/ viernes 15 de febrero de 2019

Desde los tendidos de la Plaza México


  • HAY TRES ESPACIOS FUNDAMENTALES

En la estructura de la Plaza de Toros, el destinado al manejo de las reses, el destinado a los actores del espectáculo y el destinado al público; entre los que podemos destacar los corrales que es la zona a donde llegan y se alijan los toros hasta el momento de su lidia, pasando al ruedo por la puerta de toriles. El ruedo: es el gran escenario de arena o albero, donde se encierran toro y torero, su base circular permite cerrarle la línea recta al toro, quien pierde su sentido direccional y no encuentra lugar alguno para buscar su querencia. El redondel es en general amplio y puede ser dividido en zonas por círculos concéntricos desde las tablas de la barrera hasta el centro, llamados “tablas”, “tercios” y “medios”. La Barrera: Circunda el ruedo y también se conoce como “las tablas”, entre esta barrera y el muro que sostiene “el tendido” se sitúa el callejón, trinchera donde hierve el ambiente de los que protagonizan la corrida. El estribo de las tablas será as su vez el trampolín para saltar al callejón cuando lo requiera algún diestro. Los Burladeros: Son el elemento para que las cuadrillas se cubran cuando sea necesario y accedan al callejón cuando sea requerido. Las Puertas: Cada uno de los actores de la fiesta tiene su puerta. El torero sale a este escenario por la puerta de cuadrillas y por ahí volverá a salir a menos que la gloria lo haga salir por la puerta grande, o que la desgracia obligue a que lo lleven por la enfermería. La puerta de toriles es el acceso de los toros al ruedo. La de picadores que comunica con el patio de caballos y loas caballos de arrastre, puerta por la que se lleva al toro muerto al desolladero. La capilla: No todas las plazas de toros cuentan con una capilla, los toreros siempre cuentan con un altar en donde hacen oración antes de la corrida. El tendido: Es la parte destinada al público, los hay de sol y de sombra, con su diferente graderío o general.

PUES ANTIGUAMENTE LA FIESTA DE TOROS SE CELEBRABA EN LAS PLAZAS PUBLICAS

Ya con el auge del toreo a finales del siglo XVIII , se hizo necesario la construcción de coliseos idóneos para una fiesta que estaba madura. El nombre de “plaza” con el que hoy conocemos estos recintos taurinos viene del escenario donde se desarrollaban los primitivos espectáculos, la plaza amplia, céntrica y bien situada en la ciudad, cerradas sus bocacalles, donde la multitud se reunía para disfrutar de las corridas. La forma cuadrangular de las plazas mayores se volvió poco apropiada para la lidia de un toro a pie ya que el animal tiende a buscar refugio en las esquinas. De ahí que, se sintió la necesidad de construir recintos taurinos que evitaran esos rincones y de situarlos además a las afueras de la ciudad para facilitar el acceso y desalojo del público, evitando así los tumultos que se organizaban en el corazón de las ciudades. Fue el siglo XIX cuando se edificaron expresamente para celebrar la fiesta brava, recintos permanentes que Francisco Montes “Paquiro” combinó de manera brillante sus conocimientos de lidiador con su innegable talento urbanístico y arquitectónico para poner las recomendaciones y normas para la construcción de las plazas de toros en España…NOS VEREMOS MAS TARDE…QUE EL CIELO LOS JUZGUE…


  • HAY TRES ESPACIOS FUNDAMENTALES

En la estructura de la Plaza de Toros, el destinado al manejo de las reses, el destinado a los actores del espectáculo y el destinado al público; entre los que podemos destacar los corrales que es la zona a donde llegan y se alijan los toros hasta el momento de su lidia, pasando al ruedo por la puerta de toriles. El ruedo: es el gran escenario de arena o albero, donde se encierran toro y torero, su base circular permite cerrarle la línea recta al toro, quien pierde su sentido direccional y no encuentra lugar alguno para buscar su querencia. El redondel es en general amplio y puede ser dividido en zonas por círculos concéntricos desde las tablas de la barrera hasta el centro, llamados “tablas”, “tercios” y “medios”. La Barrera: Circunda el ruedo y también se conoce como “las tablas”, entre esta barrera y el muro que sostiene “el tendido” se sitúa el callejón, trinchera donde hierve el ambiente de los que protagonizan la corrida. El estribo de las tablas será as su vez el trampolín para saltar al callejón cuando lo requiera algún diestro. Los Burladeros: Son el elemento para que las cuadrillas se cubran cuando sea necesario y accedan al callejón cuando sea requerido. Las Puertas: Cada uno de los actores de la fiesta tiene su puerta. El torero sale a este escenario por la puerta de cuadrillas y por ahí volverá a salir a menos que la gloria lo haga salir por la puerta grande, o que la desgracia obligue a que lo lleven por la enfermería. La puerta de toriles es el acceso de los toros al ruedo. La de picadores que comunica con el patio de caballos y loas caballos de arrastre, puerta por la que se lleva al toro muerto al desolladero. La capilla: No todas las plazas de toros cuentan con una capilla, los toreros siempre cuentan con un altar en donde hacen oración antes de la corrida. El tendido: Es la parte destinada al público, los hay de sol y de sombra, con su diferente graderío o general.

PUES ANTIGUAMENTE LA FIESTA DE TOROS SE CELEBRABA EN LAS PLAZAS PUBLICAS

Ya con el auge del toreo a finales del siglo XVIII , se hizo necesario la construcción de coliseos idóneos para una fiesta que estaba madura. El nombre de “plaza” con el que hoy conocemos estos recintos taurinos viene del escenario donde se desarrollaban los primitivos espectáculos, la plaza amplia, céntrica y bien situada en la ciudad, cerradas sus bocacalles, donde la multitud se reunía para disfrutar de las corridas. La forma cuadrangular de las plazas mayores se volvió poco apropiada para la lidia de un toro a pie ya que el animal tiende a buscar refugio en las esquinas. De ahí que, se sintió la necesidad de construir recintos taurinos que evitaran esos rincones y de situarlos además a las afueras de la ciudad para facilitar el acceso y desalojo del público, evitando así los tumultos que se organizaban en el corazón de las ciudades. Fue el siglo XIX cuando se edificaron expresamente para celebrar la fiesta brava, recintos permanentes que Francisco Montes “Paquiro” combinó de manera brillante sus conocimientos de lidiador con su innegable talento urbanístico y arquitectónico para poner las recomendaciones y normas para la construcción de las plazas de toros en España…NOS VEREMOS MAS TARDE…QUE EL CIELO LOS JUZGUE…