/ sábado 10 de marzo de 2018

Cuchillito de palo

MATAR A LA GALLINA DE LOS HUEVOS DE ORO


La inseguridad aniquila. Lo que fue paraíso para residentes y turistas, se convierte en infierno y esta imagen, a nivel internacional, nos golpea más que las “ocurrencias” del señor Trump.

Quintana Roo va en picada y la explosión del barco Caribe I, despierta alertas globales, advirtiendo a sus habitantes que eviten viajar a Cancún y a Playa del Carmen. Baja California Sur, también prende focos rojos y de seguir así, a corto plazo, en nuestros principales centros turísticos no se pararán ni las moscas.

Primero fue Acapulco. La inaudita violencia del Guerrero negro, apagó la época dorada de los festivales de cine, la presencia de estrellas de primera línea, la llegada de aristócratas enamorados de su bahía, de su…tranquilidad.

Cabezas en el mar, balaceras en discotecas y rumores de horror y medio, cancelaron el aura de posibilidades de obtener los ingresos suficientes, para la sobrevivencia de tantísimos prestadores de servicios.

La explosión en el barco Caribe I (21 de febrero), que cruzaba de Playa del Carmen a Cozumel, dejó 26 heridos. La nave pertenece a una empresa propiedad de un par de exgobernadores: Félix González Canto y Roberto Borge, sujeto a proceso por su inaudito latrocinio, aunque su “compa” y socio, también debería estarlo.

El asalto a las arcas estatales comenzó con el tal Félix, a quien se le acusó de miles de trastupijes; dejó el cargo tan fresco y jamás prosperaron las denuncias. Su sucesor no corrió con la misma suerte. La robadera fue de tales calibres, que el PRI perdió la entidad, a la que llegó Carlos Joaquín, recién cambiado de camiseta al PRD. Lo que encontró fue de pronóstico: el negociazo de bienes raíces, además de otra serie de tranzas, obligó a que se detuviera a Borge, en Panamá y pudiera extraditársele.

Se comprobó que la familia de este sátrapa, participaba activamente de las “proezas” del junior. La mamá ha salido a relucir, en un altero de expedientes y ahora el papi –de acuerdo a una columna del periodista José Ureña-, se presume que podría estar detrás de la tragedia del Caribe I.

Como el estallido afectó a varios estadounidenses, el FBI vino a ayudar a nuestros sabuesos de nopal. El artefacto fue de fabricación casera y según Ureña se vio al papá de Borge subir con una mochila y bajarse sin ella, antes de que zarpara el navío. Las autoridades, como es insana costumbre, con la boca cerrada. ¿El motivo? Un seguro de cuatro millones de dólares.

Los escándalos vienen de atrás. Ha habido acusaciones, contra presidentes municipales de Benito Juárez (Cancún), como la que puso bajo proceso, a Greg Sánchez, actual candidato de Morena a algún cargo.

Hubo asuntos de trata de personas, con la profusa “importación” de jóvenes cubanas, para colocarlas en burdeles. El intercambio de carne, por dólares, se hacía en pleno contubernio con funcionarios cubanos de alto nivel.

El deterioro salió a flote y empezaron los homicidios en los bares. La droga corre a tope y se dice que el trasiego marítimo de estupefacientes es el causante del incremento en el número de homicidios. En enero del 2017, Quintana Roo ocupó el “honroso” primer lugar en asesinatos a balazos.

La impunidad, como siempre, entroniza el delito. Destrozar el futuro de los quintanarroenses, debería tener tras las rejas, a la caterva de delincuentes –un enorme número de miembros de la casta divina- responsables de acabar con la paz de lo que fue un paraíso.

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq

MATAR A LA GALLINA DE LOS HUEVOS DE ORO


La inseguridad aniquila. Lo que fue paraíso para residentes y turistas, se convierte en infierno y esta imagen, a nivel internacional, nos golpea más que las “ocurrencias” del señor Trump.

Quintana Roo va en picada y la explosión del barco Caribe I, despierta alertas globales, advirtiendo a sus habitantes que eviten viajar a Cancún y a Playa del Carmen. Baja California Sur, también prende focos rojos y de seguir así, a corto plazo, en nuestros principales centros turísticos no se pararán ni las moscas.

Primero fue Acapulco. La inaudita violencia del Guerrero negro, apagó la época dorada de los festivales de cine, la presencia de estrellas de primera línea, la llegada de aristócratas enamorados de su bahía, de su…tranquilidad.

Cabezas en el mar, balaceras en discotecas y rumores de horror y medio, cancelaron el aura de posibilidades de obtener los ingresos suficientes, para la sobrevivencia de tantísimos prestadores de servicios.

La explosión en el barco Caribe I (21 de febrero), que cruzaba de Playa del Carmen a Cozumel, dejó 26 heridos. La nave pertenece a una empresa propiedad de un par de exgobernadores: Félix González Canto y Roberto Borge, sujeto a proceso por su inaudito latrocinio, aunque su “compa” y socio, también debería estarlo.

El asalto a las arcas estatales comenzó con el tal Félix, a quien se le acusó de miles de trastupijes; dejó el cargo tan fresco y jamás prosperaron las denuncias. Su sucesor no corrió con la misma suerte. La robadera fue de tales calibres, que el PRI perdió la entidad, a la que llegó Carlos Joaquín, recién cambiado de camiseta al PRD. Lo que encontró fue de pronóstico: el negociazo de bienes raíces, además de otra serie de tranzas, obligó a que se detuviera a Borge, en Panamá y pudiera extraditársele.

Se comprobó que la familia de este sátrapa, participaba activamente de las “proezas” del junior. La mamá ha salido a relucir, en un altero de expedientes y ahora el papi –de acuerdo a una columna del periodista José Ureña-, se presume que podría estar detrás de la tragedia del Caribe I.

Como el estallido afectó a varios estadounidenses, el FBI vino a ayudar a nuestros sabuesos de nopal. El artefacto fue de fabricación casera y según Ureña se vio al papá de Borge subir con una mochila y bajarse sin ella, antes de que zarpara el navío. Las autoridades, como es insana costumbre, con la boca cerrada. ¿El motivo? Un seguro de cuatro millones de dólares.

Los escándalos vienen de atrás. Ha habido acusaciones, contra presidentes municipales de Benito Juárez (Cancún), como la que puso bajo proceso, a Greg Sánchez, actual candidato de Morena a algún cargo.

Hubo asuntos de trata de personas, con la profusa “importación” de jóvenes cubanas, para colocarlas en burdeles. El intercambio de carne, por dólares, se hacía en pleno contubernio con funcionarios cubanos de alto nivel.

El deterioro salió a flote y empezaron los homicidios en los bares. La droga corre a tope y se dice que el trasiego marítimo de estupefacientes es el causante del incremento en el número de homicidios. En enero del 2017, Quintana Roo ocupó el “honroso” primer lugar en asesinatos a balazos.

La impunidad, como siempre, entroniza el delito. Destrozar el futuro de los quintanarroenses, debería tener tras las rejas, a la caterva de delincuentes –un enorme número de miembros de la casta divina- responsables de acabar con la paz de lo que fue un paraíso.

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq