/ martes 29 de septiembre de 2020

Cuidado con censurar

Por: Vicente Gutiérrez Camposeco

Decía Antonio Gramsci que “la ideología es el campo de batalla de la política”. Nada más sabio. En México como en muchos lugares del mundo los periodistas y los políticos lamentablemente no se encuentran en una arena impoluta, libre de ideología y sin intereses.

Cuando se anunció que el presidente de todos los mexicanos daría conferencia todos los días, las famosas “mañaneras”, pensé en su momento que podría ser un instrumento que serviría para que la administración morenista diera la cara y afrontara la toma de decisiones, pero deplorablemente se ha convertido en un espacio a modo, con preguntas escogidas con antelación y un teatro que es indigno de la confianza que depositaron millones de ciudadanos en el actual presidente.

Sus expresiones contra la libre expresión de medios de comunicación se replican miles de veces. Sin embargo, una cosa es expresar o incluso insultar y otra muy distinta es coartar la libertad de expresión. Censurar es pedir a un dueño de un medio de comunicación que corte a un periodista crítico si quiere obtener pauta publicitaria. Censurar es espiar y atentar contra la integridad física de un periodista por investigar. Censurar es no renovar una concesión porque una televisora o radiodifusora es crítica del poder o simple y sencillamente, por brindar el servicio de libre información para ayudar a formar una opinión sobre la realidad de determinados asuntos lo que se convierte en una obligación para el periodista.

Jan-Albert Hootsen, de la organización para la libertad de prensa Committee to Protect Journalists (CPJ) señalo que "la política de comunicación del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha generado varios problemas", especialmente en lo que se refiere al tono hostil que ha en distintas ocasiones para contestarle a algunos periodistas críticos con su gestión. El mandatario ha utilizado expresiones despectivas como "el hampa del periodismo" o "prensa fifi" para desprestigiar a distintos medios “conservadores”.

No se equivoque señor presidente, la libertad de expresión no sólo protege el derecho a difundir ideas y conocimientos, permite también buscar y recibir información verdadera y de diferentes fuentes. Esta libertad se traduce en la facultad de leer periódicos y revistas, escuchar la radio, ver la televisión, leer libros, asistir y participar en debates públicos, y navegar en el internet. (Artículos 6º y 7º constitucionales; y artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos). No sería mejor que su administración buscara terminar con la impunidad, recuerde que es lo que más estimula los ataques a los medios de comunicación y enoja a la sociedad en general que, por cierto, en la actualidad los crímenes cometidos contra periodistas en México tienen un índice de impunidad del 99.13%.

Empresario

Por: Vicente Gutiérrez Camposeco

Decía Antonio Gramsci que “la ideología es el campo de batalla de la política”. Nada más sabio. En México como en muchos lugares del mundo los periodistas y los políticos lamentablemente no se encuentran en una arena impoluta, libre de ideología y sin intereses.

Cuando se anunció que el presidente de todos los mexicanos daría conferencia todos los días, las famosas “mañaneras”, pensé en su momento que podría ser un instrumento que serviría para que la administración morenista diera la cara y afrontara la toma de decisiones, pero deplorablemente se ha convertido en un espacio a modo, con preguntas escogidas con antelación y un teatro que es indigno de la confianza que depositaron millones de ciudadanos en el actual presidente.

Sus expresiones contra la libre expresión de medios de comunicación se replican miles de veces. Sin embargo, una cosa es expresar o incluso insultar y otra muy distinta es coartar la libertad de expresión. Censurar es pedir a un dueño de un medio de comunicación que corte a un periodista crítico si quiere obtener pauta publicitaria. Censurar es espiar y atentar contra la integridad física de un periodista por investigar. Censurar es no renovar una concesión porque una televisora o radiodifusora es crítica del poder o simple y sencillamente, por brindar el servicio de libre información para ayudar a formar una opinión sobre la realidad de determinados asuntos lo que se convierte en una obligación para el periodista.

Jan-Albert Hootsen, de la organización para la libertad de prensa Committee to Protect Journalists (CPJ) señalo que "la política de comunicación del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha generado varios problemas", especialmente en lo que se refiere al tono hostil que ha en distintas ocasiones para contestarle a algunos periodistas críticos con su gestión. El mandatario ha utilizado expresiones despectivas como "el hampa del periodismo" o "prensa fifi" para desprestigiar a distintos medios “conservadores”.

No se equivoque señor presidente, la libertad de expresión no sólo protege el derecho a difundir ideas y conocimientos, permite también buscar y recibir información verdadera y de diferentes fuentes. Esta libertad se traduce en la facultad de leer periódicos y revistas, escuchar la radio, ver la televisión, leer libros, asistir y participar en debates públicos, y navegar en el internet. (Artículos 6º y 7º constitucionales; y artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos). No sería mejor que su administración buscara terminar con la impunidad, recuerde que es lo que más estimula los ataques a los medios de comunicación y enoja a la sociedad en general que, por cierto, en la actualidad los crímenes cometidos contra periodistas en México tienen un índice de impunidad del 99.13%.

Empresario