/ viernes 29 de diciembre de 2017

Corte de caja (Parte 2)

Continúo mi artículo de la semana pasada y recapitulando un poco, decía que el año 2017 estuvo lleno de fenómenos que nos sacudieron hasta los huesos. Mencioné tres cosas que me parece que están llenas de significado: el primer año de gobierno de Donald Trump, con todo lo que ello implicó, específicamente la renegociación del NAFTA y cómo México tendría que aprender a vivir sin el tratado. En segundo lugar, mencioné la enorme corrupción y la ola galopante de inseguridad y violencia que afecta a nuestro país; las condiciones de nuestra nación son insostenibles ya. Por último, también mencioné algo bueno: la solidaridad de los mexicanos después de la tragedia del sismo del 19 de septiembre y cómo ello logró mostrar al mundo otra cara de nuestro país que es muy poca conocida.

Y esto tiene sentido, porque siendo este el último artículo del 2017, necesitamos empezar a pensar de manera estratégica para el 2018. ¿Qué vamos a hacer con nuestra realidad? Decía también yo la semana pasada que nunca nos imaginamos que México tendría que enfrentarse a la realidad terrible de tener que sobrevivir a una posible terminación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Los empleos que dependen de ello y la enorme economía integrada de la región está en franco peligro. Pero México no puede hacer más; está haciendo todo lo que está en sus manos, pero tiene que encontrar otra forma de sobrevivir. Tiene que pensar de forma poco convencional y encontrar soluciones realistas que le resuelvan los problemas. Tenemos que dejar de depender de los demás y de buscar que sean otros los que resuelvan nuestros problemas, porque en el 2018, nuestros problemas tendrán que ser nuestros y de nadie más. En eso consiste la madurez.

Continúo mi artículo de la semana pasada y recapitulando un poco, decía que el año 2017 estuvo lleno de fenómenos que nos sacudieron hasta los huesos. Mencioné tres cosas que me parece que están llenas de significado: el primer año de gobierno de Donald Trump, con todo lo que ello implicó, específicamente la renegociación del NAFTA y cómo México tendría que aprender a vivir sin el tratado. En segundo lugar, mencioné la enorme corrupción y la ola galopante de inseguridad y violencia que afecta a nuestro país; las condiciones de nuestra nación son insostenibles ya. Por último, también mencioné algo bueno: la solidaridad de los mexicanos después de la tragedia del sismo del 19 de septiembre y cómo ello logró mostrar al mundo otra cara de nuestro país que es muy poca conocida.

Y esto tiene sentido, porque siendo este el último artículo del 2017, necesitamos empezar a pensar de manera estratégica para el 2018. ¿Qué vamos a hacer con nuestra realidad? Decía también yo la semana pasada que nunca nos imaginamos que México tendría que enfrentarse a la realidad terrible de tener que sobrevivir a una posible terminación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Los empleos que dependen de ello y la enorme economía integrada de la región está en franco peligro. Pero México no puede hacer más; está haciendo todo lo que está en sus manos, pero tiene que encontrar otra forma de sobrevivir. Tiene que pensar de forma poco convencional y encontrar soluciones realistas que le resuelvan los problemas. Tenemos que dejar de depender de los demás y de buscar que sean otros los que resuelvan nuestros problemas, porque en el 2018, nuestros problemas tendrán que ser nuestros y de nadie más. En eso consiste la madurez.