/ miércoles 4 de octubre de 2017

Cuchillito de palo | Carroñeros

Así los calificó una persona del público, que me envió un video indignante. En Puebla, jóvenes voluntarios, grabaron a unos individuos que se repartían donaciones. Se trataba de una camioneta oficial, la que conducía un tipo que se dijo trabajador de la Secretaría de Gobierno y una señora en un vehículo particular.

La dama de Marras se daba el lujo de escoger entre la ropa, que mandaron personas de buena voluntad. En el automóvil llevaba paquetes de pañales y otros artículos, que tanta falta hacían para los damnificados. Los corrieron del lugar, los insultaron, pero lo grave es que no eran ni los primeros ni los últimos buitres, que sobrevuelan en estos tiempos difíciles.

Lo de Oaxaca, sobrecogedor. Un grupo de delincuentes asaltó a unos voluntarios, que circulaban por la carretera, les robaron miles de pesos y violaron a una mujer.

Pasan los días, la tragedia está vigente, hay miles de damnificados y, los “carroñeros” se aprovechan para “hacer su agosto”. En medio de la oleada de solidaridad, los arroces negros, que nunca faltan en las catástrofes.

Y, similar la carroñería de la “letra chiquita” de los seguros, que por más que uno la busca –cuando los adquiere-, jamás la encuentra. En el momento de cualquier siniestro, sale a relucir.

Quienes religiosamente cubrieron su póliza de hogar, como pomposamente te la venden, en el caso de los condominios, ahora se enteran que no les pueden pagar la pérdida total, si el resto de vecinos no acepta la demolición.

Poner de acuerdo, a quienes ni siquiera tienen un pariente que los reciba, en que es imposible componer la propiedad, sino que hay que derruirla, es imposible. Me cuentan de un edificio en la calle de Ámsterdam, en la que, un matrimonio de ancianos se niega a dejar su departamento, a pesar del peligro y de que está invivible. Argumentan que no tienen a dónde ir y rechazan cualquier propuesta del resto, lo que dificulta el que algunos, que tenían una póliza, puedan validarla.

Si adquieres un seguro que proteja tu casa, la compañía tendría que darte la indemnización, por la pérdida de tu espacio, que se supone es el meollo del contrato. Las aseguradoras nunca pierden y da igual que sean gastos médicos, que de “protección al hogar” o de vida, cuando tienes que usarlos se salen por la tangente y, si bien te va te dan migajas.

¿Y el circo absurdo de los partidos? Lo que empezó como una moción de López Obrador –en cuanto a que había que eliminarles las prerrogativas-, se ha convertido en el gran espectáculo, en el que los “enanos crecieron”.

La farándula de Enrique Ochoa Reza, mandamás priista, renunciando al ministro de 258 millones, que les correspondían por los últimos tres meses del año, no logró conmover a laopinión pública.

Lo secundaron el Verde y Encuentro Social. Los del Frente Ciudadano por México se hicieron los tontos y salieron con un galimatías: que si mejor se prescindiera de los viáticos (Indispensables para quienes han hecho la tarea, el Ejército, la Marina, la Policía Federal, los médicos y los maestros.

PAN, PRD, Movimiento Ciudadano, determinaron hincarle el diente al presupuesto del Gobierno federal. ¿Y la reconstrucción? “Pues que salga de ahí”.

El Pejelagarto y su Morena, promotores de la “gran idea”, declaran que lo donarán ellos –con sus propias manitas y a quien se le venga en gana- , en marzo del 2018 (Cuando habrá pasado al olvido y como promoción propoagandística).

Carroñeros a granel: del que se roba lo donado, a quien se gasta un dinero esencial, para quien lo perdió todo.

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq

Así los calificó una persona del público, que me envió un video indignante. En Puebla, jóvenes voluntarios, grabaron a unos individuos que se repartían donaciones. Se trataba de una camioneta oficial, la que conducía un tipo que se dijo trabajador de la Secretaría de Gobierno y una señora en un vehículo particular.

La dama de Marras se daba el lujo de escoger entre la ropa, que mandaron personas de buena voluntad. En el automóvil llevaba paquetes de pañales y otros artículos, que tanta falta hacían para los damnificados. Los corrieron del lugar, los insultaron, pero lo grave es que no eran ni los primeros ni los últimos buitres, que sobrevuelan en estos tiempos difíciles.

Lo de Oaxaca, sobrecogedor. Un grupo de delincuentes asaltó a unos voluntarios, que circulaban por la carretera, les robaron miles de pesos y violaron a una mujer.

Pasan los días, la tragedia está vigente, hay miles de damnificados y, los “carroñeros” se aprovechan para “hacer su agosto”. En medio de la oleada de solidaridad, los arroces negros, que nunca faltan en las catástrofes.

Y, similar la carroñería de la “letra chiquita” de los seguros, que por más que uno la busca –cuando los adquiere-, jamás la encuentra. En el momento de cualquier siniestro, sale a relucir.

Quienes religiosamente cubrieron su póliza de hogar, como pomposamente te la venden, en el caso de los condominios, ahora se enteran que no les pueden pagar la pérdida total, si el resto de vecinos no acepta la demolición.

Poner de acuerdo, a quienes ni siquiera tienen un pariente que los reciba, en que es imposible componer la propiedad, sino que hay que derruirla, es imposible. Me cuentan de un edificio en la calle de Ámsterdam, en la que, un matrimonio de ancianos se niega a dejar su departamento, a pesar del peligro y de que está invivible. Argumentan que no tienen a dónde ir y rechazan cualquier propuesta del resto, lo que dificulta el que algunos, que tenían una póliza, puedan validarla.

Si adquieres un seguro que proteja tu casa, la compañía tendría que darte la indemnización, por la pérdida de tu espacio, que se supone es el meollo del contrato. Las aseguradoras nunca pierden y da igual que sean gastos médicos, que de “protección al hogar” o de vida, cuando tienes que usarlos se salen por la tangente y, si bien te va te dan migajas.

¿Y el circo absurdo de los partidos? Lo que empezó como una moción de López Obrador –en cuanto a que había que eliminarles las prerrogativas-, se ha convertido en el gran espectáculo, en el que los “enanos crecieron”.

La farándula de Enrique Ochoa Reza, mandamás priista, renunciando al ministro de 258 millones, que les correspondían por los últimos tres meses del año, no logró conmover a laopinión pública.

Lo secundaron el Verde y Encuentro Social. Los del Frente Ciudadano por México se hicieron los tontos y salieron con un galimatías: que si mejor se prescindiera de los viáticos (Indispensables para quienes han hecho la tarea, el Ejército, la Marina, la Policía Federal, los médicos y los maestros.

PAN, PRD, Movimiento Ciudadano, determinaron hincarle el diente al presupuesto del Gobierno federal. ¿Y la reconstrucción? “Pues que salga de ahí”.

El Pejelagarto y su Morena, promotores de la “gran idea”, declaran que lo donarán ellos –con sus propias manitas y a quien se le venga en gana- , en marzo del 2018 (Cuando habrá pasado al olvido y como promoción propoagandística).

Carroñeros a granel: del que se roba lo donado, a quien se gasta un dinero esencial, para quien lo perdió todo.

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq