/ lunes 4 de junio de 2018

Cuentas Claras | ¿Guerra comercial?

No cabe duda que este momento es muy complejo. La decisión del gobierno de Donald Trump de aplicar un impuesto de 25% al acero y de 10% al aluminio procedente de México, Canadá y la Unión Europea, parece el umbral de una guerra comercial. Y a esto se suma la posibilidad de que se termine el Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

El jueves, el secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross, anunció la imposición de las medidas arancelarias, las cuales entraron en vigor al día siguiente. Fue inmediata la respuesta de los países afectados.

El mismo día del anuncio conversaron telefónicamente el presidente Enrique Peña Nieto y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, quienes rechazaron la decisión del gobierno de Tump y ambos anunciaron la aplicación de medidas compensatorias.

Desde el primer minuto del 1 de junio, el gobierno mexicano puso en marcha aranceles -por cuatro mil millones de dólares- a las importaciones de productos estadounidenses como aceros planos, lámparas, piernas y paletas de puerco, embutidos, manzanas, uvas, arándanos y diversos quesos por esa cantidad.

De acuerdo con la Cámara Nacional del Acero, los aranceles establecidos por el gobierno de Trump representan para el sector siderúrgico mexicano un impacto de dos mil millones de dólares anuales.

A partir del 1 de julio, Canadá impondrá aranceles por 16 mil 600 millones de dólares canadienses, equivalentes a 12 mil 300 millones de dólares estadounidenses a bienes siderúrgicos y otros productos como cátsup, jugo de naranja, salsa de soya, purés, nueces y lavadoras.

La Unión Europea denunció a Estados Unidos ante la Organización Mundial de Comercio y pondrá en marcha aranceles a productos estadounidenses por seis mil 400 millones de euros, equivalentes a las ventas europeas de acero y aluminio a EU.

Todo esto hace pensar en una inminente guerra comercial. Donald Trump volvió a amenazar a México y Canadá al señalar que podría preferir poner fin al TLCAN y pactar dos acuerdos bilaterales con sus socios. “No me importaría ver un TLCAN con un nombre diferente, donde tengas un acuerdo con Canadá y otro separado con México. Debido a que estamos hablando de dos países muy distintos”, aseveró.

Todavía la semana pasada el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, decía que veía 40% de posibilidades de cerrar la negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte antes de las elecciones del 1 de julio. Incluso, mencionó que después del 1 de julio y hasta antes de la elección en Estados Unidos, la probabilidad aumentaría a 80%.

Ahora, con el tema de los aranceles al acero y al aluminio, las expectativas sobre las negociaciones del TLCAN son más sombrías. Si en días pasados parecían estar empantanadas, ahora el panorama es francamente negativo.

Y como era previsible, el valor de nuestra moneda frente al dólar se desplomó. En sucursales bancarias la paridad se ubicó el viernes en 20.20 pesos por dólar.

caro.navarrete@yahoo.com.mx

No cabe duda que este momento es muy complejo. La decisión del gobierno de Donald Trump de aplicar un impuesto de 25% al acero y de 10% al aluminio procedente de México, Canadá y la Unión Europea, parece el umbral de una guerra comercial. Y a esto se suma la posibilidad de que se termine el Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

El jueves, el secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross, anunció la imposición de las medidas arancelarias, las cuales entraron en vigor al día siguiente. Fue inmediata la respuesta de los países afectados.

El mismo día del anuncio conversaron telefónicamente el presidente Enrique Peña Nieto y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, quienes rechazaron la decisión del gobierno de Tump y ambos anunciaron la aplicación de medidas compensatorias.

Desde el primer minuto del 1 de junio, el gobierno mexicano puso en marcha aranceles -por cuatro mil millones de dólares- a las importaciones de productos estadounidenses como aceros planos, lámparas, piernas y paletas de puerco, embutidos, manzanas, uvas, arándanos y diversos quesos por esa cantidad.

De acuerdo con la Cámara Nacional del Acero, los aranceles establecidos por el gobierno de Trump representan para el sector siderúrgico mexicano un impacto de dos mil millones de dólares anuales.

A partir del 1 de julio, Canadá impondrá aranceles por 16 mil 600 millones de dólares canadienses, equivalentes a 12 mil 300 millones de dólares estadounidenses a bienes siderúrgicos y otros productos como cátsup, jugo de naranja, salsa de soya, purés, nueces y lavadoras.

La Unión Europea denunció a Estados Unidos ante la Organización Mundial de Comercio y pondrá en marcha aranceles a productos estadounidenses por seis mil 400 millones de euros, equivalentes a las ventas europeas de acero y aluminio a EU.

Todo esto hace pensar en una inminente guerra comercial. Donald Trump volvió a amenazar a México y Canadá al señalar que podría preferir poner fin al TLCAN y pactar dos acuerdos bilaterales con sus socios. “No me importaría ver un TLCAN con un nombre diferente, donde tengas un acuerdo con Canadá y otro separado con México. Debido a que estamos hablando de dos países muy distintos”, aseveró.

Todavía la semana pasada el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, decía que veía 40% de posibilidades de cerrar la negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte antes de las elecciones del 1 de julio. Incluso, mencionó que después del 1 de julio y hasta antes de la elección en Estados Unidos, la probabilidad aumentaría a 80%.

Ahora, con el tema de los aranceles al acero y al aluminio, las expectativas sobre las negociaciones del TLCAN son más sombrías. Si en días pasados parecían estar empantanadas, ahora el panorama es francamente negativo.

Y como era previsible, el valor de nuestra moneda frente al dólar se desplomó. En sucursales bancarias la paridad se ubicó el viernes en 20.20 pesos por dólar.

caro.navarrete@yahoo.com.mx