Sin duda, en los momentos y puntos clave de la pandemia, todos cumplimos desde nuestros “ámbitos de acción”. El presente, representa oportunidades de reflexionar de las experiencias “durante” la crisis sanitaria y también, sin bajar la guardia, cimentar la nueva normalidad post pandemia participando en la transformación y el desarrollo sostenible social, económico, ambiental, etcétera, de nuestro país.
Entonces, recordando a Martin Luther King y el posicionamiento de “su sueño” expresemos las expectativas, motivaciones y compromisos para lograr una convivencia pacífica. Son tiempo del desaprender, aprender y reaprender.
I. Paradigmas: En el “ámbito de acción” particular… yo veo:
a) Que acentúan las buenas prácticas atendiendo al interés general, sus orígenes, la línea del tiempo (antes-durante-después), los protocolos y las capacidades de respuesta pertinentes.
b) Que transformamos la violencia en todas sus manifestaciones: psicológico, físico, económico, patrimonial, sexual, etcétera a una sana convivencia pacífica. Por supuesto, en cada tipo de delito las estrategias y acciones para lograr los resultados deseados y esperados.
- En el académico y minucioso “”antes”: La prevención de la violencia y la delincuencia y las acciones para diagnosticar, contrarrestar, disminuir, neutralizar los factores de riesgo y las consecuencias negativas acumuladas en el “larga data”.
- En los momentos únicos de la violencia “durante”: La acción, la contención y “soldado vivo, pelea dos veces”.
- Y en el afligido ”después” cuando ya no son posibles los escenarios alternativos: La Investigación, el debido proceso, la sanción y reparación del daño (algunos, ningún precio lo restituyen).
c ) De la expresión “No pasa nada” … sólo continúa vigente y avanza para evitar la sobrecarga, las diversas tareas mutuas e incluyendo el cuidado de las personas vulnerables del hogar. Respecto a la violencia en sus diferentes manifestaciones “Sí pasa algo al victimario que transite en esa ruta oscura”.
d) Todos ganan: Las cuatro generaciones de la pirámide poblacional de 126 millones de habitantes (año 2020) que convivimos en nuestro querido México:
“Baby Boomer” (nacidos antes de 1959), de 60 a más años: 12 por ciento del total.
“X” (1960 a 1982), de 38 a 59 años: 23 por ciento;
“Millennial” (1983 a 2005), de 15 a 37 años: 40 por ciento
“Contemplativa” (2006 a 2029), de 0 a 14 años: 25 por ciento
II. Al consultar el Plan Nacional de Desarrollo 2019 – 2024 veo que están presentes:
a) Entre otros principios rectores: “No dejar a nadie atrás, no dejar a nadie fuera”; “No puede haber paz sin justicia”…
b) El Cambio de paradigma en seguridad:
I. Erradicar la corrupción y reactivar la procuración de justicia;
II. Garantizar empleo, educación, salud y bienestar;
III. Pleno respeto a los derechos humanos;
IV. Regeneración ética de las instituciones y de la sociedad;
V. Reformular el combate a las drogas;
VI. Emprender la construcción de la paz;
VII. Recuperación y dignificación de las cárceles;
VIII. Articular la seguridad nacional, la seguridad pública y la paz;
IX. Repensar la seguridad nacional y reorientar las Fuerzas Armadas;
X. Establecer la Guardia Nacional;
XI. Coordinaciones nacionales, estatales y regionales;
XII. Estrategias específicas
Concluyamos reflexionado “La vida no se mide por minutos se mide por momentos”. Evidentemente: experiencias, nuevas oportunidades de transformación, disfrutar de la convivencia pacífica y participar desde los “ámbitos de acción”.
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