/ viernes 20 de abril de 2018

Debates presidenciales

El derecho a la información y la libertad de expresión son condiciones básicas para el desarrollo de la democracia. Por ello es necesario que todas las autoridades del Estado promocionen y garanticen permanentemente su ejercicio por parte de la sociedad.

Tratándose de las autoridades electorales, por mandato constitucional éstas deben actuar conforme al principio de máxima publicidad. Ello quiere decir que tienen la obligación de proporcionar a la sociedad la mayor cantidad de información sobre el contenido de sus decisiones. De esta forma, aun cuando la determinación involucra aspectos técnicos o especializados, los motivos que llevan a la autoridad a decidir un determinado tema deben ser claros para que la población pueda analizarlos, discutirlos y, en su caso, criticarlos.

Durante el desarrollo de los procesos electorales, dicha obligación también impregna a los actores políticos. Esto es, partidos y candidatos deben maximizar la publicidad de sus programas de gobierno para que la sociedad pueda contrastarlos. La deliberación pública sobre las propuestas de campaña enriquece el debate democrático y garantiza la posibilidad de un voto informado.

Para asegurar que las ideas de los actores políticos sean conocidas y confrontadas en un mismo espacio, el INE ha decidido organizar por primera vez en la historia democrática del país 3 debates entre quienes contienden a la Presidencia de la República. Uno por cada 30 días de los 90 que duran las campañas electorales. El primero de ellos se realizará el próximo domingo y tendrá como sede la Ciudad de México. El segundo y tercer debate se celebrarán en Tijuana y Mérida, el 20 de mayo y el 12 de junio, respectivamente.


Para el primer debate, el tema central será política y gobierno. Los subtemas serán seguridad pública y violencia, combate a la corrupción e impunidad y, democracia, pluralismo y grupos en situación de vulnerabilidad. Para el segundo ejercicio de contraste, el tema principal será México en el mundo y los subtemas que discutirán las y los candidatos son comercio exterior e inversión; seguridad fronteriza y combate al crimen transnacional y derechos de los migrantes. Para el último debate el tema será economía y desarrollo. La discusión se centrará en crecimiento económico, pobreza y desigualdad; educación, ciencia y tecnología, y salud, desarrollo sustentable y cambio climático.

Estoy seguro que dichos ejercicios dejarán de ser los clásicos monólogos acartonados. Ello, ya que desde noviembre pasado, el INE aprobó diversas reglas que permitirán modernizarlos. La razón para ello se sustenta en que los debates no se agotan con la mera enunciación de propuestas, sino implican un ejercicio de confrontación, actividad que no puede alcanzarse con monólogos sin interacción entre los participantes.

Una de las reglas que buscan asegurar ese objetivo, es que la autoridad decidió otorgar a los moderadores de los debates un papel más activo.

Es decir, a diferencia de lo que estamos acostumbrados, quienes se desempeñen en esa función no se limitarán a administrar los tiempos de las rondas o a ordenar las intervenciones de los participantes. Su papel ahora tendrá incidencia en los posicionamientos de quienes participen, pues podrá haber interacción entre ellos. Por ejemplo, los moderadores podrán preguntar sobre los temas previstos de manera improvisada y solicitar que se abunde en algún punto en particular. También podrán interactuar con la candidata y los candidatos para requerir respuestas directas.

¿Este rol implica la posibilidad de que los moderadores arbitrariamente puedan incidir de manera positiva o negativa en el debate? No, por tres razones: a) Previo a la realización del debate, los partidos políticos, los candidatos o los representantes de éstos tienen prohibido contactar a los moderadores; b) Quienes se desempeñen en esa función, deben conducirse con objetividad, imparcialidad y respeto, y c) Porque en caso de que en los cuestionamientos hagan referencia a datos, éstos deberán ser verificables y los moderadores estarán obligados a señalar la fuente de los mismos.

Hoy sabemos que para este primer debate los moderadores son Azucena Uresti, Denise Maerker y Sergio Sarmiento. Los tres son periodistas con probada trayectoria en los medios de comunicación.

Desde ayer, con base en el sorteo que realizó el INE de manera transparente, también sabemos el orden de participación de la y los candidatos, así como la secuencia de intervención de los moderadores. El primero en intervenir será el candidato independiente Jaime Rodríguez, mientras quién cerrará el debate será José Antonio Meade.

El INE ha cumplido con su deber de informar a los actores políticos y a la sociedad acerca de las reglas y los mecanismos sobre las que se desarrollarán los debates. Ahora los actores políticos tienen el espacio y el incentivo de informar lo más claro posible acerca de sus propuestas, para que la sociedad tenga las herramientas necesarias para contrastarlas. Esperemos que así sea.

Asesor del Consejero Presidente del INE.

@ebuendiaz

El derecho a la información y la libertad de expresión son condiciones básicas para el desarrollo de la democracia. Por ello es necesario que todas las autoridades del Estado promocionen y garanticen permanentemente su ejercicio por parte de la sociedad.

Tratándose de las autoridades electorales, por mandato constitucional éstas deben actuar conforme al principio de máxima publicidad. Ello quiere decir que tienen la obligación de proporcionar a la sociedad la mayor cantidad de información sobre el contenido de sus decisiones. De esta forma, aun cuando la determinación involucra aspectos técnicos o especializados, los motivos que llevan a la autoridad a decidir un determinado tema deben ser claros para que la población pueda analizarlos, discutirlos y, en su caso, criticarlos.

Durante el desarrollo de los procesos electorales, dicha obligación también impregna a los actores políticos. Esto es, partidos y candidatos deben maximizar la publicidad de sus programas de gobierno para que la sociedad pueda contrastarlos. La deliberación pública sobre las propuestas de campaña enriquece el debate democrático y garantiza la posibilidad de un voto informado.

Para asegurar que las ideas de los actores políticos sean conocidas y confrontadas en un mismo espacio, el INE ha decidido organizar por primera vez en la historia democrática del país 3 debates entre quienes contienden a la Presidencia de la República. Uno por cada 30 días de los 90 que duran las campañas electorales. El primero de ellos se realizará el próximo domingo y tendrá como sede la Ciudad de México. El segundo y tercer debate se celebrarán en Tijuana y Mérida, el 20 de mayo y el 12 de junio, respectivamente.


Para el primer debate, el tema central será política y gobierno. Los subtemas serán seguridad pública y violencia, combate a la corrupción e impunidad y, democracia, pluralismo y grupos en situación de vulnerabilidad. Para el segundo ejercicio de contraste, el tema principal será México en el mundo y los subtemas que discutirán las y los candidatos son comercio exterior e inversión; seguridad fronteriza y combate al crimen transnacional y derechos de los migrantes. Para el último debate el tema será economía y desarrollo. La discusión se centrará en crecimiento económico, pobreza y desigualdad; educación, ciencia y tecnología, y salud, desarrollo sustentable y cambio climático.

Estoy seguro que dichos ejercicios dejarán de ser los clásicos monólogos acartonados. Ello, ya que desde noviembre pasado, el INE aprobó diversas reglas que permitirán modernizarlos. La razón para ello se sustenta en que los debates no se agotan con la mera enunciación de propuestas, sino implican un ejercicio de confrontación, actividad que no puede alcanzarse con monólogos sin interacción entre los participantes.

Una de las reglas que buscan asegurar ese objetivo, es que la autoridad decidió otorgar a los moderadores de los debates un papel más activo.

Es decir, a diferencia de lo que estamos acostumbrados, quienes se desempeñen en esa función no se limitarán a administrar los tiempos de las rondas o a ordenar las intervenciones de los participantes. Su papel ahora tendrá incidencia en los posicionamientos de quienes participen, pues podrá haber interacción entre ellos. Por ejemplo, los moderadores podrán preguntar sobre los temas previstos de manera improvisada y solicitar que se abunde en algún punto en particular. También podrán interactuar con la candidata y los candidatos para requerir respuestas directas.

¿Este rol implica la posibilidad de que los moderadores arbitrariamente puedan incidir de manera positiva o negativa en el debate? No, por tres razones: a) Previo a la realización del debate, los partidos políticos, los candidatos o los representantes de éstos tienen prohibido contactar a los moderadores; b) Quienes se desempeñen en esa función, deben conducirse con objetividad, imparcialidad y respeto, y c) Porque en caso de que en los cuestionamientos hagan referencia a datos, éstos deberán ser verificables y los moderadores estarán obligados a señalar la fuente de los mismos.

Hoy sabemos que para este primer debate los moderadores son Azucena Uresti, Denise Maerker y Sergio Sarmiento. Los tres son periodistas con probada trayectoria en los medios de comunicación.

Desde ayer, con base en el sorteo que realizó el INE de manera transparente, también sabemos el orden de participación de la y los candidatos, así como la secuencia de intervención de los moderadores. El primero en intervenir será el candidato independiente Jaime Rodríguez, mientras quién cerrará el debate será José Antonio Meade.

El INE ha cumplido con su deber de informar a los actores políticos y a la sociedad acerca de las reglas y los mecanismos sobre las que se desarrollarán los debates. Ahora los actores políticos tienen el espacio y el incentivo de informar lo más claro posible acerca de sus propuestas, para que la sociedad tenga las herramientas necesarias para contrastarlas. Esperemos que así sea.

Asesor del Consejero Presidente del INE.

@ebuendiaz