/ sábado 20 de abril de 2024

De la pluma de Miguel Reyes Razo / La brega diaria de Félix Cortés Camarillo (VI)

Rita Ganem era una excelente reportera que tenía firme amistad con Jacobo Zabludovsky. "Nos conocimos en la brecha; en la tarea", solían revelar. Rita, informadora del periódico "Diario de la Tarde" se sumergió en la Información General. Pronto trató a Don Fídel Velázquez, a Leonardo Rodriguez Alcaine, a Francisco Pérez Ríos y a dirigentes como Jorge Durán Chávez de los "Técnicos y Manuales Cinematografistas. Así evitó que la remitieran -como era usual- a la Sección de Sociales. Reseña de bodas, bautizos, graduaciones, modas.

Tal vez su mejor apartado, las exposiciones de creadores famosos, las conferencias de personajes de fama internacional. Filmaciones y entrevistas con actores tenidos por "estrellas". Roce con la celebridad y diálogo con conductores permitieron a Rita Ganem sitio de respeto y consideración. Hecho casi insólito, el periódico Novedades, propiedad de don Rómulo O'Farrill contribuyó a fortalecer el monto de una beca que el gobierno de Yugoslavia otorgó a la audaz, brillante reportera. A Belgrado se fue Rita Ganem. "Don Rómulo me mantuvo el sueldo. No eran muy generosos que digamos. Y de filantropía ni hablar. Acuérdate -refería Rita- que don Rómulo O'Farrill -el patriarca- fabricaba radios para la Volkswagen y echaba mano de jubilados y enfermos del Instituto Nacional de Rehabilitación para que confeccionaran los aparatos. Les pagaba una miseria y se las daba de generoso protector de inválidos."

Y Rita, que se movía muy a gusto y competía gallarda y honestamente con sus compañeros reporteros varones, era ducha en el juego del dominó. Podía dedicar las horas de un viaje a Europa en la emoción de matar "la mula de seises".

Permaneció más de un año en Yugoslavia. Allá conoció a Hugo Borsoto. Un ingeniero naval nacido en Chile. Con él se casó. Tuvieron dos hijos.

Fue el propio Jacobo Zabludovsky quien invitó al grupo de reporteros de "24 Horas" a la fina profesional Rita Ganem. "Ví que trabajas en los noticiarios de Canal Cuatro. Pásate al Dos, Rita", le propuso. Y Rita aceptó. Durante varios años "cubrió" informaciones en Colombia. Tiempo muy difícil y peligroso. A fines de 1979 recibió -en Los Pinos, de manos del presidente José López Portillo- el Premio Nacional de Periodismo en el "Género Crónica".

Félix Cortés Camarillo recibió -en forma oficial- el rango de Jefe de Redacción del informativo que encabezó el licenciado Jacobo Zabludovsky. Empero, su devoción y vocación exigieron su interés en otras tareas. Crecía su importancia.

"Escribes y le entregas la nota a Félix. Si él la aprueba, grabas. O si la rechaza y ordena la reescribas, lo obedeces"- instruía Zabludovsky.

Martha Venegas -alcanzaría celebridad al descubrir los santuarios de la mariposa "Monarca"-, se dolía:

"Félix tiene mal carácter. Regaña. Es muy duro. Su tono intimida...

"Ese desayuno fue a las nueve de la mañana. Y son las siete de la tarde y no entregas la nota, Venegas. No la amueles -demandaba Cortés Camarillo.

"Por ahí no va la "nota", Estrada. Revisa bien lo que te dijo Alan García. Y apúrate. No queremos la información para el anuario. Pélale.

Alguno rechinaba los dientes. Otro silbaba para disimular su enfado. Plantaban cara. Retorcían ojos y boca. Quizá murmuraban.

"Ya ni la "amuela", Félix.

"Nos quiere traer muy "cortitos"

"Jacobo no es así..."

Félix hacía sentir su calidad. Muy activo. Pegadito al jefe. Atento a los pendientes. Información que propiciara más información. Contactos amplios -necesarios- tareas precisas. Extensión de influencia. Trato directo con los corresponsales nacionales y extranjeros. Orientación de la información nacional. Olfato y estilo para aparecer como el "salvador de las cuestiones urgentes".

"Félix lo soluciona todo. Jacobo le tiene mucha confianza. Ve los resultados. Félix es muy "chambeador". Eso le encanta al jefe. No interviene en las quejas de los reporteros. "Habla con Raúl Hernández", resuelve. "Pon al tanto a Félix", aconseja. Y así quedan las cosas.

Nada solitario y buen gozador de mesa, Félix Cortés Camarillo unía a Fernando Alcalá, Joaquín López-Dóriga, Abraham Zabludovsky apenas concluía la transmisión del informativo vespertino "24 Horas". El grupo alegremente la emprendía a la entonces deslumbrante Zona Rosa. Al Parador de José Luis, o al Passy, al Bellinghaussen, al Raffaello. El atento Miguel Ángel Ortega abría las puertas de su Passy en la calle Amberes.

"Ahí tiene mesa reserva -de aquí a la eternidad- don Álvaro González Mariscal. Jefe de prensa de don Gilberto Flores Muñoz y del presidente Adolfo López Mateos. Un tipazo.

El italiano Belingeri Conti, en el pasaje Zona Rosa, recibía zalamero.

Y los Prendes -ya una tercera generación- atestaban patio y salón.

Jóvenes reporteros que día a día se sabían más conocidos. La televisión los tornaba familiares. Políticos y funcionarios los atraían. Con frecuencia los cercaban. No vacilaban en convidarles una ronda de bebidas -"lo que estén tomando los señores ", ordenaban al mesero. O una botella de vino tinto.

Grupo educado y muy desenvuelto. Personajes que "estaban al tanto". Se "hablan de tú con el Poder".

"¿Viste la entrevista que le hizo Abraham Zabludovsky a José Alfredo Jiménez? Se lució el hijo de Jacobo..."

Comida -resumen. Entre risas y tiempo de masticar, se planeaba lo relevante del noticiario nocturno.

Pasadas las cinco de la tarde el grupo estaba de regreso en Televicentro.


Rita Ganem era una excelente reportera que tenía firme amistad con Jacobo Zabludovsky. "Nos conocimos en la brecha; en la tarea", solían revelar. Rita, informadora del periódico "Diario de la Tarde" se sumergió en la Información General. Pronto trató a Don Fídel Velázquez, a Leonardo Rodriguez Alcaine, a Francisco Pérez Ríos y a dirigentes como Jorge Durán Chávez de los "Técnicos y Manuales Cinematografistas. Así evitó que la remitieran -como era usual- a la Sección de Sociales. Reseña de bodas, bautizos, graduaciones, modas.

Tal vez su mejor apartado, las exposiciones de creadores famosos, las conferencias de personajes de fama internacional. Filmaciones y entrevistas con actores tenidos por "estrellas". Roce con la celebridad y diálogo con conductores permitieron a Rita Ganem sitio de respeto y consideración. Hecho casi insólito, el periódico Novedades, propiedad de don Rómulo O'Farrill contribuyó a fortalecer el monto de una beca que el gobierno de Yugoslavia otorgó a la audaz, brillante reportera. A Belgrado se fue Rita Ganem. "Don Rómulo me mantuvo el sueldo. No eran muy generosos que digamos. Y de filantropía ni hablar. Acuérdate -refería Rita- que don Rómulo O'Farrill -el patriarca- fabricaba radios para la Volkswagen y echaba mano de jubilados y enfermos del Instituto Nacional de Rehabilitación para que confeccionaran los aparatos. Les pagaba una miseria y se las daba de generoso protector de inválidos."

Y Rita, que se movía muy a gusto y competía gallarda y honestamente con sus compañeros reporteros varones, era ducha en el juego del dominó. Podía dedicar las horas de un viaje a Europa en la emoción de matar "la mula de seises".

Permaneció más de un año en Yugoslavia. Allá conoció a Hugo Borsoto. Un ingeniero naval nacido en Chile. Con él se casó. Tuvieron dos hijos.

Fue el propio Jacobo Zabludovsky quien invitó al grupo de reporteros de "24 Horas" a la fina profesional Rita Ganem. "Ví que trabajas en los noticiarios de Canal Cuatro. Pásate al Dos, Rita", le propuso. Y Rita aceptó. Durante varios años "cubrió" informaciones en Colombia. Tiempo muy difícil y peligroso. A fines de 1979 recibió -en Los Pinos, de manos del presidente José López Portillo- el Premio Nacional de Periodismo en el "Género Crónica".

Félix Cortés Camarillo recibió -en forma oficial- el rango de Jefe de Redacción del informativo que encabezó el licenciado Jacobo Zabludovsky. Empero, su devoción y vocación exigieron su interés en otras tareas. Crecía su importancia.

"Escribes y le entregas la nota a Félix. Si él la aprueba, grabas. O si la rechaza y ordena la reescribas, lo obedeces"- instruía Zabludovsky.

Martha Venegas -alcanzaría celebridad al descubrir los santuarios de la mariposa "Monarca"-, se dolía:

"Félix tiene mal carácter. Regaña. Es muy duro. Su tono intimida...

"Ese desayuno fue a las nueve de la mañana. Y son las siete de la tarde y no entregas la nota, Venegas. No la amueles -demandaba Cortés Camarillo.

"Por ahí no va la "nota", Estrada. Revisa bien lo que te dijo Alan García. Y apúrate. No queremos la información para el anuario. Pélale.

Alguno rechinaba los dientes. Otro silbaba para disimular su enfado. Plantaban cara. Retorcían ojos y boca. Quizá murmuraban.

"Ya ni la "amuela", Félix.

"Nos quiere traer muy "cortitos"

"Jacobo no es así..."

Félix hacía sentir su calidad. Muy activo. Pegadito al jefe. Atento a los pendientes. Información que propiciara más información. Contactos amplios -necesarios- tareas precisas. Extensión de influencia. Trato directo con los corresponsales nacionales y extranjeros. Orientación de la información nacional. Olfato y estilo para aparecer como el "salvador de las cuestiones urgentes".

"Félix lo soluciona todo. Jacobo le tiene mucha confianza. Ve los resultados. Félix es muy "chambeador". Eso le encanta al jefe. No interviene en las quejas de los reporteros. "Habla con Raúl Hernández", resuelve. "Pon al tanto a Félix", aconseja. Y así quedan las cosas.

Nada solitario y buen gozador de mesa, Félix Cortés Camarillo unía a Fernando Alcalá, Joaquín López-Dóriga, Abraham Zabludovsky apenas concluía la transmisión del informativo vespertino "24 Horas". El grupo alegremente la emprendía a la entonces deslumbrante Zona Rosa. Al Parador de José Luis, o al Passy, al Bellinghaussen, al Raffaello. El atento Miguel Ángel Ortega abría las puertas de su Passy en la calle Amberes.

"Ahí tiene mesa reserva -de aquí a la eternidad- don Álvaro González Mariscal. Jefe de prensa de don Gilberto Flores Muñoz y del presidente Adolfo López Mateos. Un tipazo.

El italiano Belingeri Conti, en el pasaje Zona Rosa, recibía zalamero.

Y los Prendes -ya una tercera generación- atestaban patio y salón.

Jóvenes reporteros que día a día se sabían más conocidos. La televisión los tornaba familiares. Políticos y funcionarios los atraían. Con frecuencia los cercaban. No vacilaban en convidarles una ronda de bebidas -"lo que estén tomando los señores ", ordenaban al mesero. O una botella de vino tinto.

Grupo educado y muy desenvuelto. Personajes que "estaban al tanto". Se "hablan de tú con el Poder".

"¿Viste la entrevista que le hizo Abraham Zabludovsky a José Alfredo Jiménez? Se lució el hijo de Jacobo..."

Comida -resumen. Entre risas y tiempo de masticar, se planeaba lo relevante del noticiario nocturno.

Pasadas las cinco de la tarde el grupo estaba de regreso en Televicentro.