/ sábado 16 de febrero de 2019

Cuchillito de palo | ¿Hacia dónde vamos?

¡Albricias, ya tenemos a un nuevo Fidel Velázquez! El “senador” Napoleón Gómez Urrutia se reinventa (Después de su dorado exilio en Canadá) y constituye una nueva central obrera. Debe haber puesto a temblar a la ancestral CTM.

Al amparo de su escaño y con la anuencia de su patroncito, lanza el proyecto rodeado de otros líderes –que estaban en desgracia- tan eufóricos como él. En su larga perorata, por supuesto interrumpida por el aplausómetro de sus acarreados –que además gritaban lemas laudatorios-, advierte, en pocas palabras, que viene el gran cambio en la cuestión laboral, que al fin habrá –en pocas palabras-, la auténtica reivindicación del trabajador.

Me pregunto, por qué no ha favorecido así a sus súbditos mineros, a los que controla la familia –primero fue su papi-, desde los tiempos de María Castañas. Este gremio debería, de acuerdo a sus “buenas intenciones”, ocupar un lugar preponderante en el campo de unas relaciones (Obrero patronales), que no siempre son lo parejas que deberían –menos para los mineros-.

El personaje, que se autocalifica como “perseguido político”, jamás aclara el destino de los 55 millones de dólares o pesos, que presuntamente les birló a sus sometidos, pleito que ocasionó su salida de territorio azteca, para convertirse en ejemplar hijo adoptivo de Canadá.

Cuando de casualidad toca el tema, insiste en que quedó exonerado (Como diría AMLO, contó con abogados famosos, capaces de ganar cualquier litigio). El emblema, de la que nomina Confederación Internacional de Trabajadores, se ostenta sobre un fondo del mismo color que el del partido Morena. Dice que va a ser por completo independiente del Ejecutivo, ¿le cree?

Diletantes, resentidos por descalabros politiqueros, farsantes que cambiaron de chaqueta; ignorantes a los que se les quiere presentar como lumbreras, amigos, conocidos. Es el pago de factura a quienes fueron incondicionales en los tiempos áridos y secos de las tres campañas. Ellos son los que llegan a echar fuera a todo lo que huela a “neoliberalismo” (Aunque ni idea tengan del concepto, o sean de los obsoletos totalitarios, que no se enteraron de la caída del muro de Berlín).Van, machete en mano, a destazar a sus enemigos de otras luchas y membretes.

En esta tónica, Manuel Bartlett acusa a funcionarios de otros regímenes, como si él fuera ave que hubiera pasado el pantano sin mancharse. Sin prueba alguna, con falsedades incluso, en las fechas en las que dice que “destruyeron a la Comisión Federal de Electricidad”, intenta embarrar a quien fue el poder tras el trono del Salinato, Joseph Marie Cordoba. No fue a Roma por la respuesta: uno a uno reclamaron las mentiras, dejándolo en ridículo.

Llegan también una serie de párvulos, para los que, el bajón de salarios a los servidores públicos, representa un banquete. Una muchachada que apenas podía aspirar a una chamba en la que, a duras penas, doblaría el salario mínimo, por lo que ahora se convierten en casi millonarios.

Neófitos sin idea de la administración pública ni de las ocupaciones propias de su nombramiento, pero incondicionales a la voz de su amo y dispuestos a enterrar un pasado -al que día con día se sataniza-, aunque carentes de materia gris o de los conocimientos que forjen un nuevo Sistema, una estructura que sostenga al país en el que estamos todos parados.

Cacería de brujas y bisoños al ataque, mientras los economistas advierten que vamos de picada.

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq


¡Albricias, ya tenemos a un nuevo Fidel Velázquez! El “senador” Napoleón Gómez Urrutia se reinventa (Después de su dorado exilio en Canadá) y constituye una nueva central obrera. Debe haber puesto a temblar a la ancestral CTM.

Al amparo de su escaño y con la anuencia de su patroncito, lanza el proyecto rodeado de otros líderes –que estaban en desgracia- tan eufóricos como él. En su larga perorata, por supuesto interrumpida por el aplausómetro de sus acarreados –que además gritaban lemas laudatorios-, advierte, en pocas palabras, que viene el gran cambio en la cuestión laboral, que al fin habrá –en pocas palabras-, la auténtica reivindicación del trabajador.

Me pregunto, por qué no ha favorecido así a sus súbditos mineros, a los que controla la familia –primero fue su papi-, desde los tiempos de María Castañas. Este gremio debería, de acuerdo a sus “buenas intenciones”, ocupar un lugar preponderante en el campo de unas relaciones (Obrero patronales), que no siempre son lo parejas que deberían –menos para los mineros-.

El personaje, que se autocalifica como “perseguido político”, jamás aclara el destino de los 55 millones de dólares o pesos, que presuntamente les birló a sus sometidos, pleito que ocasionó su salida de territorio azteca, para convertirse en ejemplar hijo adoptivo de Canadá.

Cuando de casualidad toca el tema, insiste en que quedó exonerado (Como diría AMLO, contó con abogados famosos, capaces de ganar cualquier litigio). El emblema, de la que nomina Confederación Internacional de Trabajadores, se ostenta sobre un fondo del mismo color que el del partido Morena. Dice que va a ser por completo independiente del Ejecutivo, ¿le cree?

Diletantes, resentidos por descalabros politiqueros, farsantes que cambiaron de chaqueta; ignorantes a los que se les quiere presentar como lumbreras, amigos, conocidos. Es el pago de factura a quienes fueron incondicionales en los tiempos áridos y secos de las tres campañas. Ellos son los que llegan a echar fuera a todo lo que huela a “neoliberalismo” (Aunque ni idea tengan del concepto, o sean de los obsoletos totalitarios, que no se enteraron de la caída del muro de Berlín).Van, machete en mano, a destazar a sus enemigos de otras luchas y membretes.

En esta tónica, Manuel Bartlett acusa a funcionarios de otros regímenes, como si él fuera ave que hubiera pasado el pantano sin mancharse. Sin prueba alguna, con falsedades incluso, en las fechas en las que dice que “destruyeron a la Comisión Federal de Electricidad”, intenta embarrar a quien fue el poder tras el trono del Salinato, Joseph Marie Cordoba. No fue a Roma por la respuesta: uno a uno reclamaron las mentiras, dejándolo en ridículo.

Llegan también una serie de párvulos, para los que, el bajón de salarios a los servidores públicos, representa un banquete. Una muchachada que apenas podía aspirar a una chamba en la que, a duras penas, doblaría el salario mínimo, por lo que ahora se convierten en casi millonarios.

Neófitos sin idea de la administración pública ni de las ocupaciones propias de su nombramiento, pero incondicionales a la voz de su amo y dispuestos a enterrar un pasado -al que día con día se sataniza-, aunque carentes de materia gris o de los conocimientos que forjen un nuevo Sistema, una estructura que sostenga al país en el que estamos todos parados.

Cacería de brujas y bisoños al ataque, mientras los economistas advierten que vamos de picada.

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq