/ sábado 22 de enero de 2022

Cuchillito de palo | Peor de corruptos que los del pasado

Aquellos eran unos cínicos, que disponían del erario como si fuera de su propiedad. Los de ahora son hipócritas, “sepulcros blanqueados” diría la Biblia de la que tanto alardean, e igual disponen de los dineros que provienen de nuestros impuestos, con la única diferencia de que ocultan sus fechorías debajo de la alfombra.

Lo de Delfina Gómez fue tan público, que muchos periodistas en su momento, lo dimos a conocer, exigimos justicia y que la dama de Marras diera cuentas. Como es lo habitual en este trópico, no pasó nada entonces, como tampoco ahora.

Me refiero a las corruptelas de la Secretaria de Educación. A su paso como alcaldesa de Texcoco, obligaba a trabajadores y empleados del municipio, a entregar, mensualmente, el 10 por ciento de sus percepciones, dineros que se supone fueron a dar a las cuentas del, en formación, partido Morena.

Muchos comunicadores recibimos las quejas directas de estos servidores públicos, a los que se amenazaba con que, en caso de negarse perderían su trabajo y a los que, la propia finísima Delfina, insultaba

Las muchas quejas que llegaron al Instituto Federal Electoral, ahora INE, fructificaron y se condenó esta auténtica extorsión, a cargo de la maestra, con una multa millonaria al partido de AMLO: De pena que no se le mencionara, a pesar de haber sido la responsable de la Presidencia Municipal y, por lo tanto, aunque quedara en el silencio, artífice del delito.

Como Secretaria de Educación, puesto al que la encumbró el beneficiario de aquellos dineros (López Obrador), no ha dado pie con bola. Sabemos el retroceso en el que se encuentra el renglón primordial en cualquier país civilizado, al que, a tal grado el tabasqueño le da poca importancia, que colocó a alguien de tan poca valía al frente.

Pero así se confirma que a AMLO lo único que le importa es él, su “proyecto” y para conseguirlo usa cualquier medio a su alcance, así sean tan corruptos y tan inhumanos como el de extorsionar a trabajadores que ganan cantidades ínfimas.

Hay quien argumenta que todos los gobiernos lo han hecho. De aquello no hay constancia y de esto sí. Habría que remontarse al padrino de la interfecta, Higinio Martínez, cacique que detenta su poder en esa zona del Estado de México. Martínez caminó junto a la fundación del PRD y ya entonces se comentaba su súbito enriquecimiento, la mansión en la que vivía y lujos que no correspondían a sus ingresos.

Fundador del “Grupo de Acción política”, colocó a Delfina en Texcoco y fue él quien nombró a los principales funcionarios del ayuntamiento, incluida la secretaria de la susodicha. Metió a familiares directos y políticos y para todos tuvo acomodo en el feudo en el que, Delfina, no era más que su títere.

Otro cercano a este patriarca símbolo de podredumbre, es Horacio Duarte quien le ha sido fiel a lo largo de su trayectoria.

Al destape de este escándalo, AMLO salió en defensa de Delfina, a la que llenó de adjetivos. La seguirá defendiendo a capa y espada y cómo no habría de hacerlo si ha sido el beneficiario de todas las dádivas que han quedado grabadas, desde el Señor de las Ligas, Bejarano, hasta sus hermanos recibiendo billetes.

Quienes han vivido cuestionándose del cómo pudo pasarse 18 años en campaña sin ingresos, podrán entenderlo a partir del espectáculo de sus cercanos recolectando billetes.

Pero, de acuerdo a su diarrea verbal, los únicos corruptos son los del pasado.

catalinanq@hotmail.,com

@catalinanq


Aquellos eran unos cínicos, que disponían del erario como si fuera de su propiedad. Los de ahora son hipócritas, “sepulcros blanqueados” diría la Biblia de la que tanto alardean, e igual disponen de los dineros que provienen de nuestros impuestos, con la única diferencia de que ocultan sus fechorías debajo de la alfombra.

Lo de Delfina Gómez fue tan público, que muchos periodistas en su momento, lo dimos a conocer, exigimos justicia y que la dama de Marras diera cuentas. Como es lo habitual en este trópico, no pasó nada entonces, como tampoco ahora.

Me refiero a las corruptelas de la Secretaria de Educación. A su paso como alcaldesa de Texcoco, obligaba a trabajadores y empleados del municipio, a entregar, mensualmente, el 10 por ciento de sus percepciones, dineros que se supone fueron a dar a las cuentas del, en formación, partido Morena.

Muchos comunicadores recibimos las quejas directas de estos servidores públicos, a los que se amenazaba con que, en caso de negarse perderían su trabajo y a los que, la propia finísima Delfina, insultaba

Las muchas quejas que llegaron al Instituto Federal Electoral, ahora INE, fructificaron y se condenó esta auténtica extorsión, a cargo de la maestra, con una multa millonaria al partido de AMLO: De pena que no se le mencionara, a pesar de haber sido la responsable de la Presidencia Municipal y, por lo tanto, aunque quedara en el silencio, artífice del delito.

Como Secretaria de Educación, puesto al que la encumbró el beneficiario de aquellos dineros (López Obrador), no ha dado pie con bola. Sabemos el retroceso en el que se encuentra el renglón primordial en cualquier país civilizado, al que, a tal grado el tabasqueño le da poca importancia, que colocó a alguien de tan poca valía al frente.

Pero así se confirma que a AMLO lo único que le importa es él, su “proyecto” y para conseguirlo usa cualquier medio a su alcance, así sean tan corruptos y tan inhumanos como el de extorsionar a trabajadores que ganan cantidades ínfimas.

Hay quien argumenta que todos los gobiernos lo han hecho. De aquello no hay constancia y de esto sí. Habría que remontarse al padrino de la interfecta, Higinio Martínez, cacique que detenta su poder en esa zona del Estado de México. Martínez caminó junto a la fundación del PRD y ya entonces se comentaba su súbito enriquecimiento, la mansión en la que vivía y lujos que no correspondían a sus ingresos.

Fundador del “Grupo de Acción política”, colocó a Delfina en Texcoco y fue él quien nombró a los principales funcionarios del ayuntamiento, incluida la secretaria de la susodicha. Metió a familiares directos y políticos y para todos tuvo acomodo en el feudo en el que, Delfina, no era más que su títere.

Otro cercano a este patriarca símbolo de podredumbre, es Horacio Duarte quien le ha sido fiel a lo largo de su trayectoria.

Al destape de este escándalo, AMLO salió en defensa de Delfina, a la que llenó de adjetivos. La seguirá defendiendo a capa y espada y cómo no habría de hacerlo si ha sido el beneficiario de todas las dádivas que han quedado grabadas, desde el Señor de las Ligas, Bejarano, hasta sus hermanos recibiendo billetes.

Quienes han vivido cuestionándose del cómo pudo pasarse 18 años en campaña sin ingresos, podrán entenderlo a partir del espectáculo de sus cercanos recolectando billetes.

Pero, de acuerdo a su diarrea verbal, los únicos corruptos son los del pasado.

catalinanq@hotmail.,com

@catalinanq