/ sábado 16 de noviembre de 2019

¿Cuál Revolución mexicana?

La próxima semana volveremos a conmemorar el movimiento armado que llamamos Revolución Mexicana. Pero la gran mayoría de los habitantes de esta gran Nación no tiene ni idea de lo que es eso. ¿Sabrán que los nombres de Madero, Carranza, Villa, Obregón, Zapata son muchísimo más que unas letras doradas en los recintos parlamentarios?

Y son solo algunos de los efectos de la falta de Educación, disciplina tan especial cuya ausencia es la causa de las miserias que vive el país. A estas alturas del siglo 21, México aún tiene muchos millones de compatriotas que no saben ni leer ni escribir. ¡Qué vergüenza¡

Estamos ¿estamos? recordando un aniversario más del inicio de la Revolución Mexicana, una de las más importantes en el mundo por sus consecuencias sociales durante el pasado siglo 20 y que se continúan en el actual.

Ciento nueve años de distancia. Para algunos suenan tan lejanos los acontecimientos que dieron lugar al levantamiento armado de obreros y campesinos así como las aspiraciones que le dieron forma y contenido. ¿Cuántos habrá que recuerden que "Sufragio Efectivo No Reelección" fue la principal consigna de batalla contra la dictadura porfirista?

"El pueblo está apto para la democracia", reconoció con amargura Porfirio Díaz, al constatar que los mexicanos de entonces estaban decididos a asumir conscientemente sus responsabilidades cívicas, en tanto que Francisco I. Madero, protagonista, hombre principal de la épica revolucionaria, recogía esas palabras para devolverles su limpieza y dignidad. La democracia es primero, parecía decir Madero para quien quisiera escucharlo: "Si los hombres son perecederos, las instituciones, en cambio, son inmortales". Así lo expresaba con el convencimiento de los visionarios, durante su recorrido solitario por amplias zonas del país. Únicamente lo acompañaban su esposa y un correligionario.

Daniel Cosío Villegas lo consignó en sus textos: "Primero la burla; después la alarma y por último la represión, serían las respuestas que la insólita campaña de Madero habría de tener. La figura diminuta del retador de Díaz, ya fuera sólo por esa actitud, crecía enormemente al contacto popular. El pequeño David que muchos mexicanos esperaban, se hacía presente".

Ocurrieron la caída de Díaz, la entronización de Madero, los consejos de Gustavo su hermano, la Marcha de la Lealtad, la traición del chacal, el gobiernillo de Lascuráin, la dictadura Huertista, y los alzamientos de Carranza, Villa, Zapata hasta llegar a Obregón. Algunos años después del movimiento armado, en 1917 los Diputados Constituyentes plasmaron en Querétaro, como norma de cotidiana convivencia y como impulso vital del desarrollo nacional, el grito de redención, la justa exigencia que todavía no se resuelve por completo y por la que murieron un millón de compatriotas: Justicia Social.

Vendrían otros modos de afinar el ejercicio democrático. Pero nuestra Revolución, la única, la auténtica, la verdadera, la que viene de 1910, sigue guiando el rumbo y reiterando el apego del pueblo mexicano al derecho, a la ley, a la libertad, a la paz, a la justicia social. Hablo de la Revolución Mexicana, movimiento de izquierda que, lamentablemente y al paso de los años, ha ido olvidándose de sus ideales.

Así supimos de cientos de políticos que usaron los afanes revolucionarios para enriquecerse y dejar a sus descendientes amparados económicamente por décadas. Y el movimiento de izquierda movió sus manecillas hacia la derecha, lento, lentamente, a lo largo de varios sexenios decadentes y corruptos.

Hoy, en noviembre de 2019, hay quienes olvidan la gesta de inicios del siglo 20. Quienes más la olvidan son, sobre todo los mercenarios del comercio, los mercaderes, los explotadores del pueblo, los negociantes defraudadores. Insisten en enterrar para siempre el proceso revolucionario, en desviar el camino y en buscar acomodo en otros sistemas, en extraños modos de vida, en costumbres y valores que no son los nuestros, en el beneficio personal olvidando los objetivos superiores de la patria. Ahora nos acogemos a lo "motherno" porque es la moda.

¿Será la corrupción, la maldita corrupción que se enseñoreó sobre todo en las entidades del país en las cuales se crearon virreinatos omnímodos y todopoderosos? ¿Será la impunidad, la también maldita impunidad que permite actuaciones indebidas en toda materia?

Al paso de esta centuria me pregunto si el sacrificio de los hermanos Serdán en Puebla, y que originó el movimiento armado, sirvió de algo. El ejemplo de estos grandes mexicanos al parecer no sirvió de nada para que los otros mexicanos, los malos mexicanos, esos que nos gobernaron durante los anteriores cinco sexenios no aprendieron la dura lección de la Historia. Dejaron al país hecho un caos.

Quienes hoy nos gobiernan se esfuerzan por enderezar la nave. Pero el derrotero es muy marcado y difícil de revertir. Ojalá y no sea tarde.

Premio Nacional de Periodismo

Fundador de Notimex

pacofonn@yahoo.com.mx

La próxima semana volveremos a conmemorar el movimiento armado que llamamos Revolución Mexicana. Pero la gran mayoría de los habitantes de esta gran Nación no tiene ni idea de lo que es eso. ¿Sabrán que los nombres de Madero, Carranza, Villa, Obregón, Zapata son muchísimo más que unas letras doradas en los recintos parlamentarios?

Y son solo algunos de los efectos de la falta de Educación, disciplina tan especial cuya ausencia es la causa de las miserias que vive el país. A estas alturas del siglo 21, México aún tiene muchos millones de compatriotas que no saben ni leer ni escribir. ¡Qué vergüenza¡

Estamos ¿estamos? recordando un aniversario más del inicio de la Revolución Mexicana, una de las más importantes en el mundo por sus consecuencias sociales durante el pasado siglo 20 y que se continúan en el actual.

Ciento nueve años de distancia. Para algunos suenan tan lejanos los acontecimientos que dieron lugar al levantamiento armado de obreros y campesinos así como las aspiraciones que le dieron forma y contenido. ¿Cuántos habrá que recuerden que "Sufragio Efectivo No Reelección" fue la principal consigna de batalla contra la dictadura porfirista?

"El pueblo está apto para la democracia", reconoció con amargura Porfirio Díaz, al constatar que los mexicanos de entonces estaban decididos a asumir conscientemente sus responsabilidades cívicas, en tanto que Francisco I. Madero, protagonista, hombre principal de la épica revolucionaria, recogía esas palabras para devolverles su limpieza y dignidad. La democracia es primero, parecía decir Madero para quien quisiera escucharlo: "Si los hombres son perecederos, las instituciones, en cambio, son inmortales". Así lo expresaba con el convencimiento de los visionarios, durante su recorrido solitario por amplias zonas del país. Únicamente lo acompañaban su esposa y un correligionario.

Daniel Cosío Villegas lo consignó en sus textos: "Primero la burla; después la alarma y por último la represión, serían las respuestas que la insólita campaña de Madero habría de tener. La figura diminuta del retador de Díaz, ya fuera sólo por esa actitud, crecía enormemente al contacto popular. El pequeño David que muchos mexicanos esperaban, se hacía presente".

Ocurrieron la caída de Díaz, la entronización de Madero, los consejos de Gustavo su hermano, la Marcha de la Lealtad, la traición del chacal, el gobiernillo de Lascuráin, la dictadura Huertista, y los alzamientos de Carranza, Villa, Zapata hasta llegar a Obregón. Algunos años después del movimiento armado, en 1917 los Diputados Constituyentes plasmaron en Querétaro, como norma de cotidiana convivencia y como impulso vital del desarrollo nacional, el grito de redención, la justa exigencia que todavía no se resuelve por completo y por la que murieron un millón de compatriotas: Justicia Social.

Vendrían otros modos de afinar el ejercicio democrático. Pero nuestra Revolución, la única, la auténtica, la verdadera, la que viene de 1910, sigue guiando el rumbo y reiterando el apego del pueblo mexicano al derecho, a la ley, a la libertad, a la paz, a la justicia social. Hablo de la Revolución Mexicana, movimiento de izquierda que, lamentablemente y al paso de los años, ha ido olvidándose de sus ideales.

Así supimos de cientos de políticos que usaron los afanes revolucionarios para enriquecerse y dejar a sus descendientes amparados económicamente por décadas. Y el movimiento de izquierda movió sus manecillas hacia la derecha, lento, lentamente, a lo largo de varios sexenios decadentes y corruptos.

Hoy, en noviembre de 2019, hay quienes olvidan la gesta de inicios del siglo 20. Quienes más la olvidan son, sobre todo los mercenarios del comercio, los mercaderes, los explotadores del pueblo, los negociantes defraudadores. Insisten en enterrar para siempre el proceso revolucionario, en desviar el camino y en buscar acomodo en otros sistemas, en extraños modos de vida, en costumbres y valores que no son los nuestros, en el beneficio personal olvidando los objetivos superiores de la patria. Ahora nos acogemos a lo "motherno" porque es la moda.

¿Será la corrupción, la maldita corrupción que se enseñoreó sobre todo en las entidades del país en las cuales se crearon virreinatos omnímodos y todopoderosos? ¿Será la impunidad, la también maldita impunidad que permite actuaciones indebidas en toda materia?

Al paso de esta centuria me pregunto si el sacrificio de los hermanos Serdán en Puebla, y que originó el movimiento armado, sirvió de algo. El ejemplo de estos grandes mexicanos al parecer no sirvió de nada para que los otros mexicanos, los malos mexicanos, esos que nos gobernaron durante los anteriores cinco sexenios no aprendieron la dura lección de la Historia. Dejaron al país hecho un caos.

Quienes hoy nos gobiernan se esfuerzan por enderezar la nave. Pero el derrotero es muy marcado y difícil de revertir. Ojalá y no sea tarde.

Premio Nacional de Periodismo

Fundador de Notimex

pacofonn@yahoo.com.mx