/ sábado 31 de octubre de 2020

Covid: bajón en la mortalidad

Hace cuatro meses, a fines de junio de 2020, la tasa mundial de mortalidad por covid-19 era de 5 por ciento. Ahora, a fines de octubre, es de 2.61. Estos guarismos significan que la letalidad por covid ha descendido en 50 por ciento. Que si en junio fallecían 5 personas por cada cien infectados, ahora perecen menos de tres, lo que significa que las medidas para atenuar la letalidad están funcionando en todo el planeta.

Tales medidas son unas cuantas y todas muy baratas y universales: lavado frecuente de manos con agua y jabón; distanciamiento social; relativo y voluntario confinamiento en casa; cero fiestas y reuniones; uso de gel antibacterial; y utilización de mascarillas o cubrebocas.

Es cierto que son millones las personas que no pueden dejar de salir a la calle para ganarse la vida. Pero esto no implica que lo hagan sin mascarillas o que no procuren guardar el necesario distanciamiento físico con otras personas.

Las anteriores medidas pertenecen al campo de la medicina preventiva. Pero en la baja de la mortalidad por covid también han incidido la ampliación de la capacidad hospitalaria, es decir, mas hospitales, más camas, médicos, enfermeras, paramédicos, laboratorios, instrumental y aparatos y pruebas de diagnóstico. Y todo ello de carácter público, porque el bajón de la mortalidad ha sido fundamentalmente tarea y éxito de los distintos gobiernos y no del dinero privado.

También es parte de la medicina preventiva la febril y planetaria búsqueda de una vacuna. Y si bien hasta ahora no ha habido éxito, existen abundantes y sólidos indicios de que en breve tiempo, unos cuantos meses, aparecerá la tan ansiada vacuna anticovid, hecho que conllevará a un nuevo y radical bajón en la mortalidad por este flagelo.

La prevención, sin embargo, no puede resolver por sí sola el problema. Es necesario el concurso de la medicina curativa. El caso del sida, otra pandemia monstruosa, es ilustrativo al respecto.

El éxito en el combate al sida no se logró por medio de una vacuna aún inexistente, sino por la utilización de fármacos antivirales. Esta es la tarea pendiente en la lucha anticovid.

La historia de la medicina mueve al optimismo. Con prevención, con vacunas o con antivirales específicos el covid muy pronto será vencido. Como en tantas y tantas patologías hoy tratables, vencidas o erradicadas, la ciencia es y será la clave. ¿O alguien lo duda?

www.economiaypoliticahoy.wordpress.com

mentorferrer@gmail.com


Hace cuatro meses, a fines de junio de 2020, la tasa mundial de mortalidad por covid-19 era de 5 por ciento. Ahora, a fines de octubre, es de 2.61. Estos guarismos significan que la letalidad por covid ha descendido en 50 por ciento. Que si en junio fallecían 5 personas por cada cien infectados, ahora perecen menos de tres, lo que significa que las medidas para atenuar la letalidad están funcionando en todo el planeta.

Tales medidas son unas cuantas y todas muy baratas y universales: lavado frecuente de manos con agua y jabón; distanciamiento social; relativo y voluntario confinamiento en casa; cero fiestas y reuniones; uso de gel antibacterial; y utilización de mascarillas o cubrebocas.

Es cierto que son millones las personas que no pueden dejar de salir a la calle para ganarse la vida. Pero esto no implica que lo hagan sin mascarillas o que no procuren guardar el necesario distanciamiento físico con otras personas.

Las anteriores medidas pertenecen al campo de la medicina preventiva. Pero en la baja de la mortalidad por covid también han incidido la ampliación de la capacidad hospitalaria, es decir, mas hospitales, más camas, médicos, enfermeras, paramédicos, laboratorios, instrumental y aparatos y pruebas de diagnóstico. Y todo ello de carácter público, porque el bajón de la mortalidad ha sido fundamentalmente tarea y éxito de los distintos gobiernos y no del dinero privado.

También es parte de la medicina preventiva la febril y planetaria búsqueda de una vacuna. Y si bien hasta ahora no ha habido éxito, existen abundantes y sólidos indicios de que en breve tiempo, unos cuantos meses, aparecerá la tan ansiada vacuna anticovid, hecho que conllevará a un nuevo y radical bajón en la mortalidad por este flagelo.

La prevención, sin embargo, no puede resolver por sí sola el problema. Es necesario el concurso de la medicina curativa. El caso del sida, otra pandemia monstruosa, es ilustrativo al respecto.

El éxito en el combate al sida no se logró por medio de una vacuna aún inexistente, sino por la utilización de fármacos antivirales. Esta es la tarea pendiente en la lucha anticovid.

La historia de la medicina mueve al optimismo. Con prevención, con vacunas o con antivirales específicos el covid muy pronto será vencido. Como en tantas y tantas patologías hoy tratables, vencidas o erradicadas, la ciencia es y será la clave. ¿O alguien lo duda?

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