/ miércoles 16 de junio de 2021

Cruzada por el agua

El agua, entendida como elemento vital para la vida y el desarrollo humanos, enfrenta hoy un grave problema, tanto de calidad como de cantidad; este problema es un fenómeno ocasionado por diferentes factores, como el incremento en la deforestación de bosques, la falta de renovación de infraestructura, la falta de mantenimiento en las plantas de tratamiento, un aumento en las necesidades de la industria y las ciudades, entre otros; estos problemas son los principales factores que derivan en la crisis hídrica.

En el marco de esta crisis , varios lugares pueden quedarse sin agua potable, lo que por sí mismo sería un problema terrible y fomentaría, además, afectaciones a la salud pública relacionadas con la calidad del agua.

Actualmente, estamos frente a un problema meteorológico que se tiene contemplado satelitalmente: las sequías, que afectan de manera incremental en la capacidad de recarga de los principales vasos de agua, ante la falta de agua por precipitación.

Algunos estados han realizado importantes acciones para el buen manejo del agua para el consumo humano y para mantener los ecosistemas.

Todos los habitantes debemos estar conscientes del valor que le estamos dando al agua en nuestra vida diaria; de lo contrario, el día de mañana también viviremos problemas de crisis alimentaria. Esto da pie para entender por qué debemos de abordar el tema del agua de manera integral, más allá de verlo únicamente como un recurso hídrico. Debemos de invertir en la educación ambiental para concientizar a toda la población sobre la importancia de cuidar este líquido vital.

Del total de 70% de agua que tiene la tierra, el agua dulce constituye solamente 3%; por lo tanto, es una consideración lógica que el agua para el consumo humano es limitada y, por ende, sí puede acabarse si no se usa sosteniblemente.

Es cada vez más evidente el deterioro de los ecosistemas hídricos del país ; es una realidad que las aguas superficiales y subterráneas se encuentran en mal estado ecológico, por lo que es urgente una gestión adecuada de las mismas, ya que el sistema natural sí tiene un límite.

De todo ello se desprende otro tema urgente, que en esta administración es muy claro: la construcción de las grandes obras públicas que implican, por su naturaleza, un uso importante de agua.

La reflexión final que quiero subrayar, es la urgencia de impulsar cada vez más el valor integral que tiene el agua para cada uno de nosotros en todos los aspectos de nuestra vida y, a partir de esto, emprender acciones y empezar a implementar políticas públicas que la protejan.

El agua sí es vital para la vida y sí es responsabilidad de todos cuidarla y mantenerla. Debemos de exigir como ciudadanos que el poder ejecutivo y el legislativo hagan su parte, pero sin duda nosotros, como usuarios, debemos también cambiar las prácticas de uso del agua potable, al igual que los grandes ususarios del sector agrícola, el ganadero y el de la construcción, principalmente.

Hoy, ante la crisis climática, la crisis hídrica y los fenómenos meteorológicos de sequía, debemos de hacer una cruzada por el agua, y comprometernos desde las diferentes trincheras a hacer de la mejor manera lo que hacemos; todos nos vamos a ver afectados si no actuamos ya. El agua es vida, y su uso adecuado hoy nos necesita a nosotros.

Hay que trabajar en las leyes, en la implementación de las mismas, en los reglamentos, en la actualización de las autorizaciones de uso, en las concesiones, en la distribución y mantenimiento de las redes de agua potable y saneamiento, en los distritos de riego, en las zonas de carga y recarga, por señalar solo algunos de los engranajes del gran sistema que implica trabajar en el sector hídrico. Pero lo que ya no podemos olvidar, es que sí es un recurso finito para su uso potable y debemos de corregir y prevenir el avance de la crisis hídrica, antes de lamentarnos porque el tiempo nos comió. Hay mucho que hacer en la agenda azul. La cruzada por el agua debe de ser nuestra prioridad.

El agua, entendida como elemento vital para la vida y el desarrollo humanos, enfrenta hoy un grave problema, tanto de calidad como de cantidad; este problema es un fenómeno ocasionado por diferentes factores, como el incremento en la deforestación de bosques, la falta de renovación de infraestructura, la falta de mantenimiento en las plantas de tratamiento, un aumento en las necesidades de la industria y las ciudades, entre otros; estos problemas son los principales factores que derivan en la crisis hídrica.

En el marco de esta crisis , varios lugares pueden quedarse sin agua potable, lo que por sí mismo sería un problema terrible y fomentaría, además, afectaciones a la salud pública relacionadas con la calidad del agua.

Actualmente, estamos frente a un problema meteorológico que se tiene contemplado satelitalmente: las sequías, que afectan de manera incremental en la capacidad de recarga de los principales vasos de agua, ante la falta de agua por precipitación.

Algunos estados han realizado importantes acciones para el buen manejo del agua para el consumo humano y para mantener los ecosistemas.

Todos los habitantes debemos estar conscientes del valor que le estamos dando al agua en nuestra vida diaria; de lo contrario, el día de mañana también viviremos problemas de crisis alimentaria. Esto da pie para entender por qué debemos de abordar el tema del agua de manera integral, más allá de verlo únicamente como un recurso hídrico. Debemos de invertir en la educación ambiental para concientizar a toda la población sobre la importancia de cuidar este líquido vital.

Del total de 70% de agua que tiene la tierra, el agua dulce constituye solamente 3%; por lo tanto, es una consideración lógica que el agua para el consumo humano es limitada y, por ende, sí puede acabarse si no se usa sosteniblemente.

Es cada vez más evidente el deterioro de los ecosistemas hídricos del país ; es una realidad que las aguas superficiales y subterráneas se encuentran en mal estado ecológico, por lo que es urgente una gestión adecuada de las mismas, ya que el sistema natural sí tiene un límite.

De todo ello se desprende otro tema urgente, que en esta administración es muy claro: la construcción de las grandes obras públicas que implican, por su naturaleza, un uso importante de agua.

La reflexión final que quiero subrayar, es la urgencia de impulsar cada vez más el valor integral que tiene el agua para cada uno de nosotros en todos los aspectos de nuestra vida y, a partir de esto, emprender acciones y empezar a implementar políticas públicas que la protejan.

El agua sí es vital para la vida y sí es responsabilidad de todos cuidarla y mantenerla. Debemos de exigir como ciudadanos que el poder ejecutivo y el legislativo hagan su parte, pero sin duda nosotros, como usuarios, debemos también cambiar las prácticas de uso del agua potable, al igual que los grandes ususarios del sector agrícola, el ganadero y el de la construcción, principalmente.

Hoy, ante la crisis climática, la crisis hídrica y los fenómenos meteorológicos de sequía, debemos de hacer una cruzada por el agua, y comprometernos desde las diferentes trincheras a hacer de la mejor manera lo que hacemos; todos nos vamos a ver afectados si no actuamos ya. El agua es vida, y su uso adecuado hoy nos necesita a nosotros.

Hay que trabajar en las leyes, en la implementación de las mismas, en los reglamentos, en la actualización de las autorizaciones de uso, en las concesiones, en la distribución y mantenimiento de las redes de agua potable y saneamiento, en los distritos de riego, en las zonas de carga y recarga, por señalar solo algunos de los engranajes del gran sistema que implica trabajar en el sector hídrico. Pero lo que ya no podemos olvidar, es que sí es un recurso finito para su uso potable y debemos de corregir y prevenir el avance de la crisis hídrica, antes de lamentarnos porque el tiempo nos comió. Hay mucho que hacer en la agenda azul. La cruzada por el agua debe de ser nuestra prioridad.