/ lunes 18 de junio de 2018

Cuentas Claras | Incertidumbre comercial

Mientras en el mundo cada vez se agudizan más las tensiones comerciales por la política proteccionista del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se estima que la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte se reactivará el próximo mes de julio, aunque el destino final de la misma es aún incierto.

La política proteccionista que está llevando a cabo Estados Unidos no es algo nuevo o que sorprenda, pues hay que recordar que desde la campaña presidencial Donald Trump habló de los acuerdos comerciales que -según él- le estaban haciendo daño a su país.

Desde esa época habló de apoyar a la industria estadounidense, de que otros países “abusaban” de Estados Unidos por los términos desventajosos en que se habían negociado los “injustos” acuerdos comerciales; su objetivo siempre ha sido buscar a toda costa reducir el déficit comercial que tiene Estados Unidos.

Ya están en blanco y negro las políticas proteccionistas con la aplicación de aranceles al acero y aluminio que Estados Unidos importa de México, Canadá y la Unión Europea; ya está también la respuesta de imponer aranceles a productos estadounidenses.

El viernes pasado el presidente Trump continuó con su estrategia de proteger a la industria estadounidense e impuso aranceles a China de 25% a productos que tengan tecnología industrialmente significativa. La primera lista arancelaria incluye más de 800 líneas de productos chinos valorados en 34 mil millones de dólares.

Habrá otra lista con insumos valorados en 16 mil millones de dólares; es decir, en total los aranceles afectarán a productos chinos por un total de 50 mil millones de dólares. Estos aranceles entrarán en vigor el próximo 6 de julio.

Y Trump amenazó con aplicar aranceles adicionales si China toma medidas compensatorias.

Como era previsible y pese a la amenaza de aplicar más aranceles, el Ministerio de Comercio de China ya respondió y dijo que se impondrán medidas arancelarias de tamaño e intensidad similares a la importación de productos estadounidenses.

Ahora que las dos economías más grandes del mundo inician una disputa comercial fuerte, cada vez se ve más cercana una guerra comercial que a nadie beneficia y que puede afectar la economía mundial.

El entorno es complejo y en medio de todas estas tensiones se encuentra el TLCAN.

Después del enfrentamiento verbal entre el presidente Trump y el Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, que deterioraron las relaciones entre ambos mandatarios, la renegociación del TLCAN se complicó, aunque todavía hay esperanzas de que se pueda llegar a un buen final.

La ministra de Asuntos Exteriores de Canadá, Chrystia Freeland, dijo que las renegociaciones se reactivarán en el verano. Pero esto no deja de ser una apreciación, toda vez que en el marco de la cumbre del G-7 Donald Trump habló de acuerdos bilaterales con sus socios en el TLCAN.

Los negociadores de los tres países siguen trabajando y se espera que en julio, una vez que pasen las elecciones en México, se reúnan los ministros para tratar de concretar el acuerdo. Para esa fecha, lo más probable es que en las negociaciones ya esté presente alguien del equipo de transición del próximo presidente de México.

caro.navarrete@yahoo.com.mx

Mientras en el mundo cada vez se agudizan más las tensiones comerciales por la política proteccionista del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se estima que la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte se reactivará el próximo mes de julio, aunque el destino final de la misma es aún incierto.

La política proteccionista que está llevando a cabo Estados Unidos no es algo nuevo o que sorprenda, pues hay que recordar que desde la campaña presidencial Donald Trump habló de los acuerdos comerciales que -según él- le estaban haciendo daño a su país.

Desde esa época habló de apoyar a la industria estadounidense, de que otros países “abusaban” de Estados Unidos por los términos desventajosos en que se habían negociado los “injustos” acuerdos comerciales; su objetivo siempre ha sido buscar a toda costa reducir el déficit comercial que tiene Estados Unidos.

Ya están en blanco y negro las políticas proteccionistas con la aplicación de aranceles al acero y aluminio que Estados Unidos importa de México, Canadá y la Unión Europea; ya está también la respuesta de imponer aranceles a productos estadounidenses.

El viernes pasado el presidente Trump continuó con su estrategia de proteger a la industria estadounidense e impuso aranceles a China de 25% a productos que tengan tecnología industrialmente significativa. La primera lista arancelaria incluye más de 800 líneas de productos chinos valorados en 34 mil millones de dólares.

Habrá otra lista con insumos valorados en 16 mil millones de dólares; es decir, en total los aranceles afectarán a productos chinos por un total de 50 mil millones de dólares. Estos aranceles entrarán en vigor el próximo 6 de julio.

Y Trump amenazó con aplicar aranceles adicionales si China toma medidas compensatorias.

Como era previsible y pese a la amenaza de aplicar más aranceles, el Ministerio de Comercio de China ya respondió y dijo que se impondrán medidas arancelarias de tamaño e intensidad similares a la importación de productos estadounidenses.

Ahora que las dos economías más grandes del mundo inician una disputa comercial fuerte, cada vez se ve más cercana una guerra comercial que a nadie beneficia y que puede afectar la economía mundial.

El entorno es complejo y en medio de todas estas tensiones se encuentra el TLCAN.

Después del enfrentamiento verbal entre el presidente Trump y el Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, que deterioraron las relaciones entre ambos mandatarios, la renegociación del TLCAN se complicó, aunque todavía hay esperanzas de que se pueda llegar a un buen final.

La ministra de Asuntos Exteriores de Canadá, Chrystia Freeland, dijo que las renegociaciones se reactivarán en el verano. Pero esto no deja de ser una apreciación, toda vez que en el marco de la cumbre del G-7 Donald Trump habló de acuerdos bilaterales con sus socios en el TLCAN.

Los negociadores de los tres países siguen trabajando y se espera que en julio, una vez que pasen las elecciones en México, se reúnan los ministros para tratar de concretar el acuerdo. Para esa fecha, lo más probable es que en las negociaciones ya esté presente alguien del equipo de transición del próximo presidente de México.

caro.navarrete@yahoo.com.mx