI. Emprender la construcción de la paz;

VII. Recuperación y dignificación de las cárceles;

VIII. Articular la seguridad nacional, la seguridad pública y la paz;

IX. Repensar la seguridad nacional y reorientar las Fuerzas Armadas;

X. Establecer la Guardia Nacional;

XI. Coordinaciones nacionales, estatales y regionales;

XII. Estrategias específicas

Concluyamos reflexionado “La vida no se mide por minutos se mide por momentos”. Evidentemente: experiencias, nuevas oportunidades de transformación, disfrutar de la convivencia pacífica y participar desde los “ámbitos de acción”.


hazael.ruiz@hotmail.com