/ jueves 13 de septiembre de 2018

Demócratas y atención médica

La semana pasada, Ted Cruz, el senador republicano de Texas inesperadamente en peligro de extinción, advirtió que Beto O’Rourke, su opositor demócrata, convertiría al estado en California, con “tofu, silicón y cabello teñido”.

¿Cruz realmente cree que todas las rubias en Texas —y todos los hombres de mediana edad con increíblemente pocas canas— nacieron así y ninguno se ha hecho nada?

Mientras tanto, al senador demócrata de Virginia Occidental Joe Manchin —quien superó a Donald Trump por 40 puntos— parece estarle yendo ligeramente mejor en su campaña de reelección.

¿Su arma secreta? La defensa de la Ley de Atención Médica Asequible, que redujo de manera considerable la cantidad de residentes sin seguro médico en su estado.

Estas dos contiendas epitomizan cómo se está llevando a cabo la campaña de 2018. Por una parte, la de los republicanos se basa en una política de identidad blanca, en lugar de en las políticas públicas. Es cierto, han lanzado muchos anuncios sobre inmigración, pero no sobre los verdaderos efectos de ésta. En cambio, todo se centra en una ola mítica de crímenes cometidos por gente morena que da miedo.

Por la otra, los demócratas fundamentan su campaña en cuestiones relativas a las políticas públicas, principalmente la atención médica, y prometen proteger a la gente que tiene enfermedades preexistentes, además de defender y tal vez expandir Medicare.

No obstante, los políticos hacen muchas promesas, con frecuencia vacías. Por ejemplo, los republicanos prometieron que el recorte fiscal de Trump conduciría a aumentos de sueldo, lo cual no ha ocurrido. Entonces, ¿la promesa sobre la atención médica de los demócratas es realmente creíble?

Casi cinco años después de que Obamacare entró plenamente en vigor, la respuesta es un sí completamente rotundo. No ha funcionado a la perfección y sus éxitos no han sido los que sus defensores esperaban. No obstante, ha traído un avance, en particular en estados gobernados por políticos que intentan que funcione.

Cabe recordar lo que dijeron los republicanos que pasaría antes de que la Ley de Atención Médica Asequible estuviera en línea: que no lograría reducir la cantidad de gente sin seguro, que causaría un enorme déficit en el presupuesto, que conduciría a una “espiral de la muerte” de primas en aumento y disminución en el registro.

¿Qué hay de la espiral de la muerte? Las primas en los centros de intercambio de seguros médicos establecidos por la Ley de Atención Médica Asequible en un inicio fueron mucho más bajas de lo anticipado, luego aumentaron marcadamente cuando la cantidad de gente que se inscribió en esos intercambios resultó ser menor y estar más enferma de lo que las aseguradoras habían esperado. Sin embargo, ahora los mercados se estabilizaron y los aumentos a las primas para 2019 son modestos, además de que las empresas aseguradoras regresaron a los centros de intercambio.


La semana pasada, Ted Cruz, el senador republicano de Texas inesperadamente en peligro de extinción, advirtió que Beto O’Rourke, su opositor demócrata, convertiría al estado en California, con “tofu, silicón y cabello teñido”.

¿Cruz realmente cree que todas las rubias en Texas —y todos los hombres de mediana edad con increíblemente pocas canas— nacieron así y ninguno se ha hecho nada?

Mientras tanto, al senador demócrata de Virginia Occidental Joe Manchin —quien superó a Donald Trump por 40 puntos— parece estarle yendo ligeramente mejor en su campaña de reelección.

¿Su arma secreta? La defensa de la Ley de Atención Médica Asequible, que redujo de manera considerable la cantidad de residentes sin seguro médico en su estado.

Estas dos contiendas epitomizan cómo se está llevando a cabo la campaña de 2018. Por una parte, la de los republicanos se basa en una política de identidad blanca, en lugar de en las políticas públicas. Es cierto, han lanzado muchos anuncios sobre inmigración, pero no sobre los verdaderos efectos de ésta. En cambio, todo se centra en una ola mítica de crímenes cometidos por gente morena que da miedo.

Por la otra, los demócratas fundamentan su campaña en cuestiones relativas a las políticas públicas, principalmente la atención médica, y prometen proteger a la gente que tiene enfermedades preexistentes, además de defender y tal vez expandir Medicare.

No obstante, los políticos hacen muchas promesas, con frecuencia vacías. Por ejemplo, los republicanos prometieron que el recorte fiscal de Trump conduciría a aumentos de sueldo, lo cual no ha ocurrido. Entonces, ¿la promesa sobre la atención médica de los demócratas es realmente creíble?

Casi cinco años después de que Obamacare entró plenamente en vigor, la respuesta es un sí completamente rotundo. No ha funcionado a la perfección y sus éxitos no han sido los que sus defensores esperaban. No obstante, ha traído un avance, en particular en estados gobernados por políticos que intentan que funcione.

Cabe recordar lo que dijeron los republicanos que pasaría antes de que la Ley de Atención Médica Asequible estuviera en línea: que no lograría reducir la cantidad de gente sin seguro, que causaría un enorme déficit en el presupuesto, que conduciría a una “espiral de la muerte” de primas en aumento y disminución en el registro.

¿Qué hay de la espiral de la muerte? Las primas en los centros de intercambio de seguros médicos establecidos por la Ley de Atención Médica Asequible en un inicio fueron mucho más bajas de lo anticipado, luego aumentaron marcadamente cuando la cantidad de gente que se inscribió en esos intercambios resultó ser menor y estar más enferma de lo que las aseguradoras habían esperado. Sin embargo, ahora los mercados se estabilizaron y los aumentos a las primas para 2019 son modestos, además de que las empresas aseguradoras regresaron a los centros de intercambio.