Tamaulipas está en la mira y no se debe a sus frecuentes primeras planas por la inseguridad. La huelga en 45 maquiladoras de Matamoros los tomó por sorpresa y le podría suponer un golpe fuerte a su economía.
Amanecieron con las banderas rojas y el típico pliego petitorio. Les exigían a los patrones un aumento al salario directo de un 20 por ciento, más un bono anual de 32 mil.
A los pocos días, un buen número de ellas conciliaron el asunto y regresaron las actividades; otras no lo consiguieron. Se dice que se había advertido con anticipación, pero que la Secretaría del Trabajo ni se inmutó. En otros tiempos, de inmediato se habría prestado atención al asunto, pero ahora, para cuando su titular, la joven Alcalde, mandó a un emisario, ya era tarde y su gestión resultó inútil.
Se empezó a destapar la cloaca del asunto. La “coordinadora” del movimiento de los trabajadores es una abogada, Susana Prieto, que radica en El Paso, Estados Unidos y con influencia en Chihuahua. El líder sindical de las repudiadas empresas, ni la boca abría y el vocero directo lo fue otro líder, en su caso, ¡minero! (De quien se sabe es cercano al “senador” Napoleón Gómez Urrutia). También se mencionó, como convocante del paro, al Presidente Municipal, bajo el membrete de Morena.
De manera que, intereses creados ajenos fueron a revolver a un gremio, en una entidad ajena a la propia. Se involucró al también senador, Ricardo Monreal, como mediador en el conflicto, lo cual negó tajantemente.
Mar de fondo en un problema que, de acuerdo a los propietarios de esos negocios, se debió a una confusión en cuanto al incremento nacional, al salario mínimo. Argumentaron que el monto se dio a conocer tardíamente y en razón de ello no se habían hecho los aumentos.
Sean peras o manzanas, las huelgas –que no se veían en esta República desde hace varios años- resultan perjudiciales para la buena marcha de una industria o empresa, además de dar una pésima imagen al exterior.
Con una economía agarrada de alfileres y pérdidas millonarias –cancelación del aeropuerto, desabasto de gasolina en varias entidades, bloqueo de ferrocarriles en Michoacán, a cargo de la CNTE-, habría que preguntar en el extranjero, quién es el guapo que se atreve a invertir en un lugar en el que priva la incertidumbre jurídica, hay problemas sindicales y riesgos serios por la inseguridad, entre otras lacras.
Las fauces del desempleo se abren. En diciembre se corrió a miles y miles de burócratas, lo que causó un alza grave en el índice. Se les echó a la calle de manera vil, sin liquidación y exigiéndoles la renuncia súbita. Hubo oficinas en las que llegaron y les dijeron, en este minuto agarren sus tiliches y van para afuera.
¿Dónde van a encontrar empleo si el ambiente frena las inversiones y las empresas establecidas, temerosas, recortan gastos?
La Iniciativa Privada tamaulipeca, a través de sus Cámaras, advierte que podrían quedarse sin trabajo unas 30 mil personas. Culpan del desaguisado a la intromisión de “Napito” y a la inacción del Gobierno Federal.
Las maquiladoras suelen tener mala fama: un trabajo extenuante por un salario bajo. Se había avanzado y las condiciones mejoraban, cuando estallan estas huelgas inusuales y se manda una pésima señal a los mercados.
La oficialidad sólo habla del huachicol. ¿Y la economía? Un gabinete de neófitos da palos de ciego, mientras se multiplican los conflictos. Hasta que se rompa la cuerda.
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