/ domingo 17 de marzo de 2019

Del libro antiguo y las humanidades

Allí donde se queman los libros,

se acaba por quemar a los hombres

Heinrich Heine


El libro antiguo es el resultado de un tiempo y un proceso con características específicas, en tanto reflejo del ser social y devenir de la colectividad humana de los que es producto. No obstante, uno delos principales problemas de su estudio y análisis radica en el tema de su conceptualización, pues no existe un único criterio para definirlo por ser un objeto complejo que requiere de un diálogo interdisciplinario, no sólo desde una perspectiva textual sino también como testimonio histórico documental. No hacerlo así, le ha menoscabado en su esencia provocando, particularmente en México, un grandes conocimiento sobre su naturaleza, valor, custodia y significado, así como un abandono por cuanto a su tutela jurídica.

Desde una perspectiva cronológica es común considerar que el libro antiguo es el publicado entre los siglos XV y XVIII, esto es, después de los incunables nacidos con la imprenta primitiva -datados entre 1450 y 1500y hasta 1801-, pero cuando su categorización abarca otros aspectos, su periodización se extiende en el tiempo. Para autores como María Marsá Vila, es el manuscrito o impreso “cuya confección técnica se ha realizado íntegramente de forma manual”, lo que avanza su temporalidad hasta entrado el siglo XIX y la retrotrae hasta los códices y manuscritos previos al libro impreso. JoséMartínez de Souza reconoce a su vez la coexistencia de diversas acepciones, como sería el del impreso posterior a los incunables -de 1501 a 1525-, el producido desde la invención de la imprenta hasta una fecha que el uso o la ley determinan, el que tiene más de cien años y aquél cuya antigüedad queda estipulada y está sujeto a ciertas limitaciones en su venta y circulación. En tanto, Manuel Pedraza Gracia destaca que un libro antiguo es aquél en el que confluyen determinadas características: es escaso en número y calidad, es bello, posee historia manifiesta en su estructura material, pocas veces está en buen estado, generalmente es caro y por su naturaleza jurídicamente forma parte del patrimonio bibliográfico de un país.

Conscientes de lo anterior, los estudiosos de la archivo no mía y biblioteconomía son cada vez más proclives en abordar temas vinculados con la historia del libro y de los inventarios de librerías, con la protección legal de las obras manuscritas e impresas como bienes del patrimonio individual y colectivo, al igual que de las marcas de propiedad y de los fenómenos que dieron origen a fondos y colecciones públicos y privados. Fenómeno que desde finales del siglo XIX comenzó a manifestarse a raíz de que los diversos Estados comenzaron a proteger al libro antiguo y de que escuelas de especialistas en ciencias sociales, como la francesa de los Annales, así lo advirtieronal impulsar proyectos sobre la historia de la escritura, del libro y la lectura, como fue la edición en 1958 de la obra L’apparition du libre de Lucien Febvre y Henri-Jean Martin, a laque dieron continuidad François López y María Luisa López Vidriero. Textos en los que la historia y la bibliografía se funden, de la misma manera como lo hace la literatura con la historia del libro, al abordar la interpretación dela crítica literaria de la obra hasta su recepción en distintos momentos, atendiendo tanto la crítica textual como la historia formal del libro y la sociología delas prácticas de lectura, además del renovado interés por la reconstrucción bibliogenealógica de los fondos de libros antiguos incorporados a las bibliotecas públicas debido a los procesos de de samortización y secularización de bienes eclesiásticos que tuvieron lugar durante el siglo de cimonónico.

Por lo anterior, hablar del libro antiguo y del patrimonio documental es abordar uno de los tantos bienes de nuestra cultura, pero ilustra todo lo que nos hace falta por trabajar, comenzando por contrarrestar la pérdida de amor y respeto por el pasado, al que muchos juzgan obsoleto. La tragedia es que México ha sido saqueado en todos los órdenes, comprendido el de su patrimonio cultural por propios y extraños. Leyes laxas yo misas han coexistido con generaciones de funcionarios indolentes ante la mirada pasiva de la ciudadanía. Por ello, al saber que la iniciativa de reforma educativa en México habrá de impulsar la enseñanza de las humanidades, una luz de esperanza renace en quienes creemos en su poder transformador: si algo requieren nuestras nuevas generaciones es desarrollar su conciencia y compromiso sociales a través del civismo y de la filosofía, su sensibilidad a través del arte y de la música en particular, así como su identidad nacional a través de la historia y la geografía, pues si algo requiere de tiempo, es inculcar en la niñez y juventud el respeto y la salvaguarda de los más altos valores humanos, y uno de ellos es el respeto y sentido de preservación del patrimonio que forja nuestra identidad cultural.


bettyzanolli@gmail.com @BettyZanolli


Allí donde se queman los libros,

se acaba por quemar a los hombres

Heinrich Heine


El libro antiguo es el resultado de un tiempo y un proceso con características específicas, en tanto reflejo del ser social y devenir de la colectividad humana de los que es producto. No obstante, uno delos principales problemas de su estudio y análisis radica en el tema de su conceptualización, pues no existe un único criterio para definirlo por ser un objeto complejo que requiere de un diálogo interdisciplinario, no sólo desde una perspectiva textual sino también como testimonio histórico documental. No hacerlo así, le ha menoscabado en su esencia provocando, particularmente en México, un grandes conocimiento sobre su naturaleza, valor, custodia y significado, así como un abandono por cuanto a su tutela jurídica.

Desde una perspectiva cronológica es común considerar que el libro antiguo es el publicado entre los siglos XV y XVIII, esto es, después de los incunables nacidos con la imprenta primitiva -datados entre 1450 y 1500y hasta 1801-, pero cuando su categorización abarca otros aspectos, su periodización se extiende en el tiempo. Para autores como María Marsá Vila, es el manuscrito o impreso “cuya confección técnica se ha realizado íntegramente de forma manual”, lo que avanza su temporalidad hasta entrado el siglo XIX y la retrotrae hasta los códices y manuscritos previos al libro impreso. JoséMartínez de Souza reconoce a su vez la coexistencia de diversas acepciones, como sería el del impreso posterior a los incunables -de 1501 a 1525-, el producido desde la invención de la imprenta hasta una fecha que el uso o la ley determinan, el que tiene más de cien años y aquél cuya antigüedad queda estipulada y está sujeto a ciertas limitaciones en su venta y circulación. En tanto, Manuel Pedraza Gracia destaca que un libro antiguo es aquél en el que confluyen determinadas características: es escaso en número y calidad, es bello, posee historia manifiesta en su estructura material, pocas veces está en buen estado, generalmente es caro y por su naturaleza jurídicamente forma parte del patrimonio bibliográfico de un país.

Conscientes de lo anterior, los estudiosos de la archivo no mía y biblioteconomía son cada vez más proclives en abordar temas vinculados con la historia del libro y de los inventarios de librerías, con la protección legal de las obras manuscritas e impresas como bienes del patrimonio individual y colectivo, al igual que de las marcas de propiedad y de los fenómenos que dieron origen a fondos y colecciones públicos y privados. Fenómeno que desde finales del siglo XIX comenzó a manifestarse a raíz de que los diversos Estados comenzaron a proteger al libro antiguo y de que escuelas de especialistas en ciencias sociales, como la francesa de los Annales, así lo advirtieronal impulsar proyectos sobre la historia de la escritura, del libro y la lectura, como fue la edición en 1958 de la obra L’apparition du libre de Lucien Febvre y Henri-Jean Martin, a laque dieron continuidad François López y María Luisa López Vidriero. Textos en los que la historia y la bibliografía se funden, de la misma manera como lo hace la literatura con la historia del libro, al abordar la interpretación dela crítica literaria de la obra hasta su recepción en distintos momentos, atendiendo tanto la crítica textual como la historia formal del libro y la sociología delas prácticas de lectura, además del renovado interés por la reconstrucción bibliogenealógica de los fondos de libros antiguos incorporados a las bibliotecas públicas debido a los procesos de de samortización y secularización de bienes eclesiásticos que tuvieron lugar durante el siglo de cimonónico.

Por lo anterior, hablar del libro antiguo y del patrimonio documental es abordar uno de los tantos bienes de nuestra cultura, pero ilustra todo lo que nos hace falta por trabajar, comenzando por contrarrestar la pérdida de amor y respeto por el pasado, al que muchos juzgan obsoleto. La tragedia es que México ha sido saqueado en todos los órdenes, comprendido el de su patrimonio cultural por propios y extraños. Leyes laxas yo misas han coexistido con generaciones de funcionarios indolentes ante la mirada pasiva de la ciudadanía. Por ello, al saber que la iniciativa de reforma educativa en México habrá de impulsar la enseñanza de las humanidades, una luz de esperanza renace en quienes creemos en su poder transformador: si algo requieren nuestras nuevas generaciones es desarrollar su conciencia y compromiso sociales a través del civismo y de la filosofía, su sensibilidad a través del arte y de la música en particular, así como su identidad nacional a través de la historia y la geografía, pues si algo requiere de tiempo, es inculcar en la niñez y juventud el respeto y la salvaguarda de los más altos valores humanos, y uno de ellos es el respeto y sentido de preservación del patrimonio que forja nuestra identidad cultural.


bettyzanolli@gmail.com @BettyZanolli