La sociedad mexicana vive un drama con la incidencia delictiva. Todos los días hay decenas de feminicidios u homicidios en el país. Ya no hablemos de secuestro, robo, extorsión, fraude, lesiones, corrupción, desaparición forzada, tortura o robo de hidrocarburos. Hoy en día, todos tenemos un conocido que fue víctima o testigo de un evento criminal. Nadie está a salvo del fenómeno delictivo.
Nos dicen la Fiscalía General de la República y las fiscalías locales que hacen lo mejor que pueden. Se quejan de las pocas facultades que les da la ley. Y, en última instancia, nos señalan que es culpa de los jueces. Apuntan que después de un gran trabajo, los jueces liberan a los delincuentes por tecnicismos, detalles, errores mínimos o corrupción. Les gustaría a las fiscalías y, a ciertos actores políticos, que cualquier persona acusada por el ministerio público resultara condenada. Un caso reciente es el del Lunares, dónde esos pequeños detalles, involucraban que la autoridad federal y local le estuvieran mintiendo a los jueces. En mi óptica no es trivial, pero parece que a las fiscalías les parece que sí. Cuando un ministerio público no puede demostrar dónde capturó al Lunares o la fiscalía se confunde de personas supuestamente secuestradas ¿Qué seguridad podemos tener que el Lunares sea ese gran capo del que hablan? Con tantas pruebas que señalan en los medios de comunicación ¿por qué no se las exhiben a los jueces?
Aquí debemos recordar cuando estudiábamos matemáticas en la secundaria o en la preparatoria. El procedimiento es el que legitima el resultado. El método de como arribamos a una conclusión hace que ésta sea válida. Y cuando estamos hablando de la seguridad pública, procuración de justicia y la libertad de las personas, el proceso debería ser impoluto. En un examen de opción múltiple, yo puedo adivinar el resultado de una ecuación de segundo grado discriminante. Lo anterior no quiere decir que conozca el método ni que esté seguro del resultado. Solo habla de mi buena suerte en el examen -o- de que obtuve la respuesta consultando internet y, por ende, haciendo trampa. También indica que yo podría equivocarme en las demás respuestas. La importancia de un buen procedimiento se destaca hasta en un juego de cartas, pues, nadie aceptaría jugar naipes con alguien que se guarda ases bajo la manga. ¿Por qué lo trivializamos cuando hablamos de procuración de justicia? Así las cosas, el procedimiento sí importa.
Algunas veces, parece que las autoridades están pensando en acusar gente, como en un examen de opción múltiple. Total, algún día le atinarán -o- es un resultado cercano. La ineficiencia en la seguridad pública y en la procuración de justicia es la que ha desatado la incidencia delictiva. En lo personal, espero resultados pero resultados correctos y obtenidos a través de un método válido, con ello, es que se debe rechazar la tortura como una vía para lograr una sentencia condenatoria. Ojalá que las autoridades del Estado mexicano estudien bien el método, hagan investigaciones y logren pasar el examen de un juez. Cuando uno tiene un traspié, lo peor que se puede hacer es señalar a otro, por el error propio.