/ sábado 18 de junio de 2022

De la pluma de Miguel Reyes Razo | Secuelas del destape de JLP

Por Miguel Reyes Razo


Gustavo Carvajal Moreno -hijo del distinguido Angel Carvajal, Secretario de Gobernación- era aquel 22 de septiembre de 1975 un ágil delgaducho muy bien educado auxiliar de Don José López Portillo y Pacheco, Secretario de Hacienda, amigo, compañero del Presidente Luis Echeverría. Se multiplicó en la atención de incontenible -desordenada- peregrinación.

Líderes de sectores alma del PRI. Compañeros de Gabinete Presidencial. Colegas universitarios, políticos, Diputados, Senadores. Líderes empresariales y patronales. A todos urgía estrechar la mano, felicitar, con leve o marcada genuflexión, con sonoras, poderosas palmadas en la recia espalda al recién marcado futuro Presidente de México. Por las manos de muchos pasó la flamante , bien adornada caja verde con un reloj Rolex dentro.

Primer regalo al personaje. Mil cámaras no bastarían para captar a cada uno de los que daban vida a "la cargada". Gesto, sonrisa, ademán, paso, aproximación. Actitud de esperanza, de entusiasmo. De preocupación. Pasadas las seis de la tarde llegó a ese Salón Panamericano de la Secretaría de Hacienda en el Palacio Nacional, el Secretario de Gobernación Mario Moya Palencia. Se dirigió en línea recta hacia su compañero de equipo.Le acerqué el micrófono de "24 Horas".

"¡Todos unidos en torno de José López Portillo!" -exclamó

"Después de mucho tiempo de ser tenido como seguro candidato ¿Qué experimenta usted ante esta realidad, Licenciado Moya? -le pregunté.

Tenia la tez muy pálida. Se esforzó en mantener muy unidos sus maxilares. Así, soltó:

"Ya dije. Todos unidos con José López Portillo…

Tenía rota la voz. Algo temblorosa . Enronqueció.

López Portillo lo abrazó. Sonreía. Le devolvió:

"Tú siempre tan inteligente, mi Mario...Tú siempre tan inteligente…

Y le aplastó las espaldas con soberbias poderosas palmadas. Se carcajeaba. Era un hombre nuevo. A su alrededor , decenas, cientos se inclinaban. No había hombre más feliz sobre la Tierra que él. José López Portillo y Pacheco. En eso llegó el Licenciado Jacobo Zabludovsky. Realizó las entrevistas de rigor. Buenas. Con su experiencia. A la hora de editar dejó intacta mi pregunta y las respuestas y gestos de los personajes. Así las transmitió.

Ese "destape" acarreó el mismo día efectos duraderos.

Ofendió, lastimó, inutilizó al Presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI. Don Jesús Reyes Heroles sufrió dolorosa burla. Peroraba que antes que el candidato debía conocerse el programa del PRI y su archienemigo el Presidente Luis Echeverría mostraba la mano dura del poder. A reporteros confió su descontento. "Se burla al partido. ¿Dónde, cómo quedamos? Asi no avanza la democracia. El PRI trabajó en vano..."

Don Luis Echeverría iría más allá:

"Reyes Heroles es un alcohólico. Empieza a beber vodka muy temprano. A las dos de la tarde es imposible hablar con él..."

Pácatelas. Don Jesús del Gran Poder -como lo llamaban sus amigos y admiradores quedó en muy mala posición...Unas horas. Al día siguiente dejó el PRI. Aceptó -de Luis Echeverría- el nombramiento de Director del IMSS y Don Carlos Gálvez Betancourt se mudó a la Secretaría del Trabajo cuya cabeza era el brillante Porfirio Muñoz Ledo y Lazo de la Vega a quien esperaba la Presidencia del Comité Ejecutivo Nacional del PRI. Allá iría. Coordinaría con Augusto Gómez Villanueva la campaña de López Portillo.

Ya bien entrada la noche -contarían distintos actores- llegó a la Secretaría de Gobernación , el muy joven gobernador de Sonora Carlos Armando Biebrich Torres. Ánimo revuelto y rencoroso lo llevó a decir a su amigo Mario Moya Palencia:

"¿Ya ves lo que nos hizo este loco, Mario?"

Expresión que unos minutos después llegó a oídos del Presidente Echeverría quien había mimado a su joven excolaborador. Tanto que hizo modificar la Constitución Política de Sonora para que Biebrich pudiera ser gobernador de su tierra.

"¿Qué le pagara así?

Poco después comenzó el acoso presidencial contra Biebrich. Culminó con la muerte de campesinos sonorenses sin tierra. Biebrich tuvo que renunciar al cargo. Y de inmediato se le acusó de abusos de poder, malversación de fondos. Se le exhibió gobernador amigo de francachelas y asiduo al restaurante "El Palomino" de Hermosillo. Años de caos y atraso dejó Carlos Armando Biebrich divulgó la prensa aquellos días.

"Está en las últimas; desesperado -me confió Don Alejandro Carrillo Marcor quien dejó su escaño en la Cámara de Senadores para marchar con su familia a gobernar su terruño.

"Se llevó todo lo que pudo. Mi esposa y mi hija tuvieron que ir a Tucson a comprar hasta la ropa de cama. Casi pierde la razón. Me pide ayuda a cada rato", añadió el brillante orador.

Pocos días después Carlos Armando Biebrich cargado de acusaciones huyó. Escapó del país. Le atribuyeron apropiarse de bienes diversos. Se refugió en España.

Enrique Mendoza Morales, inteligente, genial abogado era el Jefe de Prensa del Secretario de Gobernación. Estudioso, agudo, alerta Mendoza Morales poseía dotes diplomáticas. Suave y firme a la vez. Quizá conoció la versión de aliados de Mario Moya Palencia

"Enterramos cientos de toneladas de propaganda para Mario Moya Palencia candidato." -contó el gobernador de Querétaro Calzada Urquiza. "No se pudo", se resignó.

La onda expansiva llegó a Chapultepec 18. A Televisa. A la Dirección de Noticieros. El señor Aurelio Pérez -autoapodado Villamelón en su actividad de cronista taurino y juzgado "mocho" por sus exageradas bien calculadas exhibiciones de su fe católica-, convocó a los reporteros:

"A cuidar a nuestro candidato. Hombre excepcional. Sufrió un accidente en la práctica de karate. La pierna derecha inflamada. Soportó horas el día de su destape. Nadie lo supo. Así es el Licenciado López Portillo. Tenemos que cuidar al candidato y a México. Vean a los argentinos. Se propusieron acabar con Argentina y ya lo lograron.

"Aquí se respeta a la Virgen de Guadalupe. Al Presidente de la República, al Ejército Mexicano . Y a los amigos de Don Emilio Azcárraga Milmo. ¿Entendido?

La exuberante y claridosa Chela Leal lo sopesó:

"¡Viejo imbécil!

Por Miguel Reyes Razo


Gustavo Carvajal Moreno -hijo del distinguido Angel Carvajal, Secretario de Gobernación- era aquel 22 de septiembre de 1975 un ágil delgaducho muy bien educado auxiliar de Don José López Portillo y Pacheco, Secretario de Hacienda, amigo, compañero del Presidente Luis Echeverría. Se multiplicó en la atención de incontenible -desordenada- peregrinación.

Líderes de sectores alma del PRI. Compañeros de Gabinete Presidencial. Colegas universitarios, políticos, Diputados, Senadores. Líderes empresariales y patronales. A todos urgía estrechar la mano, felicitar, con leve o marcada genuflexión, con sonoras, poderosas palmadas en la recia espalda al recién marcado futuro Presidente de México. Por las manos de muchos pasó la flamante , bien adornada caja verde con un reloj Rolex dentro.

Primer regalo al personaje. Mil cámaras no bastarían para captar a cada uno de los que daban vida a "la cargada". Gesto, sonrisa, ademán, paso, aproximación. Actitud de esperanza, de entusiasmo. De preocupación. Pasadas las seis de la tarde llegó a ese Salón Panamericano de la Secretaría de Hacienda en el Palacio Nacional, el Secretario de Gobernación Mario Moya Palencia. Se dirigió en línea recta hacia su compañero de equipo.Le acerqué el micrófono de "24 Horas".

"¡Todos unidos en torno de José López Portillo!" -exclamó

"Después de mucho tiempo de ser tenido como seguro candidato ¿Qué experimenta usted ante esta realidad, Licenciado Moya? -le pregunté.

Tenia la tez muy pálida. Se esforzó en mantener muy unidos sus maxilares. Así, soltó:

"Ya dije. Todos unidos con José López Portillo…

Tenía rota la voz. Algo temblorosa . Enronqueció.

López Portillo lo abrazó. Sonreía. Le devolvió:

"Tú siempre tan inteligente, mi Mario...Tú siempre tan inteligente…

Y le aplastó las espaldas con soberbias poderosas palmadas. Se carcajeaba. Era un hombre nuevo. A su alrededor , decenas, cientos se inclinaban. No había hombre más feliz sobre la Tierra que él. José López Portillo y Pacheco. En eso llegó el Licenciado Jacobo Zabludovsky. Realizó las entrevistas de rigor. Buenas. Con su experiencia. A la hora de editar dejó intacta mi pregunta y las respuestas y gestos de los personajes. Así las transmitió.

Ese "destape" acarreó el mismo día efectos duraderos.

Ofendió, lastimó, inutilizó al Presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI. Don Jesús Reyes Heroles sufrió dolorosa burla. Peroraba que antes que el candidato debía conocerse el programa del PRI y su archienemigo el Presidente Luis Echeverría mostraba la mano dura del poder. A reporteros confió su descontento. "Se burla al partido. ¿Dónde, cómo quedamos? Asi no avanza la democracia. El PRI trabajó en vano..."

Don Luis Echeverría iría más allá:

"Reyes Heroles es un alcohólico. Empieza a beber vodka muy temprano. A las dos de la tarde es imposible hablar con él..."

Pácatelas. Don Jesús del Gran Poder -como lo llamaban sus amigos y admiradores quedó en muy mala posición...Unas horas. Al día siguiente dejó el PRI. Aceptó -de Luis Echeverría- el nombramiento de Director del IMSS y Don Carlos Gálvez Betancourt se mudó a la Secretaría del Trabajo cuya cabeza era el brillante Porfirio Muñoz Ledo y Lazo de la Vega a quien esperaba la Presidencia del Comité Ejecutivo Nacional del PRI. Allá iría. Coordinaría con Augusto Gómez Villanueva la campaña de López Portillo.

Ya bien entrada la noche -contarían distintos actores- llegó a la Secretaría de Gobernación , el muy joven gobernador de Sonora Carlos Armando Biebrich Torres. Ánimo revuelto y rencoroso lo llevó a decir a su amigo Mario Moya Palencia:

"¿Ya ves lo que nos hizo este loco, Mario?"

Expresión que unos minutos después llegó a oídos del Presidente Echeverría quien había mimado a su joven excolaborador. Tanto que hizo modificar la Constitución Política de Sonora para que Biebrich pudiera ser gobernador de su tierra.

"¿Qué le pagara así?

Poco después comenzó el acoso presidencial contra Biebrich. Culminó con la muerte de campesinos sonorenses sin tierra. Biebrich tuvo que renunciar al cargo. Y de inmediato se le acusó de abusos de poder, malversación de fondos. Se le exhibió gobernador amigo de francachelas y asiduo al restaurante "El Palomino" de Hermosillo. Años de caos y atraso dejó Carlos Armando Biebrich divulgó la prensa aquellos días.

"Está en las últimas; desesperado -me confió Don Alejandro Carrillo Marcor quien dejó su escaño en la Cámara de Senadores para marchar con su familia a gobernar su terruño.

"Se llevó todo lo que pudo. Mi esposa y mi hija tuvieron que ir a Tucson a comprar hasta la ropa de cama. Casi pierde la razón. Me pide ayuda a cada rato", añadió el brillante orador.

Pocos días después Carlos Armando Biebrich cargado de acusaciones huyó. Escapó del país. Le atribuyeron apropiarse de bienes diversos. Se refugió en España.

Enrique Mendoza Morales, inteligente, genial abogado era el Jefe de Prensa del Secretario de Gobernación. Estudioso, agudo, alerta Mendoza Morales poseía dotes diplomáticas. Suave y firme a la vez. Quizá conoció la versión de aliados de Mario Moya Palencia

"Enterramos cientos de toneladas de propaganda para Mario Moya Palencia candidato." -contó el gobernador de Querétaro Calzada Urquiza. "No se pudo", se resignó.

La onda expansiva llegó a Chapultepec 18. A Televisa. A la Dirección de Noticieros. El señor Aurelio Pérez -autoapodado Villamelón en su actividad de cronista taurino y juzgado "mocho" por sus exageradas bien calculadas exhibiciones de su fe católica-, convocó a los reporteros:

"A cuidar a nuestro candidato. Hombre excepcional. Sufrió un accidente en la práctica de karate. La pierna derecha inflamada. Soportó horas el día de su destape. Nadie lo supo. Así es el Licenciado López Portillo. Tenemos que cuidar al candidato y a México. Vean a los argentinos. Se propusieron acabar con Argentina y ya lo lograron.

"Aquí se respeta a la Virgen de Guadalupe. Al Presidente de la República, al Ejército Mexicano . Y a los amigos de Don Emilio Azcárraga Milmo. ¿Entendido?

La exuberante y claridosa Chela Leal lo sopesó:

"¡Viejo imbécil!