En este país en el que el Presidente se burla de títulos y preparación, no asusta el que ahora, los diplomáticos lo sean por dedazo del emperador, por premio a traiciones al partido que los encumbró y a los militantes que perseveran en ser fieles a esas siglas.
Salió la lista de los recién nombrados a distintas representaciones internacionales y provocó una fuerte reacción. Para quienes son diplomáticos de carrera, llevan años en el servicio y se atienen a un escalafón, que no es sencillo, la desilusión de ver que acceden a embajadas y consulados personajillos que nada tienen que ver con el ámbito, indigna.
No es novedad y en el pasado igual se premiaba o se castigaba a los amigos o enemigos a los que se intentaba alejar donde no hicieran daño. La diferencia es que la 4T alardea de que es distinta.
También se nombra a malandrines -Pedro Salmerón-, aunque fue escándalo público la llegada de Fidel Herrera, durante el Peñanietismo, al consulado de Barcelona.
AMLO advirtió en sus mañaneras, que incorporaría a su administración a exgobernadores. Empezó con Quirino Ordaz, quien sigue a la espera de que España lo acepte como representante azteca, placet que se ha alargado inexplicablemente, lo que se atribuye al enfriamiento de las relaciones con la madre patria.
Los constantes ataques a las inversiones hispanas en este país, han provocado urticaria en quienes están hartos de tantas críticas negativas, desde Palacio Nacional.
Les tocó el turno a la exmandamás de Sonora, Claudia Pavlovich y al de Campeche, Carlos Miguel Aysa. A López Obrador no se le va una y encontró la fórmula perfecta para seguir debilitando al Tricolor, incitando a cuadros de primera línea a dar el chaquetazo y unirse a las filas morenacas.
De poco sirvió la amenaza del presidente partidista, Alito Moreno, de expulsarlos de las filas en el caso de aceptar la propuesta: Nada les importó, a quienes ya se ven gozando de las mieles de Barcelona y de Santo Domingo. Cooptar al adversario es una estrategia debilitante de las fuerzas del organismo político, de por sí en plena decadencia, además de incidir en la fusión PAN, PRD, PRI.
Tampoco gustó el que un par de activistas de Izquierda, Leopoldo de Gyves y Zamora, vayan a las sedes de Venezuela y Nicaragua, pero lo que alarmó fue que el historiador Pedro Salmerón pueda llegar a Panamá.
De Gyves y Zamora están en tela de juicio, por compartir la visión del par de dictadores, Maduro y Ortega, con lo que fallarán a una de las encomiendas más destacadas de un embajador: proteger y ayudar a quienes están en desacuerdo con un Régimen totalitario.
Salmerón, por su parte, está inundado de denuncias por acoso de parte de sus alumnas del ITAM, e incluso de militantes de Morena. AMLO argumentó que no había denuncias en su contra: miente, como acostumbra, ya que se hicieron frente a los órganos designados en el ITAM, por lo que son tan válidas como si se hubiesen hecho ante la Procuraduría.
Salmerón es amigo y protegido de la cónyuge del tabasqueño, la que lo encumbró a diversos cargos, a su salida del ITAM: El individuo arrastra mala fama desde hace tiempo, aunque, en este Régimen se defiende a Pederastas -diputado poblano también cercano a Beatriz Gutiérrez- y a violadores como Félix Salgado Macedonio.
Negro panorama para esforzados diplomáticos, sin posibilidades de crecimiento, frente a ignorantes advenedizos a los que, el autoritarismo encumbra.
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