/ lunes 20 de noviembre de 2017

Cuentas claras | La quinta Ronda del TLCAN

Con bajas expectativas de avances y con la ausencia de los Ministros de Comercio, inició la quinta ronda de negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, en la que se están dejando de lado los temas más polémicos, para avanzar en otros que no lo son tanto, como prácticas regulatorias, telecomunicaciones y comercio electrónico, entre otras.

Las demandas más difíciles por parte del gobierno de EU son la cláusula de 5 años, para que el tratado finalice en ese plazo y nuevamente se analice la conveniencia de continuarlo, así como el endurecimiento de las reglas de origen para aumentar el contenido regional de vehículos del 62.5 al 85 por ciento y que el 50 por ciento de ese total sea para EU.

Esta posición del gobierno estadounidense es considerada inaceptable por México y Canadá. En el caso de las nuevas reglas de origen, dicen que su aplicación no es práctica y dañaría a la industria automotriz, que está altamente integrada.

En relación a la propuesta de EU de acabar con el tratado cada cinco años, el gobierno mexicano está en desacuerdo y lo que propone es una revisión rigurosa, una evaluación con una agenda de análisis de los efectos que ha tenido el acuerdo. En esto coincidió el secretario de Hacienda, José Antonio Meade, quien avaló la contrapropuesta mexicana de hacer una revisión cada cinco años, en lugar de una terminación forzosa, pero es un planteamiento que debe ser bien entendido.

Y mientras tanto, el secretario de Comercio de EU, Wilbur Ross, advirtió que una salida de su país del TLCAN sería devastadora para la economía mexicana; al tiempo que reiteró que su país está dispuesto a abandonar el tratado si no se resuelven problemas clave, es decir, si los otros dos países no aceptan sus condiciones.

De inmediato hubo la respuesta de Guajardo, quien señaló que una salida de EU del TLCAN no sería devastadora para México, aunque tendría un impacto en el corto plazo porque la marca es muy sensible para los mercados. Pero nuestra capacidad de ajuste y la manera de cómo lo hagamos es lo que nos da resistencia frente a los impactos de cualquier cambio. Y tiene razón Guajardo, pues si bien es cierto que el 80 por ciento de las exportaciones se envían a los socios del tratado, sólo el 20 por ciento de las exportaciones totales del país se verían afectadas y, de ellas, un cuatro por ciento necesitarían de un plan inmediato de ayuda.

Pero EU no la pasaría bien si se termina el TLCAN, pues de acuerdo con la Cámara de Comercio de EU, resultarían afectados estados clave como Michigan, Ohio, Pensilvania, Wisconsin, Indiana, Dakota del Norte, Texas, Missouri, Iowa, Arizona, Nebraska y Carolina del Norte. Considerando esto, lo conveniente es -pese a todas las amenazas de EU- mantener la calma, que no se rompan las negociaciones, que se logren los acuerdos necesarios y continúe el Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

La próxima ronda será en diciembre, en Washington, y la siguiente en enero, en Otawa. La idea es que las negociaciones concluyan a finales de marzo de 2018, para que no estén influidas por el proceso electoral de nuestro país. Si las negociaciones avanzan y se logran acuerdos, y se llega a un nuevo TLCAN, entraría en vigor en el 2019, porque los tres países tienen que someterlo a consideración de sus Congresos.

caro.navarrete@yahoo.com.mx

Con bajas expectativas de avances y con la ausencia de los Ministros de Comercio, inició la quinta ronda de negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, en la que se están dejando de lado los temas más polémicos, para avanzar en otros que no lo son tanto, como prácticas regulatorias, telecomunicaciones y comercio electrónico, entre otras.

Las demandas más difíciles por parte del gobierno de EU son la cláusula de 5 años, para que el tratado finalice en ese plazo y nuevamente se analice la conveniencia de continuarlo, así como el endurecimiento de las reglas de origen para aumentar el contenido regional de vehículos del 62.5 al 85 por ciento y que el 50 por ciento de ese total sea para EU.

Esta posición del gobierno estadounidense es considerada inaceptable por México y Canadá. En el caso de las nuevas reglas de origen, dicen que su aplicación no es práctica y dañaría a la industria automotriz, que está altamente integrada.

En relación a la propuesta de EU de acabar con el tratado cada cinco años, el gobierno mexicano está en desacuerdo y lo que propone es una revisión rigurosa, una evaluación con una agenda de análisis de los efectos que ha tenido el acuerdo. En esto coincidió el secretario de Hacienda, José Antonio Meade, quien avaló la contrapropuesta mexicana de hacer una revisión cada cinco años, en lugar de una terminación forzosa, pero es un planteamiento que debe ser bien entendido.

Y mientras tanto, el secretario de Comercio de EU, Wilbur Ross, advirtió que una salida de su país del TLCAN sería devastadora para la economía mexicana; al tiempo que reiteró que su país está dispuesto a abandonar el tratado si no se resuelven problemas clave, es decir, si los otros dos países no aceptan sus condiciones.

De inmediato hubo la respuesta de Guajardo, quien señaló que una salida de EU del TLCAN no sería devastadora para México, aunque tendría un impacto en el corto plazo porque la marca es muy sensible para los mercados. Pero nuestra capacidad de ajuste y la manera de cómo lo hagamos es lo que nos da resistencia frente a los impactos de cualquier cambio. Y tiene razón Guajardo, pues si bien es cierto que el 80 por ciento de las exportaciones se envían a los socios del tratado, sólo el 20 por ciento de las exportaciones totales del país se verían afectadas y, de ellas, un cuatro por ciento necesitarían de un plan inmediato de ayuda.

Pero EU no la pasaría bien si se termina el TLCAN, pues de acuerdo con la Cámara de Comercio de EU, resultarían afectados estados clave como Michigan, Ohio, Pensilvania, Wisconsin, Indiana, Dakota del Norte, Texas, Missouri, Iowa, Arizona, Nebraska y Carolina del Norte. Considerando esto, lo conveniente es -pese a todas las amenazas de EU- mantener la calma, que no se rompan las negociaciones, que se logren los acuerdos necesarios y continúe el Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

La próxima ronda será en diciembre, en Washington, y la siguiente en enero, en Otawa. La idea es que las negociaciones concluyan a finales de marzo de 2018, para que no estén influidas por el proceso electoral de nuestro país. Si las negociaciones avanzan y se logran acuerdos, y se llega a un nuevo TLCAN, entraría en vigor en el 2019, porque los tres países tienen que someterlo a consideración de sus Congresos.

caro.navarrete@yahoo.com.mx