/ sábado 29 de junio de 2019

Cuchillito de palo | Federales "fifis" y migrantes "terroristas"

Poco extraña de Francisco Garduño –actual Comisionado de migración-, el que les llamara “Fifís” a los policías federales que demandaron condiciones dignas. Garduño siempre ha sido hosco, duro y con las trazas del uniformado “maldoso”, del que poco quiere saber la ciudadanía.

Se tuvo que tragar su dicho, cuando se le reclamó a AMLO y éste dijo que se disculparía. A lo Trumpiano (Por ahí les ha dado a nuestros flamantes funcionaretes), tuiteó una disculpa. Llegó a sustituir a un académico, gran conocedor del problema migratorio, a quien le dio salida la 4T, en vista de que no parecía de los que se fueran a doblegar a las órdenes del mandamás yanqui.

Se intenta cumplir con los compromisos que hizo Marcelito Ebrard –con la anuencia de su patrón-, frente a la amenaza de la imposición de aranceles. El más importante: contener la migración para que se quede en tierra azteca.

Se acabó el apapacho del tabasqueño y su demagogia de los “brazos y las puertas abiertas”.

De aquí, el rápido envío de la Guardia Nacional, con el fin de parar los ríos humanos que buscan el cruce. Y Garduño, fiel a la cantaleta cotidiana, se ve que decidió “ahorrar” en los viáticos y hospedaje de quienes tendrán que poner el alto y obligar a una “migración ordenada”.

Cualquier país registra a los extranjeros que ingresan. México está rebasado. Se desmanteló migración sin sustituir al personal con otro, capacitado. Las caravanas siguen imparables, se violan Derechos Humanos y caemos en una crisis humanitaria.

Nuestra frontera Sur siempre ha sido ejemplo del horror. Tráfico de personas, extorsión, violaciones atroces a las Garantías. Salvo las mujeres que alimentan a quienes viajan por la zona (Las Patronas), ACNUR y algunas otras ONGs, por décadas permeó la corrupción y cuanto vicio oficialista había, sin que estas lacras hayan desaparecido.

Al intensificarse las caravanas de Centroamérica se reveló la crudeza de un conflicto que supera las expectativas. Vivimos lo sucedido en Europa y vemos escenas similares a la del pequeño que apareció muerto en la playa. El viejo Continente maneja la crisis, aunque siguen llegando las conocidas como “pateras”, rebosantes de personas.

Difícil, para un México lleno de carencias, acoger a quienes arriban hambrientos, cansados y enfermos. Les prometieron trabajo, cuando aquí escasea para los nacionales y cómo darles un techo decoroso si ni las propias necesidades se cubren.

Insuficientes los albergues y apoyos y peor el brote xenofóbico. Se critica, a quienes se inclinan por la ayuda a los migrantes, diciendo “pues llévate a vivir a cinco o seis a tu casa”. El característico rasgo de hospitalidad se diluye frente a la compleja realidad.

AMLO aprovecha la coyuntura para lanzar su plan de apoyo a Centroamérica y se reúne con su par de El Salvador. Le entrega 30 millones de dólares para la adquisición de 50 mil hectáreas, que dotarán de 20 mil empleos en la siembra de árboles frutales y maderables. En plan de padrino de Nayib Bukele, casi lo noquea por apapacharlo -mientras el salvadoreño se desbarató en elogios hacia su gestión-, según él porque “México tiene 200 años de estar mal” (¿Conocerá nuestra historia el “insigne” representante de la casta divina del feudal país centroamericano?)

A más de un azteca le ardió la dádiva, cuando aquí seguimos que “ni para frijoles hay”. Candil de la calle, mientras en estos lares arrecia la oscuridad.

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq


Poco extraña de Francisco Garduño –actual Comisionado de migración-, el que les llamara “Fifís” a los policías federales que demandaron condiciones dignas. Garduño siempre ha sido hosco, duro y con las trazas del uniformado “maldoso”, del que poco quiere saber la ciudadanía.

Se tuvo que tragar su dicho, cuando se le reclamó a AMLO y éste dijo que se disculparía. A lo Trumpiano (Por ahí les ha dado a nuestros flamantes funcionaretes), tuiteó una disculpa. Llegó a sustituir a un académico, gran conocedor del problema migratorio, a quien le dio salida la 4T, en vista de que no parecía de los que se fueran a doblegar a las órdenes del mandamás yanqui.

Se intenta cumplir con los compromisos que hizo Marcelito Ebrard –con la anuencia de su patrón-, frente a la amenaza de la imposición de aranceles. El más importante: contener la migración para que se quede en tierra azteca.

Se acabó el apapacho del tabasqueño y su demagogia de los “brazos y las puertas abiertas”.

De aquí, el rápido envío de la Guardia Nacional, con el fin de parar los ríos humanos que buscan el cruce. Y Garduño, fiel a la cantaleta cotidiana, se ve que decidió “ahorrar” en los viáticos y hospedaje de quienes tendrán que poner el alto y obligar a una “migración ordenada”.

Cualquier país registra a los extranjeros que ingresan. México está rebasado. Se desmanteló migración sin sustituir al personal con otro, capacitado. Las caravanas siguen imparables, se violan Derechos Humanos y caemos en una crisis humanitaria.

Nuestra frontera Sur siempre ha sido ejemplo del horror. Tráfico de personas, extorsión, violaciones atroces a las Garantías. Salvo las mujeres que alimentan a quienes viajan por la zona (Las Patronas), ACNUR y algunas otras ONGs, por décadas permeó la corrupción y cuanto vicio oficialista había, sin que estas lacras hayan desaparecido.

Al intensificarse las caravanas de Centroamérica se reveló la crudeza de un conflicto que supera las expectativas. Vivimos lo sucedido en Europa y vemos escenas similares a la del pequeño que apareció muerto en la playa. El viejo Continente maneja la crisis, aunque siguen llegando las conocidas como “pateras”, rebosantes de personas.

Difícil, para un México lleno de carencias, acoger a quienes arriban hambrientos, cansados y enfermos. Les prometieron trabajo, cuando aquí escasea para los nacionales y cómo darles un techo decoroso si ni las propias necesidades se cubren.

Insuficientes los albergues y apoyos y peor el brote xenofóbico. Se critica, a quienes se inclinan por la ayuda a los migrantes, diciendo “pues llévate a vivir a cinco o seis a tu casa”. El característico rasgo de hospitalidad se diluye frente a la compleja realidad.

AMLO aprovecha la coyuntura para lanzar su plan de apoyo a Centroamérica y se reúne con su par de El Salvador. Le entrega 30 millones de dólares para la adquisición de 50 mil hectáreas, que dotarán de 20 mil empleos en la siembra de árboles frutales y maderables. En plan de padrino de Nayib Bukele, casi lo noquea por apapacharlo -mientras el salvadoreño se desbarató en elogios hacia su gestión-, según él porque “México tiene 200 años de estar mal” (¿Conocerá nuestra historia el “insigne” representante de la casta divina del feudal país centroamericano?)

A más de un azteca le ardió la dádiva, cuando aquí seguimos que “ni para frijoles hay”. Candil de la calle, mientras en estos lares arrecia la oscuridad.

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq