/ sábado 11 de junio de 2022

De la pluma de Miguel Reyes Razo | Los “destapes” de José López Portillo

Por Miguel Reyes Razo

"Pues sí -admitió el estudioso José Ramón López-Portillo Romano- yo fui el primero en saber que mi papá iba a ser el candidato del PRI a la Presidencia de la República.

"¿Cómo fue, licenciado? -le pregunté. ¿Quiere contármelo?

"Pues ya hacía muchos días que andaba el run-run de que mi papá, que era el secretario de Hacienda, estaba en la primera línea de la sucesión. Codo con codo con Mario Moya Palencia, que era el de Gobernación. Mis amigos, los de mis hermanas, profesores, parientes todos nos telefoneaban a todas horas.

"¿Ya?". "¿Ya?". "¿Ya?" . Interrogaban sin cesar. Ex condiscípulos de mi papá. Antiguos colaboradores que nos repetían: "Estoy a las órdenes del jefe. Siempre dije que es un hombre muy brillante. Y muy buena persona. Creo que no hay nadie mejor...

"Así nos la pasábamos. Mi jefe como si nada. En el deporte. Tirábamos karate. Hombre muy fuerte y sano. Apto para los deportes. Más bien para toda actividad física. La gimnasia de aparatos. El caballo con arzones. Las paralelas. Pesas. Boxeo. Natación. El judo. Antes jiu-jitsu. Artes marciales orientales. Por esos días le dí una patada muy fuerte en un muslo. Sonriente siempre. Usaba su coche. Un "Borgward" muy bonito, muy cómodo. Nos veíamos temprano. Todos salíamos a lo nuestro. MI hermana Carmen iba a la Universidad Metropolitana.

"Y aquel día, -ya después de las Fiestas Patrias- de septiembre del 75, el día viernes 19 yo me quedé en la sala con libros y música. Era tarde, a lo mejor después de la medianoche cuando llegó mi papá a la casa. Toda la casa estaba a oscuras. Pasó por el jardín, entró a la casa y comenzó a subir la escalera. Cuando ya iba como a la mitad me le presenté y le dije: "¿Tu vas a ser, verdad? ¿Ya te lo dijeron, papá?

"No, hombre. Cómo crees. No hijo, no hay nada -me tranquilizó.

"Es que ya caminas muy distinto, papá. Ya te cambió el modo de andar. Te conozco jefe. Tú dirás lo que quieras. Pero conste. Yo soy el primero en darme cuenta de que tú ya sabes que vas a ser el candidato. ¡Te felicito, papá!

"Todavía se rió. Se miró los zapatos. Los pies. Se irguió. Sacó el poderoso pecho Como si quisiera descubrir qué gesto o actitud estrenaba y que no advertía -todavía- pero que ya delataba un nuevo -muy diferente- estado de ánimo. Pero no "soltó prenda". Procuró un gesto neutro, inexpresivo. Pero también le cambió la mirada. Los ojos tenían mayor brillo e intención. Retaba. Sí, fue el viernes 19 de septiembre de 1975. Sábado y domingo no salió de la casa. Y el lunes 22 se fue temprano a Los Pinos. Desayunó con el Presidente Echeverría. Y al mediodía lo destapó don Fidel Velázquez. Así me acuerdo de esos días."


21 de Septiembre. San Mateo. Cumpleaños de Don Mateo Miguel Reyes Sánchez, mi papá. De mi hija Gendebien Susana. Aquel de 1975 fue domingo. Don Carlos Gálvez Betancourt, director del Instituto Mexicano del Seguro Social - de la lista de aspirantes que el gobernador Rubén Figueroa juzgó "caballada flaca"- me invitó a Acapulco. Inauguraría un congreso en el Centro de Convenciones. Viaje de ida y vuelta. De noche en el aeropuerto, al despedirnos me dijo. "En estos días te busco. Te diré cosas muy importantes…


Madrugador -"la Suerte es una viejita que saca su puesto a las cinco de la mañana y a las cinco y cinco ya acabó"- el licenciado Jacobo Zabludovsky revisó las "órdenes" a los reporteros que le entregó el Jefe de Información de "24 HORAS", Raúl Hernández Bautista. "Reyes Razo cubre desayuno con líder del SNTE, Carlos Jonguitud Barrios. 22 de septiembre Aniversario de la "Vanguardia Revolucionaria del Magisterio", le comunicó. "Agrégale que esté muy atento al "destape". Que después de la comida se concentren en la redacción. A Chela Leal ponla en Los Pinos.

"Aquel lunes 22 de septiembre de 1975 Don Carlos Jonguitud Barrios era la viva imagen del éxito, la alegría. Anunció la inauguración de la Editorial del Magisterio. "Quedará por los rumbos de San Antonio Tomatlán; cerca del mercado de La Merced. Libros de y para los maestros. La educación -su filosofía y contenidos- debe surgir y mejorarse en el salón de clases. Someterla al análisis por los profesores. No le demos más vueltas", indicaba el líder del ya entonces más poderoso y numeroso sindicato en América Latina. El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación mostraba su poder en el Poder Legislativo. Racimo de Diputados. Fuerte núcleo de Senadores...Jonguitud feliz.

"Me encontré con mi compañero y muy amigo Salvador Estrada. Reporteaba "cubría" las fuentes del Sector Obrero. Cada lunes con Don Fídel Velázquez. Salvador Estrada se ganó la confianza del poderoso dirigente cuyas breves, crípticas respuestas contribuían a su fama de hermético. De los rumbos del Monumento a la Revolución a Chapultepec 18. Invité a Estrada a comer en mi casa.

Y estábamos en la mesa -como a las cuatro de la tarde- cuando nos alcanzó la noticia:

"José López Portillo y Pacheco es el candidato del PRI a la Presidencia de la República..Figuras de la política nacional comían en la Casa del Obrero Mundial. Ahí los alcanzó esta noticia.

"¿López-Portillo? ¡Híjole! ¿Y Moya, qué?

"Pélale. Ya Vámonos. Así a medias. Ni hablar, mi cuate. Vámonos a Hacienda. A Palacio Nacional. Háblale a Raúl Hernández, a ver que ordena. Mejor desde el camino. Al Zócalo. Allá va a llegar la "cargada". Apúrale. ¿Cómo estará Moya Palencia? ¿Te imaginas? Año tras año , día tras día con que él era el bueno. ¿Qué se sentirá? ¿Y sus cuates? Pícale. Ya mero llegamos.

Hervía el Salón Panamericano. La multitud lo engulló; empequeñeció. Empujones, codazos, jadeos, pisotones, rozones, ansias, urgencias, prisas, altanerías, sonrisas impostadas, esfuerzo, pujidos, impaciencia, inquietud, desazón. Idea del gentío:

"Tengo que felicitar al Hombre.

"Denme chance. El Señor es mi amigo.

"Compermiso. Dejen pasar a los camarógrafos de Jacobo. Él "Lic" va a entrevistar al candidato.

"Háblenle a Gustavo Carvajal. Es el Secretario del Señor. Es mi amigo desde que era Jefe de Prensa de la UNAM con González Casanova. Dígale...

Esa tarde el país entero comenzó a pronunciar el nombre del Hombre. José López Portillo.


C O N T I N U A R A C O N T I N U A R A


Por Miguel Reyes Razo

"Pues sí -admitió el estudioso José Ramón López-Portillo Romano- yo fui el primero en saber que mi papá iba a ser el candidato del PRI a la Presidencia de la República.

"¿Cómo fue, licenciado? -le pregunté. ¿Quiere contármelo?

"Pues ya hacía muchos días que andaba el run-run de que mi papá, que era el secretario de Hacienda, estaba en la primera línea de la sucesión. Codo con codo con Mario Moya Palencia, que era el de Gobernación. Mis amigos, los de mis hermanas, profesores, parientes todos nos telefoneaban a todas horas.

"¿Ya?". "¿Ya?". "¿Ya?" . Interrogaban sin cesar. Ex condiscípulos de mi papá. Antiguos colaboradores que nos repetían: "Estoy a las órdenes del jefe. Siempre dije que es un hombre muy brillante. Y muy buena persona. Creo que no hay nadie mejor...

"Así nos la pasábamos. Mi jefe como si nada. En el deporte. Tirábamos karate. Hombre muy fuerte y sano. Apto para los deportes. Más bien para toda actividad física. La gimnasia de aparatos. El caballo con arzones. Las paralelas. Pesas. Boxeo. Natación. El judo. Antes jiu-jitsu. Artes marciales orientales. Por esos días le dí una patada muy fuerte en un muslo. Sonriente siempre. Usaba su coche. Un "Borgward" muy bonito, muy cómodo. Nos veíamos temprano. Todos salíamos a lo nuestro. MI hermana Carmen iba a la Universidad Metropolitana.

"Y aquel día, -ya después de las Fiestas Patrias- de septiembre del 75, el día viernes 19 yo me quedé en la sala con libros y música. Era tarde, a lo mejor después de la medianoche cuando llegó mi papá a la casa. Toda la casa estaba a oscuras. Pasó por el jardín, entró a la casa y comenzó a subir la escalera. Cuando ya iba como a la mitad me le presenté y le dije: "¿Tu vas a ser, verdad? ¿Ya te lo dijeron, papá?

"No, hombre. Cómo crees. No hijo, no hay nada -me tranquilizó.

"Es que ya caminas muy distinto, papá. Ya te cambió el modo de andar. Te conozco jefe. Tú dirás lo que quieras. Pero conste. Yo soy el primero en darme cuenta de que tú ya sabes que vas a ser el candidato. ¡Te felicito, papá!

"Todavía se rió. Se miró los zapatos. Los pies. Se irguió. Sacó el poderoso pecho Como si quisiera descubrir qué gesto o actitud estrenaba y que no advertía -todavía- pero que ya delataba un nuevo -muy diferente- estado de ánimo. Pero no "soltó prenda". Procuró un gesto neutro, inexpresivo. Pero también le cambió la mirada. Los ojos tenían mayor brillo e intención. Retaba. Sí, fue el viernes 19 de septiembre de 1975. Sábado y domingo no salió de la casa. Y el lunes 22 se fue temprano a Los Pinos. Desayunó con el Presidente Echeverría. Y al mediodía lo destapó don Fidel Velázquez. Así me acuerdo de esos días."


21 de Septiembre. San Mateo. Cumpleaños de Don Mateo Miguel Reyes Sánchez, mi papá. De mi hija Gendebien Susana. Aquel de 1975 fue domingo. Don Carlos Gálvez Betancourt, director del Instituto Mexicano del Seguro Social - de la lista de aspirantes que el gobernador Rubén Figueroa juzgó "caballada flaca"- me invitó a Acapulco. Inauguraría un congreso en el Centro de Convenciones. Viaje de ida y vuelta. De noche en el aeropuerto, al despedirnos me dijo. "En estos días te busco. Te diré cosas muy importantes…


Madrugador -"la Suerte es una viejita que saca su puesto a las cinco de la mañana y a las cinco y cinco ya acabó"- el licenciado Jacobo Zabludovsky revisó las "órdenes" a los reporteros que le entregó el Jefe de Información de "24 HORAS", Raúl Hernández Bautista. "Reyes Razo cubre desayuno con líder del SNTE, Carlos Jonguitud Barrios. 22 de septiembre Aniversario de la "Vanguardia Revolucionaria del Magisterio", le comunicó. "Agrégale que esté muy atento al "destape". Que después de la comida se concentren en la redacción. A Chela Leal ponla en Los Pinos.

"Aquel lunes 22 de septiembre de 1975 Don Carlos Jonguitud Barrios era la viva imagen del éxito, la alegría. Anunció la inauguración de la Editorial del Magisterio. "Quedará por los rumbos de San Antonio Tomatlán; cerca del mercado de La Merced. Libros de y para los maestros. La educación -su filosofía y contenidos- debe surgir y mejorarse en el salón de clases. Someterla al análisis por los profesores. No le demos más vueltas", indicaba el líder del ya entonces más poderoso y numeroso sindicato en América Latina. El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación mostraba su poder en el Poder Legislativo. Racimo de Diputados. Fuerte núcleo de Senadores...Jonguitud feliz.

"Me encontré con mi compañero y muy amigo Salvador Estrada. Reporteaba "cubría" las fuentes del Sector Obrero. Cada lunes con Don Fídel Velázquez. Salvador Estrada se ganó la confianza del poderoso dirigente cuyas breves, crípticas respuestas contribuían a su fama de hermético. De los rumbos del Monumento a la Revolución a Chapultepec 18. Invité a Estrada a comer en mi casa.

Y estábamos en la mesa -como a las cuatro de la tarde- cuando nos alcanzó la noticia:

"José López Portillo y Pacheco es el candidato del PRI a la Presidencia de la República..Figuras de la política nacional comían en la Casa del Obrero Mundial. Ahí los alcanzó esta noticia.

"¿López-Portillo? ¡Híjole! ¿Y Moya, qué?

"Pélale. Ya Vámonos. Así a medias. Ni hablar, mi cuate. Vámonos a Hacienda. A Palacio Nacional. Háblale a Raúl Hernández, a ver que ordena. Mejor desde el camino. Al Zócalo. Allá va a llegar la "cargada". Apúrale. ¿Cómo estará Moya Palencia? ¿Te imaginas? Año tras año , día tras día con que él era el bueno. ¿Qué se sentirá? ¿Y sus cuates? Pícale. Ya mero llegamos.

Hervía el Salón Panamericano. La multitud lo engulló; empequeñeció. Empujones, codazos, jadeos, pisotones, rozones, ansias, urgencias, prisas, altanerías, sonrisas impostadas, esfuerzo, pujidos, impaciencia, inquietud, desazón. Idea del gentío:

"Tengo que felicitar al Hombre.

"Denme chance. El Señor es mi amigo.

"Compermiso. Dejen pasar a los camarógrafos de Jacobo. Él "Lic" va a entrevistar al candidato.

"Háblenle a Gustavo Carvajal. Es el Secretario del Señor. Es mi amigo desde que era Jefe de Prensa de la UNAM con González Casanova. Dígale...

Esa tarde el país entero comenzó a pronunciar el nombre del Hombre. José López Portillo.


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