/ sábado 29 de enero de 2022

De la pluma de Miguel Reyes Razo | Luis Spota y su método de escritor

Por Miguel Reyes Razo

Aparecía los viernes por la noche en la televisión. "Metrópoli" se llamaba. Tupida cabellera peluqueada "a la brush". Sonrisa ancha, franca, cálida. Y la corbata de "moño". Con Juan Durán y Casahonda. Con Carlos Loret de Mola. Revista semanal. Escribía "Picaporte". En la primera plana de "Novedades". Hizo historia en Excélsior. "Record mundial. 50 días consecutivos produjo la de Ocho Columnas. Superó a Carlos Denegri. A Jorge Piñó Sandoval. Luis Spota descubrió la identidad del misterioso B. Traven. Luis Spota entrevistó al Fray José de Guadalupe. El célebre José Mojica que renunció a fama de estrella de cine y se recluyó en Perú. "Lo hallé muy pobre. No tenía ni para una hoja de rasurar", escribió.

"Escribo con método, disciplina. Una cuartilla todos los días. Todos ¿eh? Así el 31 de diciembre tengo 365 cuartillas bien escritas. Pongo en reposo mi obra. Me preparo.

"¿Quieres ser escritor? ¿De verdad quieres escribir? Necesitas, antes que nada un buen par de posaderas. De asentaderas. ¿Cuáles? ¡Las tuyas! Ponlas en el sillín. Y a teclear. No atiendas teléfono ni timbre de tu puerta. Haste de un horario fijo. Como si tuvieras que ir a un banco. A una oficina. Anota lo que veas en tus ires y venires. Escucha el habla de los que viajan en el mismo camión. Capta las frases que ilustran ánimo. Tristeza, alegría, duelo, orfandad, contento, pérdida, Escribe. No te preocupes por lo que escribas. A lo mejor dentro de muchos años te averguences de haberlo hecho. Pero lo más importante es que lo hiciste. Lo conseguiste. Así.".

Era infatigable. Le absorbía el trabajo. No se daba pausa. Producía, produjo un gran Suplemento Cultural. El de "El Heraldo de México". Atraía su éxito . Muchos años después de su muerte, el académico Jaime Labastida reseñaba nostálgico: "¡Cómo vendía, Spota! Tirajes de 200 mil y hasta 300 mil ejemplares. Ediciones que se agotaban apenas se anunciaba la obra. Más de 30 años después no hay, no existe ni quien se aproxime a esas cifras. Nadie."

"Casi el Paraíso". La historia. Inauguración de la novela urbana. Los años 50 dejaban atrás los relatos de la Revolución Mexicana. Don Martín Luis Guzmán y su prosa limpia, bien pulida en "El Águila y la Serpiente", "La Sombra del Caudillo". Azuela y "Los de Abajo". José Rubén Romero y "La Vida Inútil de Pito Pérez".

El fenomenal reportero Luis Spota escribió "Murieron a Mitad del Río". Los espaldas mojadas. Los braceros. Se ahogaban o los mataban en las aguas del Río Bravo. Spota y las andanzas -el correr la legua- de aspirantes a toreros. Azarosa existencia de los maletillas. "Más cornadas da el Hambre". Y la vida de Olga Lang. "La Estrella Vacía". Críticos vieron perfiles de la vida de María Félix. Años más tarde, la propia actriz la convirtió en exitosa película. Con Ignacio López Tarso en el papel del reportero Luis Arvide con Rita Macedo, Enrique Rambal, Carlos López Moctezuma, Ramón Gay, Wolf Rivinsky... Arturo de Córdova y Leticia Palma obtienen Ariel por "En la palma de tu mano". Luis Spota.

"Luis Spota terminó "Casi el paraíso". Lo entregó al Fondo de Cultura Económica. Días después Carlos Fuentes concluyó "La región más transparente". Novelas cuyo escenario es la Ciudad de México. La burguesía que se arraigó en el "alemanismo". Ricos, acaudalados que asomaban al mundo. Los deslumbró la llegada de un Príncipe Italiano: Ugo Conti. Burlará sus normas. Los sacudirá.

"Carlos Fuentes ve la ciudad, sus habitantes, Tugurios de la colonia Guerrero. Gladys la prostituta que vuelve de mañana a la vecindad."

Dos novelas. Interesantísimas. Fuentes quiere que aparezca primero la suya. Editores del Fondo de Cultura Económica no deciden. Fuentes hace que su padre, el embajador Rafael Fuentes intervenga. Que haga valer su influencia...

Luis Spota deslumbra al candidato Miguel Alemán Lo invita a su gira. Que describa la ruta hacia el poder. Spota atiborra las páginas de Excélsior con sus crónicas. Alemán, el primer presidente civil. El universitario que la hora requiere. Miguel Alemán Valdés. Veracruzano. Luis Spota Saavedra -de padre nacido en Calabria- se las ingenia para hacer circular cada noche de domingo la reseña de la corrida de toros, los estrenos teatrales y cinematográficos. Teclea con los dedos índices mientras mordisquea una pipa.

"Alemán me designó Jefe de Espectáculos de la Ciudad de México. Me cayó en las manos la persecución que las damas de la Alta Sociedad sostenían contra Yolanda Montes "Tongolele". Exótica, encueratriz, provocadora de bajas pasiones. Aquella joven era extranjera. Liga de la Decencia urgía su expulsión del país. Me planté en el Follies donde Tongolele atraía muchedumbres. A buenas horas declaré que yo no veía nada pecaminoso, ni inmoral, ni reprobable en los bailes de la artista. No secundé críticas hipocritonas e interesadas. Creo que hasta el Monseñor Luis María Martínez el Obispo de la Ciudad de México - quien era hombre mundano y nada espantadizo- se guardó mucho de anatematizar a Tongolele. Muchos años después ella me mostró reportajes de aquella época donde yo declaré mi juicio en torno a su arte."

Se le veía en la Librería Zaplana. En Avenida Juárez, muy cerca del "Kiko`s" y de Excélsior. O en Zaplana de San Juan de Letrán. Cuarenta pesos costaba "Las Horas Violentas". Lo mismo "El Tiempo de la Ira". Largas filas. Sonriente dedicaba ejemplares. "Yo no tengo la culpa -explicaba- que el señor Zaplana le ponga este precio a mis libros. ¿Cómo se llama usted? Y la letra pequeñita: "En el principio de nuestra amistad...

Llegué a su oficina a fines de septiembre de 1967. Cargaba en un bolsillo del saco, unas cuantas hojas de "papel carta" con un relato que bauticé "Psicodelicosas". Un hombre delgado, escrupulosamente vestido, de largos lacios cabellos entrecanos untados con fijapelo me contuvo. "No puedes verlo. Siempre está muy ocupado y no le gusta que le quiten el tiempo. Tiene muy mal genio. Capaz que si te dejo pasar a su oficina nos corre a los dos. No; no insistas, Ven otro día. Yo no me expongo", así me desanimó el señor Albornoz. Mantenía ocultas sus manos tras limpios vendajes. Se las ingeniaba para fumar incesantemente.

Días de octubre. Luis Spota, Presidente del Consejo Mundial de Boxeo -que él creo con fines muy distintos a los que hoy persiguen los descendientes de don José Sulaimán- debía asistir el sábado 14 al Estadio Azteca. Pelea por el título mundial. Vicente Saldívar -el Zurdo de Oro de la Colonia Postal- contra el galés Howard Winstone. Ya se conocían. En 1965 , en Londres, Saldivar derrotó a Winstone.

Un día y otro. Y una mañana, mientras intentaba persuadir al bondadoso Albornoz, apareció Luis Spota. Llevaba enormes tijeras en las manos. Llamó a "formadores" de su Suplemento Cultural. Los hermanos Solórzano, Jorge, Jesús, Ricardo.

"Había que aprovechar ese instante. Entre aquel grupo pude meter mi voz. ¡Maestro Spota! ¡Señor Spota ! que frenó su marcha.

"¿Qué se te ofrece, maestro?·

"Quiero escribir,. ¿Sabe? Yo lo admiro mucho. Me deslumbró el final del "Tiempo de la ira." Cuando matan a...

"Ya me lo sé, maestro. Yo lo escribí. -atajó

"¿Has escrito algo?- se impacientó.

"Sí- respondí. Justamente traigo...

"Dámelo y entra.

Se dirigió hacia la madura y muy bien arreglada mujer que tenía enfrente una máquina de escribir.

"A ver, Dora Magda. Aquí el joven ¿cómo te llamas? nos deja un relato. Tómele sus datos.

"Un teléfono? -sondeo Dora Magda

Si. El 16 15 93

"¿De su casa?

"No. Es la miscelánea "La Guerrerense". De ahí me llaman.

Tres cuatro días después un mensajero llamó a la puerta:

"Que te hablan por teléfono...

"Habla Spota, mano. Es un relato muy bueno. ¿Tienes más? ¿Quieres venir ahorita?

Entré. Me vio e instruyó

"A partir de ahora aquí el maestro tiene derecho a entrar a esta oficina beber café y, si quiere a fumar mis cigarros.

C O N T I N U A R A


Por Miguel Reyes Razo

Aparecía los viernes por la noche en la televisión. "Metrópoli" se llamaba. Tupida cabellera peluqueada "a la brush". Sonrisa ancha, franca, cálida. Y la corbata de "moño". Con Juan Durán y Casahonda. Con Carlos Loret de Mola. Revista semanal. Escribía "Picaporte". En la primera plana de "Novedades". Hizo historia en Excélsior. "Record mundial. 50 días consecutivos produjo la de Ocho Columnas. Superó a Carlos Denegri. A Jorge Piñó Sandoval. Luis Spota descubrió la identidad del misterioso B. Traven. Luis Spota entrevistó al Fray José de Guadalupe. El célebre José Mojica que renunció a fama de estrella de cine y se recluyó en Perú. "Lo hallé muy pobre. No tenía ni para una hoja de rasurar", escribió.

"Escribo con método, disciplina. Una cuartilla todos los días. Todos ¿eh? Así el 31 de diciembre tengo 365 cuartillas bien escritas. Pongo en reposo mi obra. Me preparo.

"¿Quieres ser escritor? ¿De verdad quieres escribir? Necesitas, antes que nada un buen par de posaderas. De asentaderas. ¿Cuáles? ¡Las tuyas! Ponlas en el sillín. Y a teclear. No atiendas teléfono ni timbre de tu puerta. Haste de un horario fijo. Como si tuvieras que ir a un banco. A una oficina. Anota lo que veas en tus ires y venires. Escucha el habla de los que viajan en el mismo camión. Capta las frases que ilustran ánimo. Tristeza, alegría, duelo, orfandad, contento, pérdida, Escribe. No te preocupes por lo que escribas. A lo mejor dentro de muchos años te averguences de haberlo hecho. Pero lo más importante es que lo hiciste. Lo conseguiste. Así.".

Era infatigable. Le absorbía el trabajo. No se daba pausa. Producía, produjo un gran Suplemento Cultural. El de "El Heraldo de México". Atraía su éxito . Muchos años después de su muerte, el académico Jaime Labastida reseñaba nostálgico: "¡Cómo vendía, Spota! Tirajes de 200 mil y hasta 300 mil ejemplares. Ediciones que se agotaban apenas se anunciaba la obra. Más de 30 años después no hay, no existe ni quien se aproxime a esas cifras. Nadie."

"Casi el Paraíso". La historia. Inauguración de la novela urbana. Los años 50 dejaban atrás los relatos de la Revolución Mexicana. Don Martín Luis Guzmán y su prosa limpia, bien pulida en "El Águila y la Serpiente", "La Sombra del Caudillo". Azuela y "Los de Abajo". José Rubén Romero y "La Vida Inútil de Pito Pérez".

El fenomenal reportero Luis Spota escribió "Murieron a Mitad del Río". Los espaldas mojadas. Los braceros. Se ahogaban o los mataban en las aguas del Río Bravo. Spota y las andanzas -el correr la legua- de aspirantes a toreros. Azarosa existencia de los maletillas. "Más cornadas da el Hambre". Y la vida de Olga Lang. "La Estrella Vacía". Críticos vieron perfiles de la vida de María Félix. Años más tarde, la propia actriz la convirtió en exitosa película. Con Ignacio López Tarso en el papel del reportero Luis Arvide con Rita Macedo, Enrique Rambal, Carlos López Moctezuma, Ramón Gay, Wolf Rivinsky... Arturo de Córdova y Leticia Palma obtienen Ariel por "En la palma de tu mano". Luis Spota.

"Luis Spota terminó "Casi el paraíso". Lo entregó al Fondo de Cultura Económica. Días después Carlos Fuentes concluyó "La región más transparente". Novelas cuyo escenario es la Ciudad de México. La burguesía que se arraigó en el "alemanismo". Ricos, acaudalados que asomaban al mundo. Los deslumbró la llegada de un Príncipe Italiano: Ugo Conti. Burlará sus normas. Los sacudirá.

"Carlos Fuentes ve la ciudad, sus habitantes, Tugurios de la colonia Guerrero. Gladys la prostituta que vuelve de mañana a la vecindad."

Dos novelas. Interesantísimas. Fuentes quiere que aparezca primero la suya. Editores del Fondo de Cultura Económica no deciden. Fuentes hace que su padre, el embajador Rafael Fuentes intervenga. Que haga valer su influencia...

Luis Spota deslumbra al candidato Miguel Alemán Lo invita a su gira. Que describa la ruta hacia el poder. Spota atiborra las páginas de Excélsior con sus crónicas. Alemán, el primer presidente civil. El universitario que la hora requiere. Miguel Alemán Valdés. Veracruzano. Luis Spota Saavedra -de padre nacido en Calabria- se las ingenia para hacer circular cada noche de domingo la reseña de la corrida de toros, los estrenos teatrales y cinematográficos. Teclea con los dedos índices mientras mordisquea una pipa.

"Alemán me designó Jefe de Espectáculos de la Ciudad de México. Me cayó en las manos la persecución que las damas de la Alta Sociedad sostenían contra Yolanda Montes "Tongolele". Exótica, encueratriz, provocadora de bajas pasiones. Aquella joven era extranjera. Liga de la Decencia urgía su expulsión del país. Me planté en el Follies donde Tongolele atraía muchedumbres. A buenas horas declaré que yo no veía nada pecaminoso, ni inmoral, ni reprobable en los bailes de la artista. No secundé críticas hipocritonas e interesadas. Creo que hasta el Monseñor Luis María Martínez el Obispo de la Ciudad de México - quien era hombre mundano y nada espantadizo- se guardó mucho de anatematizar a Tongolele. Muchos años después ella me mostró reportajes de aquella época donde yo declaré mi juicio en torno a su arte."

Se le veía en la Librería Zaplana. En Avenida Juárez, muy cerca del "Kiko`s" y de Excélsior. O en Zaplana de San Juan de Letrán. Cuarenta pesos costaba "Las Horas Violentas". Lo mismo "El Tiempo de la Ira". Largas filas. Sonriente dedicaba ejemplares. "Yo no tengo la culpa -explicaba- que el señor Zaplana le ponga este precio a mis libros. ¿Cómo se llama usted? Y la letra pequeñita: "En el principio de nuestra amistad...

Llegué a su oficina a fines de septiembre de 1967. Cargaba en un bolsillo del saco, unas cuantas hojas de "papel carta" con un relato que bauticé "Psicodelicosas". Un hombre delgado, escrupulosamente vestido, de largos lacios cabellos entrecanos untados con fijapelo me contuvo. "No puedes verlo. Siempre está muy ocupado y no le gusta que le quiten el tiempo. Tiene muy mal genio. Capaz que si te dejo pasar a su oficina nos corre a los dos. No; no insistas, Ven otro día. Yo no me expongo", así me desanimó el señor Albornoz. Mantenía ocultas sus manos tras limpios vendajes. Se las ingeniaba para fumar incesantemente.

Días de octubre. Luis Spota, Presidente del Consejo Mundial de Boxeo -que él creo con fines muy distintos a los que hoy persiguen los descendientes de don José Sulaimán- debía asistir el sábado 14 al Estadio Azteca. Pelea por el título mundial. Vicente Saldívar -el Zurdo de Oro de la Colonia Postal- contra el galés Howard Winstone. Ya se conocían. En 1965 , en Londres, Saldivar derrotó a Winstone.

Un día y otro. Y una mañana, mientras intentaba persuadir al bondadoso Albornoz, apareció Luis Spota. Llevaba enormes tijeras en las manos. Llamó a "formadores" de su Suplemento Cultural. Los hermanos Solórzano, Jorge, Jesús, Ricardo.

"Había que aprovechar ese instante. Entre aquel grupo pude meter mi voz. ¡Maestro Spota! ¡Señor Spota ! que frenó su marcha.

"¿Qué se te ofrece, maestro?·

"Quiero escribir,. ¿Sabe? Yo lo admiro mucho. Me deslumbró el final del "Tiempo de la ira." Cuando matan a...

"Ya me lo sé, maestro. Yo lo escribí. -atajó

"¿Has escrito algo?- se impacientó.

"Sí- respondí. Justamente traigo...

"Dámelo y entra.

Se dirigió hacia la madura y muy bien arreglada mujer que tenía enfrente una máquina de escribir.

"A ver, Dora Magda. Aquí el joven ¿cómo te llamas? nos deja un relato. Tómele sus datos.

"Un teléfono? -sondeo Dora Magda

Si. El 16 15 93

"¿De su casa?

"No. Es la miscelánea "La Guerrerense". De ahí me llaman.

Tres cuatro días después un mensajero llamó a la puerta:

"Que te hablan por teléfono...

"Habla Spota, mano. Es un relato muy bueno. ¿Tienes más? ¿Quieres venir ahorita?

Entré. Me vio e instruyó

"A partir de ahora aquí el maestro tiene derecho a entrar a esta oficina beber café y, si quiere a fumar mis cigarros.

C O N T I N U A R A