/ martes 27 de octubre de 2020

Denigran al necesitado

Los datos disponibles sobre el impacto de la pandemia muestran fuertes colapsos en el nivel de producción, los cuales son aún más pronunciados en el sector servicios y, en algunos casos, son de mayor magnitud comparado con la contracción económica que se vivió con la Gran Depresión de 1929 a 1932.

Se estima que la producción cayó entre un 20 y 30 por ciento durante el cierre de la actividad económica en algunos países de la OCDE, mientras que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que la pérdida global de horas trabajadas entre el último trimestre de 2019 y el primer trimestre de 2020 suma 130 millones de empleos, pero lo peor es que se estima que se perdieron 305 millones de empleos a nivel mundial durante el segundo trimestre de 2020.

El impacto de la pandemia por coronavirus provoca la peor contracción que ha sufrido América Latina, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) estima que la economía mexicana está entre las más afectadas. “La interrupción de las cadenas de valor impactará con mayor intensidad en la economía mexicana, cuyos sectores manufactureros son los mayores de la región. “Las entidades de Naciones Unidas señalaron esta semana que cerca de 690 millones de personas padecen hambre y que unos 2.000 millones de personas en el mundo no disponen de acceso regular a alimentos inocuos, nutritivos y suficientes, esto léase bien, sin sumarle los efectos del Coronavirus los cuales pueden añadir la aterradora cifra de entre 83 y 132 millones de personas al número total de personas subalimentadas”.

En México, nuestra gran nación todos los días vemos imágenes terribles y escuchamos informaciones respecto a la lastimosa y creciente necesidad de millones de mexicanos haciendo filas eternas para recibir una despensa o un miserable recurso económico “otorgado por el gobierno federal”, no solo denigrando a quienes lo reciben, sino también poniendo en riesgo a las personas que asisten sin ningún tipo de prevención o cuidados, no acatando la sana distancia y exponiéndolos a contagios masivos del coronavirus. Lo peor, es pretender doblegar su dignidad a cambio de unos cuantos pesos, mismos que están sujetos a su “voluntaria” votación por el partido en el poder.

Por fortuna para nuestro pueblo miles de mexicanos están despertando, aunque por necesidad tiene que tomar el recuro o apoyo, su orgullo está intacto. Su Razonamiento va más allá de las dádivas gubernamentales y el reflejo de ello es la inconformidad ciudadana manifestada en redes social, medios de comunicación, charlas de comedor y desde luego, cobrarse en la urnas… como lo hicieron en Coahuila e Hidalgo. Al tiempo.



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Los datos disponibles sobre el impacto de la pandemia muestran fuertes colapsos en el nivel de producción, los cuales son aún más pronunciados en el sector servicios y, en algunos casos, son de mayor magnitud comparado con la contracción económica que se vivió con la Gran Depresión de 1929 a 1932.

Se estima que la producción cayó entre un 20 y 30 por ciento durante el cierre de la actividad económica en algunos países de la OCDE, mientras que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que la pérdida global de horas trabajadas entre el último trimestre de 2019 y el primer trimestre de 2020 suma 130 millones de empleos, pero lo peor es que se estima que se perdieron 305 millones de empleos a nivel mundial durante el segundo trimestre de 2020.

El impacto de la pandemia por coronavirus provoca la peor contracción que ha sufrido América Latina, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) estima que la economía mexicana está entre las más afectadas. “La interrupción de las cadenas de valor impactará con mayor intensidad en la economía mexicana, cuyos sectores manufactureros son los mayores de la región. “Las entidades de Naciones Unidas señalaron esta semana que cerca de 690 millones de personas padecen hambre y que unos 2.000 millones de personas en el mundo no disponen de acceso regular a alimentos inocuos, nutritivos y suficientes, esto léase bien, sin sumarle los efectos del Coronavirus los cuales pueden añadir la aterradora cifra de entre 83 y 132 millones de personas al número total de personas subalimentadas”.

En México, nuestra gran nación todos los días vemos imágenes terribles y escuchamos informaciones respecto a la lastimosa y creciente necesidad de millones de mexicanos haciendo filas eternas para recibir una despensa o un miserable recurso económico “otorgado por el gobierno federal”, no solo denigrando a quienes lo reciben, sino también poniendo en riesgo a las personas que asisten sin ningún tipo de prevención o cuidados, no acatando la sana distancia y exponiéndolos a contagios masivos del coronavirus. Lo peor, es pretender doblegar su dignidad a cambio de unos cuantos pesos, mismos que están sujetos a su “voluntaria” votación por el partido en el poder.

Por fortuna para nuestro pueblo miles de mexicanos están despertando, aunque por necesidad tiene que tomar el recuro o apoyo, su orgullo está intacto. Su Razonamiento va más allá de las dádivas gubernamentales y el reflejo de ello es la inconformidad ciudadana manifestada en redes social, medios de comunicación, charlas de comedor y desde luego, cobrarse en la urnas… como lo hicieron en Coahuila e Hidalgo. Al tiempo.



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