/ jueves 20 de agosto de 2020

¿De qué habla el Presidente?

Es propio de mentes medianas embestir contra todo aquello que no les entra en la cabeza.

Antonio Machado


El ciudadano presidente tiene la convicción de que ya existen rasgos de mejoría en la economía nacional. En cada discurso lo enfatiza y lo ve como una posibilidad real. El sábado reciente señaló que, “en lo que va de agosto se han recuperado 52 mil empleos”. Su referencia son las cifras del IMSS, en donde cotizan 19 millones de trabajadores.


Sin embargo, AMLO omite señalar información laboral que pudiera dar claridad a la nueva crisis que padecemos, a saber, ¿cuántos empleos realmente se han perdido durante la crisis sanitaria de Covid-19? y ¿cuál es la población económicamente activa (PEA) actual?


En la primera pregunta, López Obrador asegura que fueron un millón de empleos formales, el Coneval ha dicho que son 10 millones de puestos de trabajo totales perdidos; en la segunda interrogante, de acuerdo con la Secretaría del Trabajo, la PEA asciende a 57 millones 328 mil 364. Si restamos a esta cifra los afiliados al IMSS e ISSSTE emerge una masa enorme de trabajadores sin ninguna red de protección social.


Ahora bien, en los datos de ingresos el panorama no es nada gratificante. Ya hemos citado el trabajo del Seminario de Estudios Universitarios de la UNAM donde calculan 38 millones de compatriotas que han caído en la extrema pobreza. Sin olvidar, que, ya antes de la emergencia había en México 5.6 millones de personas de entre 15 y 29 años de edad sin oportunidad de estudiar o trabajar y 6.5 millones más que laboraban en condiciones “desfavorables”. De igual manera, la Oficina de la OIT para América Latina y el Caribe advierte que “la pandemia puede no sólo destruir empleos, sino también sueños, capacitación, capital humano y perder las ganas de buscar empleo, que sería lo más grave” (La Jornada, 13/08/2020, p.16).


También, un elemento ausente en la visión presidencial, es la población que perdió el empleo y no contaba con ningún tipo de prestación. Veamos: en la industria restaurantera 7 de cada 10 empresas se encuentran en la informalidad, es decir, no ofrecen ningún tipo de seguridad social a sus empleados; y, 3 de cada 4 personas que se ocupan en esa industria lo hacen sin recibir salario. (La Jornada, 15/08/ 2020, p.21).


Se exige un drástico cambio en la política económica, no mensajes terapéuticos. Un paso definitorio será el Presupuesto de Egresos para 2021, poniendo énfasis en el impulso al ingreso y al empleo para los viejos y nuevos pobres. Insistimos: ¿de qué habla el presidente?




pedropenaloza@yahoo.com/

@pedro_penaloz

Es propio de mentes medianas embestir contra todo aquello que no les entra en la cabeza.

Antonio Machado


El ciudadano presidente tiene la convicción de que ya existen rasgos de mejoría en la economía nacional. En cada discurso lo enfatiza y lo ve como una posibilidad real. El sábado reciente señaló que, “en lo que va de agosto se han recuperado 52 mil empleos”. Su referencia son las cifras del IMSS, en donde cotizan 19 millones de trabajadores.


Sin embargo, AMLO omite señalar información laboral que pudiera dar claridad a la nueva crisis que padecemos, a saber, ¿cuántos empleos realmente se han perdido durante la crisis sanitaria de Covid-19? y ¿cuál es la población económicamente activa (PEA) actual?


En la primera pregunta, López Obrador asegura que fueron un millón de empleos formales, el Coneval ha dicho que son 10 millones de puestos de trabajo totales perdidos; en la segunda interrogante, de acuerdo con la Secretaría del Trabajo, la PEA asciende a 57 millones 328 mil 364. Si restamos a esta cifra los afiliados al IMSS e ISSSTE emerge una masa enorme de trabajadores sin ninguna red de protección social.


Ahora bien, en los datos de ingresos el panorama no es nada gratificante. Ya hemos citado el trabajo del Seminario de Estudios Universitarios de la UNAM donde calculan 38 millones de compatriotas que han caído en la extrema pobreza. Sin olvidar, que, ya antes de la emergencia había en México 5.6 millones de personas de entre 15 y 29 años de edad sin oportunidad de estudiar o trabajar y 6.5 millones más que laboraban en condiciones “desfavorables”. De igual manera, la Oficina de la OIT para América Latina y el Caribe advierte que “la pandemia puede no sólo destruir empleos, sino también sueños, capacitación, capital humano y perder las ganas de buscar empleo, que sería lo más grave” (La Jornada, 13/08/2020, p.16).


También, un elemento ausente en la visión presidencial, es la población que perdió el empleo y no contaba con ningún tipo de prestación. Veamos: en la industria restaurantera 7 de cada 10 empresas se encuentran en la informalidad, es decir, no ofrecen ningún tipo de seguridad social a sus empleados; y, 3 de cada 4 personas que se ocupan en esa industria lo hacen sin recibir salario. (La Jornada, 15/08/ 2020, p.21).


Se exige un drástico cambio en la política económica, no mensajes terapéuticos. Un paso definitorio será el Presupuesto de Egresos para 2021, poniendo énfasis en el impulso al ingreso y al empleo para los viejos y nuevos pobres. Insistimos: ¿de qué habla el presidente?




pedropenaloza@yahoo.com/

@pedro_penaloz

ÚLTIMASCOLUMNAS