/ viernes 8 de junio de 2018

Cumbre para el comercio justo y libre

Don Manuel Camacho Solís, amigo y maestro, me dejó innumerables lecciones sobre la política, la vida y la condición humana. De entre todas ellas, la de mayor huella es hacer de la objetividad una regla.

A tres años de su fallecimiento.

La historia económica de los últimos 30 años se ha centrado en cómo construir un sistema de libre comercio, que ha sido la base de la prosperidad económica. Sin embargo, las decisiones en materia de aranceles por parte de Trump, trastocan de fondo esta tendencia y van en sentido contrario al proteccionismo.

Esto nos muestra una intencionalidad y direccionalidad que va más allá de los aranceles, lleva de fondo la destrucción de la OMC y el sistema comercial mundial.

Donald Trump no sólo empantana las negociaciones del Tratado de Libre Comercio con América del Norte, sino declara una guerra comercial al mundo. Su postura afecta el crecimiento económico mundial, al deteriorar la cooperación entre los países ante una visión de dominio.

Hace unas semanas el presidente Trump eliminó la excepción a México, Canadá y la Unión Europea de aranceles al aluminio y al acero, con lo que desató no sólo una guerra comercial global, sino un regreso de 40 años en el comercio internacional.

Hoy la pregunta obligada es ¿Cómo debe responder México? La asimetría entre las economías y la potencia entre las naciones es tan grande que una acción aislada no tendrá un impacto suficiente para cambiar la correlación de fuerzas.

La respuesta más viable en este momento es entender que la agresión de Trump no es específica en contra de México, fue en contra de todo el mundo que realiza acciones comerciales con los Estados Unidos. A partir de eso, se debe construir una posición global y un debate internacional en beneficio del comercio libre y justo.

México debe convocar y ser sede de una Cumbre Global para la defensa del comercio justo y libre, así como liderar las acciones de respuesta con diferentes naciones, además de alinear los litigios internacionales sancionatorios, pero sobre todo crear conciencia global respecto a lo dañino y peligro que resultan para la estabilidad y prosperidad mundial, acciones como las emprendidas por Trump.

Los ejemplos en la historia son muchos, pero el más reciente es el de Winston Churchill, cuando durante la Segunda Guerra Mundial, las posibilidades del mermado imperio británico para vencer a Hitler se antojaban imposibles, hubo necesidad de recurrir a un diálogo entre dispares y disparejos.

Esta idea no es una idea aislada, existen preocupaciones y un ánimo por cuidar la estabilidad y evitar una guerra comercial tan absurda como peligrosa.

La apuesta por la diplomacia y la conjunción de intereses comunes es la única y mejor la manera de organización, pensar de manera conservadora y ortodoxa, nos llevará al caos.

México puede salir bien librado de esta guerra comercial, pero debemos convocar a una Cumbre Global para debatir la prosperidad y la estabilidad del comercio mundial.

Senador por el PT-Morena

@LuisHFernandez

Don Manuel Camacho Solís, amigo y maestro, me dejó innumerables lecciones sobre la política, la vida y la condición humana. De entre todas ellas, la de mayor huella es hacer de la objetividad una regla.

A tres años de su fallecimiento.

La historia económica de los últimos 30 años se ha centrado en cómo construir un sistema de libre comercio, que ha sido la base de la prosperidad económica. Sin embargo, las decisiones en materia de aranceles por parte de Trump, trastocan de fondo esta tendencia y van en sentido contrario al proteccionismo.

Esto nos muestra una intencionalidad y direccionalidad que va más allá de los aranceles, lleva de fondo la destrucción de la OMC y el sistema comercial mundial.

Donald Trump no sólo empantana las negociaciones del Tratado de Libre Comercio con América del Norte, sino declara una guerra comercial al mundo. Su postura afecta el crecimiento económico mundial, al deteriorar la cooperación entre los países ante una visión de dominio.

Hace unas semanas el presidente Trump eliminó la excepción a México, Canadá y la Unión Europea de aranceles al aluminio y al acero, con lo que desató no sólo una guerra comercial global, sino un regreso de 40 años en el comercio internacional.

Hoy la pregunta obligada es ¿Cómo debe responder México? La asimetría entre las economías y la potencia entre las naciones es tan grande que una acción aislada no tendrá un impacto suficiente para cambiar la correlación de fuerzas.

La respuesta más viable en este momento es entender que la agresión de Trump no es específica en contra de México, fue en contra de todo el mundo que realiza acciones comerciales con los Estados Unidos. A partir de eso, se debe construir una posición global y un debate internacional en beneficio del comercio libre y justo.

México debe convocar y ser sede de una Cumbre Global para la defensa del comercio justo y libre, así como liderar las acciones de respuesta con diferentes naciones, además de alinear los litigios internacionales sancionatorios, pero sobre todo crear conciencia global respecto a lo dañino y peligro que resultan para la estabilidad y prosperidad mundial, acciones como las emprendidas por Trump.

Los ejemplos en la historia son muchos, pero el más reciente es el de Winston Churchill, cuando durante la Segunda Guerra Mundial, las posibilidades del mermado imperio británico para vencer a Hitler se antojaban imposibles, hubo necesidad de recurrir a un diálogo entre dispares y disparejos.

Esta idea no es una idea aislada, existen preocupaciones y un ánimo por cuidar la estabilidad y evitar una guerra comercial tan absurda como peligrosa.

La apuesta por la diplomacia y la conjunción de intereses comunes es la única y mejor la manera de organización, pensar de manera conservadora y ortodoxa, nos llevará al caos.

México puede salir bien librado de esta guerra comercial, pero debemos convocar a una Cumbre Global para debatir la prosperidad y la estabilidad del comercio mundial.

Senador por el PT-Morena

@LuisHFernandez