/ jueves 4 de noviembre de 2021

Cumbre del G-20: las grandes líneas de acción

Los días 30 y 31 de octubre de 2021, se llevó a cabo, con la participación de México, la Cumbre del Grupo de los 20 (G-20) en la ciudad de Roma, Italia. Cabe recordar que este Grupo nació en 1999 como un foro de consulta entre los ministros de finanzas y gobernadores de los bancos centrales de las principales economías del planeta. Después de la crisis económica de 2008, el G-20 devino en un espacio para jefes de Estado y de Gobierno con el fin de buscar una mejor coordinación en asuntos globales.

Los temas que se abordaron en esta ocasión fueron diversos, aunque algunos de los más discutidos tuvieron que ver con la fiscalidad, el multilateralismo para enfrentar el cambio climático, el combate a la pandemia, la promoción de la recuperación económica, y la consolidación de la campaña de vacunación contra la Covid-19.

En cuanto al aspecto fiscal, el G-20 acordó fijar, en 2023, un impuesto mínimo global de al menos 15 % a las empresas multinacionales que facturen más de 867 millones de dólares estadounidenses anuales.

Con relación al combate al cambio climático, el G-20 reafirmó el objetivo del Acuerdo de París de limitar el incremento de la temperatura de la Tierra por debajo de los 2ºC y seguir con los esfuerzos para contenerla a 1.5ºC respecto a niveles preindustriales.

Asimismo, se reafirmó el compromiso adquirido de movilizar 100,000 millones de dólares estadounidenses anuales a partir de ahora y hasta 2025 para ayudar a países en desarrollo en sus esfuerzos por reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, así como para mitigar y adaptarse a los impactos hostiles del cambio climático.

El G20 se comprometió también a detener el financiamiento público internacional destinado a las nuevas centrales eléctricas de carbón sin dispositivo de mitigación, hacia finales de 2021.

Respecto a la lucha contra la pandemia, los dirigentes de dichas economías mundiales establecieron un grupo de trabajo conjunto de finanzas y salud del mismo G-20 para garantizar el financiamiento de la prevención, la preparación y la respuesta ante una pandemia.

En relación con la recuperación económica, el G20 acordó mantener ésta sin retirar prematuramente las medidas de apoyo y buscando preservar la estabilidad financiera y la sostenibilidad fiscal. Ello tomando en cuenta también los desafíos económicos globales, como la interrupción de las cadenas de suministro.

Por lo que respecta a consolidación de la campaña de vacunación contra la Covid-19, el G-20 se comprometió a adoptar medidas para inocular a por lo menos 40 % de la población en todos los países para finales de 2021 y al 70 % para mediados de 2022.

Se comprometieron también a garantizar una distribución de vacunas rápida y equitativa en todo el mundo. Ello a través del fortalecimiento las cadenas de suministro, la ampliación y la diversificación de la capacidad de fabricación, la promoción y la aceptación de las vacunas y la lucha contra la desinformación.


En cuanto a la participación de México en el G-20, cabe señalar que nuestro país hizo un llamado a sus dirigentes, en nombre de la CELAC, para que se destinaran, como se ha señalado,100,000 millones de dólares estadounidenses a los países en desarrollo a fin de combatir el cambio climático.


Asimismo, la delegación mexicana presentó la propuesta de que sean reconocidas universalmente todas las vacunas aprobadas por la Organización Mundial de la Salud para incrementar la eficacia de las campañas de vacunación y, con ello, facilitar la reanudación equitativa y no discriminatoria de los viajes internacionales y acelerar la recuperación económica a través de sectores como el turismo.


No debe soslayarse que México no dejó de reconocer la importancia de que se haya incluido el tema migratorio en la declaración final de la Cumbre del G-20, así como destacar el enfoque multilateral para abordarlo.


En este contexto, el establecimiento de las grandes líneas de acción del G-20 ha sido un esfuerzo conjunto que deberá, sin embargo, materializarse rápidamente en los hechos. De ello depende nuestro presente y, sin duda, nuestro futuro.


Los días 30 y 31 de octubre de 2021, se llevó a cabo, con la participación de México, la Cumbre del Grupo de los 20 (G-20) en la ciudad de Roma, Italia. Cabe recordar que este Grupo nació en 1999 como un foro de consulta entre los ministros de finanzas y gobernadores de los bancos centrales de las principales economías del planeta. Después de la crisis económica de 2008, el G-20 devino en un espacio para jefes de Estado y de Gobierno con el fin de buscar una mejor coordinación en asuntos globales.

Los temas que se abordaron en esta ocasión fueron diversos, aunque algunos de los más discutidos tuvieron que ver con la fiscalidad, el multilateralismo para enfrentar el cambio climático, el combate a la pandemia, la promoción de la recuperación económica, y la consolidación de la campaña de vacunación contra la Covid-19.

En cuanto al aspecto fiscal, el G-20 acordó fijar, en 2023, un impuesto mínimo global de al menos 15 % a las empresas multinacionales que facturen más de 867 millones de dólares estadounidenses anuales.

Con relación al combate al cambio climático, el G-20 reafirmó el objetivo del Acuerdo de París de limitar el incremento de la temperatura de la Tierra por debajo de los 2ºC y seguir con los esfuerzos para contenerla a 1.5ºC respecto a niveles preindustriales.

Asimismo, se reafirmó el compromiso adquirido de movilizar 100,000 millones de dólares estadounidenses anuales a partir de ahora y hasta 2025 para ayudar a países en desarrollo en sus esfuerzos por reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, así como para mitigar y adaptarse a los impactos hostiles del cambio climático.

El G20 se comprometió también a detener el financiamiento público internacional destinado a las nuevas centrales eléctricas de carbón sin dispositivo de mitigación, hacia finales de 2021.

Respecto a la lucha contra la pandemia, los dirigentes de dichas economías mundiales establecieron un grupo de trabajo conjunto de finanzas y salud del mismo G-20 para garantizar el financiamiento de la prevención, la preparación y la respuesta ante una pandemia.

En relación con la recuperación económica, el G20 acordó mantener ésta sin retirar prematuramente las medidas de apoyo y buscando preservar la estabilidad financiera y la sostenibilidad fiscal. Ello tomando en cuenta también los desafíos económicos globales, como la interrupción de las cadenas de suministro.

Por lo que respecta a consolidación de la campaña de vacunación contra la Covid-19, el G-20 se comprometió a adoptar medidas para inocular a por lo menos 40 % de la población en todos los países para finales de 2021 y al 70 % para mediados de 2022.

Se comprometieron también a garantizar una distribución de vacunas rápida y equitativa en todo el mundo. Ello a través del fortalecimiento las cadenas de suministro, la ampliación y la diversificación de la capacidad de fabricación, la promoción y la aceptación de las vacunas y la lucha contra la desinformación.


En cuanto a la participación de México en el G-20, cabe señalar que nuestro país hizo un llamado a sus dirigentes, en nombre de la CELAC, para que se destinaran, como se ha señalado,100,000 millones de dólares estadounidenses a los países en desarrollo a fin de combatir el cambio climático.


Asimismo, la delegación mexicana presentó la propuesta de que sean reconocidas universalmente todas las vacunas aprobadas por la Organización Mundial de la Salud para incrementar la eficacia de las campañas de vacunación y, con ello, facilitar la reanudación equitativa y no discriminatoria de los viajes internacionales y acelerar la recuperación económica a través de sectores como el turismo.


No debe soslayarse que México no dejó de reconocer la importancia de que se haya incluido el tema migratorio en la declaración final de la Cumbre del G-20, así como destacar el enfoque multilateral para abordarlo.


En este contexto, el establecimiento de las grandes líneas de acción del G-20 ha sido un esfuerzo conjunto que deberá, sin embargo, materializarse rápidamente en los hechos. De ello depende nuestro presente y, sin duda, nuestro futuro.