/ miércoles 11 de mayo de 2022

Cuba y México, amigos solidarios 

La relación de apoyo mutuo expresada por el presidente Andrés Manuel López Obrador a su homólogo cubano Miguel Díaz Canel no es una novedad ni una gracia unilateral. Ya en el siglo XIX en el gobierno de Benito Juárez destacados luchadores contra el dominio español, entre ellos José Martí, encontraron en México refugio y comprensión y dieron a cambio aportes a la reforma neoliberal, como lo refirió el propio López Obrador. Unidos por el mar Caribe, México y Cuba comparten historia, cultura y anhelos.

En el siglo XX los gobiernos de la Revolución acompañaron los esfuerzos de Cuba por lograr su plena independencia y soberanía. Ya el gobierno de Miguel Alemán recibió en exilio al presidente Carlos Prío Socarrás, derrocado en 1952 por el dictador Fulgencio Batista. La administración de Adolfo Ruiz Cortines dio abrigo a los jóvenes revolucionarios encabezados por Fidel Castro que en 1953 llevaron a cabo el asalto al Cuartel Moncada de Santiago que enmarcó el comienzo de la lucha contra la dictadura de Batista. Del puerto de Tuxpan, en 1957 partió el barco Granma con decenas de combatientes, que el día primero de enero de 1959 desde la Sierra Maestra llegaron a La Habana en el comienzo de una revolución que hoy sigue vigente. Fue la incomprensión del gobierno de Dwight Eisenhower el factor que radicalizó al movimiento de Fidel Castro con una política a la que se sumaron la mayoría de los miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA), dominados entonces por la diplomacia amenazante de Estados Unidos. En ese momento, el gobierno de Adolfo López Mateos tomó la histórica decisión de votar —el único país en adoptarla—en contra de la resolución de la OEA.

Los sucesivos gobiernos de México mantuvieron, en mayor o menor medida el apoyo al gobierno revolucionario, con la reprobación del bloqueo económico emprendido por el gobierno de John F. Kennedy y continuado desde los años de la guerra fría hasta la actualidad. En el gobierno de Luis Echeverría esa amistad se manifestó, además de medidas concretas, con la presencia en Cuba de una enorme delegación artística y cultural que acompañó la visita del presidente mexicano a la isla.

Recibido con una impresionante manifestación de la población cubana, José López Portillo resumió la solidaridad de México: Lo que le hagan a Cuba nos lo hacen a nosotros, dijo en el Palacio de la Revolución. La amistad entre los dos países se mantuvo especialmente en los gobiernos de Carlos Salinas de Gortari y Enrique Peña Nieto, este último en visita a la isla en los primeros tiempos del retiro formal del gobierno de Fidel Castro. Pese al bloqueo de Estados Unidos el gobierno de Cuba ha alcanzado logros de excelencia en aspectos tan importantes como la educación, la salud y la investigación científica. El presidente Díaz Canel ratificó al presidente López Obrador la voluntad de reciprocidad de Cuba y su determinación de una cooperación que en aspectos como la lucha contra el virus del Covid 19 se ha dado en años recientes.

Antes de su visita a Cuba el presidente López Obrador realizó breves estancias en Guatemala, República de El Salvador, Honduras y Belice. El leitmotiv de sus entrevistas con los mandatarios de esa parte de Centroamérica fue el llamado a adoptar los programas Jóvenes construyendo el futuro y Sembrando vida, con los cuales se pretende afrontar el problema de la migración hacia los Estados Unidos con México como territorio de paso. El empeño obsesivo de López Obrador por el empleo de esos programas no ha demostrado en la práctica resultado alguno como solución al problema migratorio ni una reducción, así sea parcial, en el creciente flujo de aspirantes a obtener empleo en la Unión Americana. Inclusive puede decirse que no obstante la aplicación de esos programas, la presión de la migración de mexicanos hacia los Estados Unidos no ha disminuido. Los miles de aspirantes mexicanos a cruzar la frontera y obtener trabajo en la Unión Americana se agregan a los cientos de miles de centroamericanos y de hombres, mujeres y menores de diversos países y regiones del mundo que han engrosado los hacinamientos en zonas cercanas a la frontera con la Unión Americana, incrementados con el programa Quédate en México, puesto en marcha por el presidente Donald Trump y continuada hasta ahora con la administración de Joe Biden.

A diferencia de las realizadas a cuatro países centroamericanos, la visita a Cuba tiene una especial significación por lo que la revolución iniciada en 1959 ha constituido para México, América Latina y otras regiones en diversas partes del mundo. En esta ocasión, López Obrador no ahorró a Cuba el consejo que da a otros países sobre qué hacer de acuerdo con sus ideas. Cuba, dijo, debe hacer una nueva revolución dentro de su revolución que en voz de López Obrador se antojaría una versión caribeña de su llamada cuarta transformación.

La amistad solidaria entre México y Cuba, en las expresiones del presidente López Obrador no es una novedad en la historia compartida por ambos países. Si bien esa relación se ha mantenido en los años posteriores a la desaparición de Fidel Castro, la ratificación de nuestra inquebrantable amistad y voluntad de mutua cooperación es importante en el momento que viven ambas naciones.

sdelr1934@gmail.com




La relación de apoyo mutuo expresada por el presidente Andrés Manuel López Obrador a su homólogo cubano Miguel Díaz Canel no es una novedad ni una gracia unilateral. Ya en el siglo XIX en el gobierno de Benito Juárez destacados luchadores contra el dominio español, entre ellos José Martí, encontraron en México refugio y comprensión y dieron a cambio aportes a la reforma neoliberal, como lo refirió el propio López Obrador. Unidos por el mar Caribe, México y Cuba comparten historia, cultura y anhelos.

En el siglo XX los gobiernos de la Revolución acompañaron los esfuerzos de Cuba por lograr su plena independencia y soberanía. Ya el gobierno de Miguel Alemán recibió en exilio al presidente Carlos Prío Socarrás, derrocado en 1952 por el dictador Fulgencio Batista. La administración de Adolfo Ruiz Cortines dio abrigo a los jóvenes revolucionarios encabezados por Fidel Castro que en 1953 llevaron a cabo el asalto al Cuartel Moncada de Santiago que enmarcó el comienzo de la lucha contra la dictadura de Batista. Del puerto de Tuxpan, en 1957 partió el barco Granma con decenas de combatientes, que el día primero de enero de 1959 desde la Sierra Maestra llegaron a La Habana en el comienzo de una revolución que hoy sigue vigente. Fue la incomprensión del gobierno de Dwight Eisenhower el factor que radicalizó al movimiento de Fidel Castro con una política a la que se sumaron la mayoría de los miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA), dominados entonces por la diplomacia amenazante de Estados Unidos. En ese momento, el gobierno de Adolfo López Mateos tomó la histórica decisión de votar —el único país en adoptarla—en contra de la resolución de la OEA.

Los sucesivos gobiernos de México mantuvieron, en mayor o menor medida el apoyo al gobierno revolucionario, con la reprobación del bloqueo económico emprendido por el gobierno de John F. Kennedy y continuado desde los años de la guerra fría hasta la actualidad. En el gobierno de Luis Echeverría esa amistad se manifestó, además de medidas concretas, con la presencia en Cuba de una enorme delegación artística y cultural que acompañó la visita del presidente mexicano a la isla.

Recibido con una impresionante manifestación de la población cubana, José López Portillo resumió la solidaridad de México: Lo que le hagan a Cuba nos lo hacen a nosotros, dijo en el Palacio de la Revolución. La amistad entre los dos países se mantuvo especialmente en los gobiernos de Carlos Salinas de Gortari y Enrique Peña Nieto, este último en visita a la isla en los primeros tiempos del retiro formal del gobierno de Fidel Castro. Pese al bloqueo de Estados Unidos el gobierno de Cuba ha alcanzado logros de excelencia en aspectos tan importantes como la educación, la salud y la investigación científica. El presidente Díaz Canel ratificó al presidente López Obrador la voluntad de reciprocidad de Cuba y su determinación de una cooperación que en aspectos como la lucha contra el virus del Covid 19 se ha dado en años recientes.

Antes de su visita a Cuba el presidente López Obrador realizó breves estancias en Guatemala, República de El Salvador, Honduras y Belice. El leitmotiv de sus entrevistas con los mandatarios de esa parte de Centroamérica fue el llamado a adoptar los programas Jóvenes construyendo el futuro y Sembrando vida, con los cuales se pretende afrontar el problema de la migración hacia los Estados Unidos con México como territorio de paso. El empeño obsesivo de López Obrador por el empleo de esos programas no ha demostrado en la práctica resultado alguno como solución al problema migratorio ni una reducción, así sea parcial, en el creciente flujo de aspirantes a obtener empleo en la Unión Americana. Inclusive puede decirse que no obstante la aplicación de esos programas, la presión de la migración de mexicanos hacia los Estados Unidos no ha disminuido. Los miles de aspirantes mexicanos a cruzar la frontera y obtener trabajo en la Unión Americana se agregan a los cientos de miles de centroamericanos y de hombres, mujeres y menores de diversos países y regiones del mundo que han engrosado los hacinamientos en zonas cercanas a la frontera con la Unión Americana, incrementados con el programa Quédate en México, puesto en marcha por el presidente Donald Trump y continuada hasta ahora con la administración de Joe Biden.

A diferencia de las realizadas a cuatro países centroamericanos, la visita a Cuba tiene una especial significación por lo que la revolución iniciada en 1959 ha constituido para México, América Latina y otras regiones en diversas partes del mundo. En esta ocasión, López Obrador no ahorró a Cuba el consejo que da a otros países sobre qué hacer de acuerdo con sus ideas. Cuba, dijo, debe hacer una nueva revolución dentro de su revolución que en voz de López Obrador se antojaría una versión caribeña de su llamada cuarta transformación.

La amistad solidaria entre México y Cuba, en las expresiones del presidente López Obrador no es una novedad en la historia compartida por ambos países. Si bien esa relación se ha mantenido en los años posteriores a la desaparición de Fidel Castro, la ratificación de nuestra inquebrantable amistad y voluntad de mutua cooperación es importante en el momento que viven ambas naciones.

sdelr1934@gmail.com