/ miércoles 29 de noviembre de 2017

Cuchillito de palo | ¡Bufalada!

¡Dioses se soltó la bufalada! Después de lo que algunos vieron como la segunda gran imprudencia de Videgaray (al destapar ante el cuerpo consular a José Antonio Meade, aunque dudo que lo hiciera sin la anuencia de su jefe Peña), arrancó la obligada faramalla tricolor.

Un supersticioso tlatoani eligió el 27 -dicen el siete es su número de suerte-, para “aceptar” la renuncia del ahora exsecretario de Hacienda y darle la bendición para su “nuevo proyecto”. El divino dedazo era urgente, en vista de la efervescencia politiquera.

De Los Pinos a Hacienda -a pasarle la estafeta a su sucesor, González Anaya-, para después llegar a la CTM, la CNC, la CNOP, al sector femenino y al sector juvenil, sin faltar la visita al clavillazo que preside el Robolucionario Institucional, Ochoa Reza.

Las “fuerzas vivas” -¿será?-, a todo color. Empujones, apapachos, abrazos, cambio de corbata; achuchones de señaladas militantes y sonrisas al por mayor. Ninguno se quería quedar sin la foto con un suspirante, que de tanto apachurramiento lucía más rojo, que de costumbre (a tono con el color distintivo del partido).

Lo catapultan en calidad de independiente, al romper el candado que lo prohibía y que, desde la asamblea se supo tenía dedicatoria.

En el camino quedan el resto de suspirantes. Osorio Chong, quien despacha en Bucareli y ocupaba el primer lugar en las encuestas. Priista de hueso colorado, con 26 años de membrete, traía a cuestas un enorme fardo: el fracaso en el combate a la creciente inseguridad y le empezaban a escarbar en sus finanzas personales, por favorecer a constructoras hidalguenses, entre muchas otras lindezas que podrían salir a la luz pública.

El chavo Nuño, a pesar de la simpatía que le tiene el patrón, sería difícil que concitara grandes apoyos. A José Narro, destacado exrector de la UNAM, de carrera limpia y sólida en todos sentidos, la millonada de jóvenes lo califica de “ruco”. De Yvonne Ortega, exgobernadora de Yucatán y quien se autopromocionó en un ataque histérico –de dónde las cualidades para aspirar a la grande-, ni tiempo le dieron para hacer el mínimo borlote.

Llegó la hora de la verdad. De la precampaña y campaña, en la que Meade tendrá que convencer a una población asqueada del PRI, del régimen en turno, de casi todos los partidos y de la clase política en general.

Y, en las entrañas del propio tricolor, ¿podrá evitar la división y conciliar a sectores y militantes, que parecerían lejanos y contradictorios a su personalidad? En las muchas encomiendas que ha tenido, jamás recuerdo haberlo visto reaccionar con pasión, con enojo.

Siempre aparece como bonachón, como tolerante, cualidades que hay quien traduce como debilidad. ¿Podrá el súper tecnócrata lidiar con la tragedia de la delincuencia, de la inconformidad y la irritación social, de la desconfianza y el descrédito de las instituciones?

Pudiera hacer click con la juventud, ávida de las oportunidades que se le niegan y que, al reconocer a un hombre muy capacitado en el campo de los dineros,  aportaría ventajas y bienestar.

¿Y sus opositores? Escandaloso el exceso de propaganda de López Obrador, ahora hasta con señora cantante. El Frente, desfrentándose por las ambiciones de unos y otros. De los Independientes, El Bronco decepcionó a los regiomontanos –con un desgobierno fallido- y Margarita Zavala, mediocre y con el lastre de su Felipe. Apenas empieza. El día a día dirá si el dedazo presidencial fue acertado, o Meade acabará buscando empleo, en cualquier organismo internacional.

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq

¡Dioses se soltó la bufalada! Después de lo que algunos vieron como la segunda gran imprudencia de Videgaray (al destapar ante el cuerpo consular a José Antonio Meade, aunque dudo que lo hiciera sin la anuencia de su jefe Peña), arrancó la obligada faramalla tricolor.

Un supersticioso tlatoani eligió el 27 -dicen el siete es su número de suerte-, para “aceptar” la renuncia del ahora exsecretario de Hacienda y darle la bendición para su “nuevo proyecto”. El divino dedazo era urgente, en vista de la efervescencia politiquera.

De Los Pinos a Hacienda -a pasarle la estafeta a su sucesor, González Anaya-, para después llegar a la CTM, la CNC, la CNOP, al sector femenino y al sector juvenil, sin faltar la visita al clavillazo que preside el Robolucionario Institucional, Ochoa Reza.

Las “fuerzas vivas” -¿será?-, a todo color. Empujones, apapachos, abrazos, cambio de corbata; achuchones de señaladas militantes y sonrisas al por mayor. Ninguno se quería quedar sin la foto con un suspirante, que de tanto apachurramiento lucía más rojo, que de costumbre (a tono con el color distintivo del partido).

Lo catapultan en calidad de independiente, al romper el candado que lo prohibía y que, desde la asamblea se supo tenía dedicatoria.

En el camino quedan el resto de suspirantes. Osorio Chong, quien despacha en Bucareli y ocupaba el primer lugar en las encuestas. Priista de hueso colorado, con 26 años de membrete, traía a cuestas un enorme fardo: el fracaso en el combate a la creciente inseguridad y le empezaban a escarbar en sus finanzas personales, por favorecer a constructoras hidalguenses, entre muchas otras lindezas que podrían salir a la luz pública.

El chavo Nuño, a pesar de la simpatía que le tiene el patrón, sería difícil que concitara grandes apoyos. A José Narro, destacado exrector de la UNAM, de carrera limpia y sólida en todos sentidos, la millonada de jóvenes lo califica de “ruco”. De Yvonne Ortega, exgobernadora de Yucatán y quien se autopromocionó en un ataque histérico –de dónde las cualidades para aspirar a la grande-, ni tiempo le dieron para hacer el mínimo borlote.

Llegó la hora de la verdad. De la precampaña y campaña, en la que Meade tendrá que convencer a una población asqueada del PRI, del régimen en turno, de casi todos los partidos y de la clase política en general.

Y, en las entrañas del propio tricolor, ¿podrá evitar la división y conciliar a sectores y militantes, que parecerían lejanos y contradictorios a su personalidad? En las muchas encomiendas que ha tenido, jamás recuerdo haberlo visto reaccionar con pasión, con enojo.

Siempre aparece como bonachón, como tolerante, cualidades que hay quien traduce como debilidad. ¿Podrá el súper tecnócrata lidiar con la tragedia de la delincuencia, de la inconformidad y la irritación social, de la desconfianza y el descrédito de las instituciones?

Pudiera hacer click con la juventud, ávida de las oportunidades que se le niegan y que, al reconocer a un hombre muy capacitado en el campo de los dineros,  aportaría ventajas y bienestar.

¿Y sus opositores? Escandaloso el exceso de propaganda de López Obrador, ahora hasta con señora cantante. El Frente, desfrentándose por las ambiciones de unos y otros. De los Independientes, El Bronco decepcionó a los regiomontanos –con un desgobierno fallido- y Margarita Zavala, mediocre y con el lastre de su Felipe. Apenas empieza. El día a día dirá si el dedazo presidencial fue acertado, o Meade acabará buscando empleo, en cualquier organismo internacional.

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq