/ sábado 22 de junio de 2019

Crisis de inseguridad en la CdMx

NEGAR LO INNEGABLE


“No te espantes porque actúas como bestia, antes actuabas igual pero no te dabas cuenta.”

Filosofía Hermética

El pasado 20 de junio, el Mtro. Jesús Orta Martínez, titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), asistió al Congreso local para comparecer en relación a la actual situación de inseguridad y violencia que se vive en la capital del país.

Es importante dejar claro que todos los actores políticos, de oposición y mayoría, coincidimos en un mismo objetivo fundamental, expresado puntualmente por el propio Mtro. Orta: “Regresar la paz a la ciudadanía”.

No obstante que el Secretario intentó dar respuesta a todas las preguntas planteadas por los diputados, sus argumentos no respondieron a la emergencia de seguridad que padece la ciudad. Y es que, a juicio de quien escribe, el problema quedó manifiesto desde un principio: el titular de la Secretaría de Seguridad, no reconoce la alerta.

Hay tres parámetros para determinar un estado de crisis en materia de seguridad:

  • El aumento en los delitos menos elásticos a la llamada “cifra negra”.

La cifra negra se refiere a todos aquellos delitos que no son denunciados, y que, en consecuencia, dificultan medir con precisión el total de actos ilícitos cometidos.

Hay algunos delitos que son más resistentes a este fenómeno: en el caso del robo de vehículos, la cifra negra es muy baja ya que es necesario denunciar el ilícito para poder cobrar el seguro. En este caso, de acuerdo con información del portal de Datos Abiertos de la CDMX, durante el primer trimestre de 2019, se reportaron ante la PGJ tres mil 532 casos de robo de auto, 35% más respecto al mismo periodo de 2018.

  • La percepción ciudadana.

El Secretario comentó durante su exposición que este es el elemento más importante en términos de medir la eficacia de una estrategia de seguridad.

En este sentido, es evidente que en la actualidad la percepción de seguridad entre los habitantes de la CDMX, no es la más favorable. Basta con hojear un periódico, darse una vuelta por las redes sociales o platicar con cualquier persona en la calle para darse cuenta de este hecho.

  • El alto índice de impunidad.

Este es un factor definitivo para establecer un estado crítico en materia de seguridad.

La cifra en este punto es escalofriante: De acuerdo con datos oficiales de la Procuraduría, de los 730 homicidios dolosos registrados del 5 de diciembre de 2018 al 29 de mayo de 2019, apenas se han resuelto el 5% de los casos. Sólo 40 personas acusadas de homicidio llegaron ante un juez, de los cuales solamente 3 fueron judicializados.

Así pues, en el caso de la Ciudad de México, los tres parámetros expuestos están en rojo. A esta situación correspondería una sola respuesta: El golpe de timón.

Tristemente, la insistencia y firmeza en las declaraciones de las autoridades, que los hacen parecer aferrados a defender a capa y espada una estrategia que no está funcionando, reviven la preocupación de que el actual gobierno no es sensible al estado de crisis que vive la ciudad.

Reconocer el error, a menos que se esté buscando solucionarlo con un golpe de suerte o un milagro, siempre es el primer paso. Esperemos que así se haga pronto, de lo contrario estamos condenados.


NEGAR LO INNEGABLE


“No te espantes porque actúas como bestia, antes actuabas igual pero no te dabas cuenta.”

Filosofía Hermética

El pasado 20 de junio, el Mtro. Jesús Orta Martínez, titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), asistió al Congreso local para comparecer en relación a la actual situación de inseguridad y violencia que se vive en la capital del país.

Es importante dejar claro que todos los actores políticos, de oposición y mayoría, coincidimos en un mismo objetivo fundamental, expresado puntualmente por el propio Mtro. Orta: “Regresar la paz a la ciudadanía”.

No obstante que el Secretario intentó dar respuesta a todas las preguntas planteadas por los diputados, sus argumentos no respondieron a la emergencia de seguridad que padece la ciudad. Y es que, a juicio de quien escribe, el problema quedó manifiesto desde un principio: el titular de la Secretaría de Seguridad, no reconoce la alerta.

Hay tres parámetros para determinar un estado de crisis en materia de seguridad:

  • El aumento en los delitos menos elásticos a la llamada “cifra negra”.

La cifra negra se refiere a todos aquellos delitos que no son denunciados, y que, en consecuencia, dificultan medir con precisión el total de actos ilícitos cometidos.

Hay algunos delitos que son más resistentes a este fenómeno: en el caso del robo de vehículos, la cifra negra es muy baja ya que es necesario denunciar el ilícito para poder cobrar el seguro. En este caso, de acuerdo con información del portal de Datos Abiertos de la CDMX, durante el primer trimestre de 2019, se reportaron ante la PGJ tres mil 532 casos de robo de auto, 35% más respecto al mismo periodo de 2018.

  • La percepción ciudadana.

El Secretario comentó durante su exposición que este es el elemento más importante en términos de medir la eficacia de una estrategia de seguridad.

En este sentido, es evidente que en la actualidad la percepción de seguridad entre los habitantes de la CDMX, no es la más favorable. Basta con hojear un periódico, darse una vuelta por las redes sociales o platicar con cualquier persona en la calle para darse cuenta de este hecho.

  • El alto índice de impunidad.

Este es un factor definitivo para establecer un estado crítico en materia de seguridad.

La cifra en este punto es escalofriante: De acuerdo con datos oficiales de la Procuraduría, de los 730 homicidios dolosos registrados del 5 de diciembre de 2018 al 29 de mayo de 2019, apenas se han resuelto el 5% de los casos. Sólo 40 personas acusadas de homicidio llegaron ante un juez, de los cuales solamente 3 fueron judicializados.

Así pues, en el caso de la Ciudad de México, los tres parámetros expuestos están en rojo. A esta situación correspondería una sola respuesta: El golpe de timón.

Tristemente, la insistencia y firmeza en las declaraciones de las autoridades, que los hacen parecer aferrados a defender a capa y espada una estrategia que no está funcionando, reviven la preocupación de que el actual gobierno no es sensible al estado de crisis que vive la ciudad.

Reconocer el error, a menos que se esté buscando solucionarlo con un golpe de suerte o un milagro, siempre es el primer paso. Esperemos que así se haga pronto, de lo contrario estamos condenados.


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