El nuevo secretario de Hacienda y Crédito Público, José Antonio González Anaya, se reunió con el nuevo gobernador del Banco de México, Alejandro Díaz de León, y sus respectivos equipos de trabajo.
La reunión de ambos funcionarios, recién estrenados en el cargo, es clave porque es fundamental el diálogo y la colaboración entre ambas instituciones para acordar las medidas necesarias que permitan continuar con la buena marcha de la economía nacional.
Es necesario fortalecer el crecimiento de la economía, pero también es fundamental que se frene la tendencia alcista en materia de inflación y que se retome el objetivo de 3%, más/menos un punto porcentual para el próximo año.
En este terreno habrá que actuar con mucha precisión, pues todos sabemos que está en marcha la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y esto genera volatilidad en los mercados financieros; una elevación importante en la paridad del peso frente al dólar tiene efectos negativos en el nivel de los precios.
El último dato de inflación es de 6.63% anual y aunque se supone que gran parte del crecimiento de los precios se debió al alza en las gasolinas y la depreciación del tipo de cambio, se requiere prudencia en las políticas monetaria y fiscal.
González Anaya también tuvo su primera conferencia de prensa, donde dejó en claro que la Secretaría de Hacienda no hace política electoral; el decreto de Presupuesto de Egresos de la Federación y la Ley Electoral tienen reglas muy claras; además, existe el portal de transparencia para asegurar que no haya desvío de recursos.
Y es que abundan las especulaciones por el año electoral. Sobre esto, dijo que hay solidez y continuarán las políticas prudentes para que haya una transición tersa. Para el cambio de gobierno existe un fondo, al que se suman las reservas internacionales en niveles record, la renovación de la Línea de Crédito Flexible del FMI y los fondos de estabilización.
Los retos para el próximo año son continuar con medidas prudentes para dar fortaleza a las finanzas públicas y aplicar políticas fiscales prudentes, pero también ejercer los presupuestos en tiempo y forma de manera eficiente, transparente y eficaz.
Sobre la reforma fiscal en Estados Unidos, precisó que se plantea bajar el impuesto corporativo de 35 a 28%, pero se quitan deducciones y por lo tanto el impuesto efectivo sería de alrededor de 30%, muy parecido al que existe en México.
En el caso de nuestro país, para el próximo año no se tienen contempladas modificaciones en impuestos. Sin embargo, para el 2019 es factible que haya cambios como resultado de la reforma fiscal estadounidense.
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Ricardo Salinas, fundador del Grupo Salinas, habló fuerte y dijo que Estados Unidos, de forma cruel e irracional, desprecia el capital humano que representan los “dreamers”, pese a que Estados Unidos -a través de la inmigración- se ha beneficiado históricamente de este segmento.
Estos jóvenes que nacieron fuera de Estados Unidos y fueron llevados por sus familiares a vivir a ese país, son una fuente de riqueza muy valiosa, pues de los 800 mil “dreamers”, más del 90% tiene un empleo, estudia en la universidad o se enlistó en las fuerzas armadas.
Los beneficios que representa este caudal de capital humano para Estados Unidos suman miles de millones de dólares anuales. Si el país vecino comete el grave error de deportarlos, México podría obtener un enorme beneficio demográfico, una espléndida donación de capital humano, considera Ricardo Salinas.
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