/ sábado 16 de abril de 2022

Cuchillito de palo | Chicanadas

Morena es una recua de marrulleros, capaces de cualquier arbitrariedad con tal de salirse con la suya…que es la que les ordena el emperador de Palacio. Sin él no se mueve ni la hoja de un árbol y nos ha tenido mareados con la cantaleta de su Reforma Eléctrica, a la que le ha dedicado más horas que a la atención de la deplorable realidad, desde que empezó con su discurso de la “transformación”.

Hasta el agotamiento escuchamos que los inversionistas extranjeros son unos “corruptos, ladrones” y muchos más epítetos, sin que se haya consignado a uno solo ni menos se haya presentado una prueba de lo que dice.

Y podría ser que en el pasado se les permitiera hacer negociazos más allá de la ética, pero la solución está en las manos de quien ahora detenta el Poder, que puede denunciar los hechos de podredumbre ante los tribunales y sancionar a quienes pervirtieron contratos y licitaciones, a fin de beneficiar a unos cuantos.

Nunca ha salido de una mañanera una sola prueba en contra de alguno de los muchos a los que señala con dedo flamígero y acusa con voces destempladas. Todo son “dichos” sin ninguna comprobación y, de quienes se han consignado, -como el caso de Emilio Lozoya y su escandalosa robadera-, poco se ha visto que se les castigue conforme a Derecho y, por el contrario, se les ha favorecido con una y mil prebendas.

En la cárcel están sus enemigos, como Rosario Robles, con la que se han desplegado toda la saña del veneno de las venganzas de un tlatoani irascible y visceral, capaz de perseguir con dolo y profunda maldad, a quien le parece que lo ha “agraviado”. Por algo está tan acompinchado con el fiscal Gertz Manero, que cojea del mismo pie.

En cuanto a la Reforma Eléctrica, conocida como Ley Bartlett, se sabe que supone un enorme retroceso para el desarrollo del país y el regreso a los oscuros tiempos de la militancia priísta del tabasqueño -que persiste en su yo interno-. Así la han catalogado verdaderos especialistas, a algunos de los cuales se convocó a un buen número de foros -que sirvieron para maldita la cosa, porque nunca se escucharon las voces de los entendidos y los morenacos plasmaron en el papel lo que se les dictó desde Palacio, sin moverle ni una coma-.

Así llegamos a la hora en la que el pleno de la Cámara de Diputados tendría que votarla. Después de trifulca y media se quedó en que se adelantaban los tiempos -el PRI había pedido que se dejara para después de las elecciones de junio-. La sesión definitiva sería el pasado martes, pero las hordas morenacas decidieron que impondrían un asedio a la Cámara, para evitar que entraran todos los diputados, a sabiendas de que la oposición dijo nones al tema.

La alianza Va por México (PRI; PAN; PRD y se unió MC), determinó que no pasará este Reforma como está y, sin sus votos no se puede modificar la Constitución. Morena necesita 57, además de los de sus satélites, el verde y el del trabajo, para tener la mayoría necesaria.

AMLO metió su cuchara con unos discursetes ridículos, apelando al “nacionalismo” de los priístas y a que se rebelaran a su cúpula. No le funcionaron sus demagogias de pacotilla.

En la desesperación, la mayoría morenaca cambió la sesión para mañana domingo de resurrección, con la esperanza de conseguir lo que hasta ahora no ha podido. Por el bien de este México, sumido en el mandato de un solo hombre, esperemos que la oposición permanezca unida y confirme que no todo está perdido.

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq



Morena es una recua de marrulleros, capaces de cualquier arbitrariedad con tal de salirse con la suya…que es la que les ordena el emperador de Palacio. Sin él no se mueve ni la hoja de un árbol y nos ha tenido mareados con la cantaleta de su Reforma Eléctrica, a la que le ha dedicado más horas que a la atención de la deplorable realidad, desde que empezó con su discurso de la “transformación”.

Hasta el agotamiento escuchamos que los inversionistas extranjeros son unos “corruptos, ladrones” y muchos más epítetos, sin que se haya consignado a uno solo ni menos se haya presentado una prueba de lo que dice.

Y podría ser que en el pasado se les permitiera hacer negociazos más allá de la ética, pero la solución está en las manos de quien ahora detenta el Poder, que puede denunciar los hechos de podredumbre ante los tribunales y sancionar a quienes pervirtieron contratos y licitaciones, a fin de beneficiar a unos cuantos.

Nunca ha salido de una mañanera una sola prueba en contra de alguno de los muchos a los que señala con dedo flamígero y acusa con voces destempladas. Todo son “dichos” sin ninguna comprobación y, de quienes se han consignado, -como el caso de Emilio Lozoya y su escandalosa robadera-, poco se ha visto que se les castigue conforme a Derecho y, por el contrario, se les ha favorecido con una y mil prebendas.

En la cárcel están sus enemigos, como Rosario Robles, con la que se han desplegado toda la saña del veneno de las venganzas de un tlatoani irascible y visceral, capaz de perseguir con dolo y profunda maldad, a quien le parece que lo ha “agraviado”. Por algo está tan acompinchado con el fiscal Gertz Manero, que cojea del mismo pie.

En cuanto a la Reforma Eléctrica, conocida como Ley Bartlett, se sabe que supone un enorme retroceso para el desarrollo del país y el regreso a los oscuros tiempos de la militancia priísta del tabasqueño -que persiste en su yo interno-. Así la han catalogado verdaderos especialistas, a algunos de los cuales se convocó a un buen número de foros -que sirvieron para maldita la cosa, porque nunca se escucharon las voces de los entendidos y los morenacos plasmaron en el papel lo que se les dictó desde Palacio, sin moverle ni una coma-.

Así llegamos a la hora en la que el pleno de la Cámara de Diputados tendría que votarla. Después de trifulca y media se quedó en que se adelantaban los tiempos -el PRI había pedido que se dejara para después de las elecciones de junio-. La sesión definitiva sería el pasado martes, pero las hordas morenacas decidieron que impondrían un asedio a la Cámara, para evitar que entraran todos los diputados, a sabiendas de que la oposición dijo nones al tema.

La alianza Va por México (PRI; PAN; PRD y se unió MC), determinó que no pasará este Reforma como está y, sin sus votos no se puede modificar la Constitución. Morena necesita 57, además de los de sus satélites, el verde y el del trabajo, para tener la mayoría necesaria.

AMLO metió su cuchara con unos discursetes ridículos, apelando al “nacionalismo” de los priístas y a que se rebelaran a su cúpula. No le funcionaron sus demagogias de pacotilla.

En la desesperación, la mayoría morenaca cambió la sesión para mañana domingo de resurrección, con la esperanza de conseguir lo que hasta ahora no ha podido. Por el bien de este México, sumido en el mandato de un solo hombre, esperemos que la oposición permanezca unida y confirme que no todo está perdido.

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq