/ viernes 10 de septiembre de 2021

Desde los tendidos de la Plaza México

MAS DE UN SIGLO CON LOS SILVETI

Alejandro Silveti Barry, tercera generación de tan importante dinastía, se definió por el toreo por alto. “Con un repertorio muy variado, raro hoy día, de su toreo por alto con la muleta: Ayudados, sanjuaneras, lacernistas, giraldillas, manoletinas… Alejandro Silveti nos demostró que para elevar la calidad interpretativa del toreo actual hay que retomar en definitiva las suertes del toreo por alto”, señaló el cronista Federico Garibay Anaya, ya en la Plaza de La Gloria, de este torero que arrolló en las Plazas de Centro y Sudamérica, con enromes triunfos en España, Francia, en el “Valle del Terror”, Portugal, diez países y todo el mapa taurino de nuestro México. De recia personalidad, como afirmó: “Creo tener rasgos del temperamento recio de mi abuelo y de las hechuras clásicas de mi padre”. Alejandro Silveti, ahora apoderado de toreros, reconocido por su valor y arte, el matador mexicano digno representante de una dinastía de gigantes, nació en la capital mexicana el 27 de diciembre de 1956. Debutó como novillero a los 27 años tras haber cursado sus estudios de Arquitectura, el 16 de septiembre de 1983. Cuatro años más tarde, el 27 de octubre, debutó en la Plaza México con astados de Javier Garfias. Tomó la alternativa en Irapuato el 21 de marzo de 1988, confirmó su doctorado en la Plaza México el 10 de diciembre de 1989. Casi cinco años después, el 14 de mayo de 1994 ratificó en Las Ventas con el toro “Pastelero” de la ganadería de Peñajara. El 15 de enero de 2000, su padre le cortó la coleta en la plaza de Morelia, en una tarde que obtuvo dos orejas y rabo y salió a hombros.

DAVID SILVETI BARRY, TORERO SUBLIME, EL “REY DAVID”

“Jamás vi torear con más verdad, quietud y arte aunados. Valor diamantino, temple sedoso, natural apostura y facultades de cristal. Especial carencia esta última que le impide apoyar sus frágiles y maltrechas piernas sobre la arena con lo que ello supone, de incuestionable drama y añadido mérito. La simbiosis torera más trágica y a la vez más hermosa que se me haya dado disfrutar en los más de cuarenta años que llevo viendo torear. No, no exageraban sus panegiristas, sino que se han quedado cortos. Solo como se pone delante de los toros, como los aguanta, como se ajusta y embragueta, como los lleva embelesados lentamente hasta detrás de su cadera y por cómo no abandona el sitio que elige en cada cite, merece el monumento que el mismo se erige en cada una de las suertes que consuma. Para los amantes del toreo de arte diré que el de David Silveti es mejor mil veces que el de Curro Romero y Rafael de Paula juntos. Este torero único, hijo, hermano y nieto de toreros que no hace mucho sembraron de triunfos los ruedos de América, España, Francia y Portugal”. Me dijo y escribió después el cronista español José Antonio del Moral respetado y temido por sus severas y acertadas reseñas y crónicas en diarios. Numerosos libros taurinos dan fe de ser uno de los más prolíficos y leídos escritores. David Silveti, considerado el último de los maestros mexicanos nació en la Ciudad de México el 3 de octubre de 1955 y tan sólo 12 años después comenzó a torear becerras, Tomó la alternativa el 20 de noviembre en 1977 en la Plaza Revolución de Guanajuato. Confirmó su doctorado en La México en 1979. Ratificó su alternativa con astados de San Mateo en la Plaza de las Ventas, Madrid, el 24 de mayo de 1987.

NOS VEREMOS MAS TARDE…

…QUE EL CIELO LOS JUZGUE…

MAS DE UN SIGLO CON LOS SILVETI

Alejandro Silveti Barry, tercera generación de tan importante dinastía, se definió por el toreo por alto. “Con un repertorio muy variado, raro hoy día, de su toreo por alto con la muleta: Ayudados, sanjuaneras, lacernistas, giraldillas, manoletinas… Alejandro Silveti nos demostró que para elevar la calidad interpretativa del toreo actual hay que retomar en definitiva las suertes del toreo por alto”, señaló el cronista Federico Garibay Anaya, ya en la Plaza de La Gloria, de este torero que arrolló en las Plazas de Centro y Sudamérica, con enromes triunfos en España, Francia, en el “Valle del Terror”, Portugal, diez países y todo el mapa taurino de nuestro México. De recia personalidad, como afirmó: “Creo tener rasgos del temperamento recio de mi abuelo y de las hechuras clásicas de mi padre”. Alejandro Silveti, ahora apoderado de toreros, reconocido por su valor y arte, el matador mexicano digno representante de una dinastía de gigantes, nació en la capital mexicana el 27 de diciembre de 1956. Debutó como novillero a los 27 años tras haber cursado sus estudios de Arquitectura, el 16 de septiembre de 1983. Cuatro años más tarde, el 27 de octubre, debutó en la Plaza México con astados de Javier Garfias. Tomó la alternativa en Irapuato el 21 de marzo de 1988, confirmó su doctorado en la Plaza México el 10 de diciembre de 1989. Casi cinco años después, el 14 de mayo de 1994 ratificó en Las Ventas con el toro “Pastelero” de la ganadería de Peñajara. El 15 de enero de 2000, su padre le cortó la coleta en la plaza de Morelia, en una tarde que obtuvo dos orejas y rabo y salió a hombros.

DAVID SILVETI BARRY, TORERO SUBLIME, EL “REY DAVID”

“Jamás vi torear con más verdad, quietud y arte aunados. Valor diamantino, temple sedoso, natural apostura y facultades de cristal. Especial carencia esta última que le impide apoyar sus frágiles y maltrechas piernas sobre la arena con lo que ello supone, de incuestionable drama y añadido mérito. La simbiosis torera más trágica y a la vez más hermosa que se me haya dado disfrutar en los más de cuarenta años que llevo viendo torear. No, no exageraban sus panegiristas, sino que se han quedado cortos. Solo como se pone delante de los toros, como los aguanta, como se ajusta y embragueta, como los lleva embelesados lentamente hasta detrás de su cadera y por cómo no abandona el sitio que elige en cada cite, merece el monumento que el mismo se erige en cada una de las suertes que consuma. Para los amantes del toreo de arte diré que el de David Silveti es mejor mil veces que el de Curro Romero y Rafael de Paula juntos. Este torero único, hijo, hermano y nieto de toreros que no hace mucho sembraron de triunfos los ruedos de América, España, Francia y Portugal”. Me dijo y escribió después el cronista español José Antonio del Moral respetado y temido por sus severas y acertadas reseñas y crónicas en diarios. Numerosos libros taurinos dan fe de ser uno de los más prolíficos y leídos escritores. David Silveti, considerado el último de los maestros mexicanos nació en la Ciudad de México el 3 de octubre de 1955 y tan sólo 12 años después comenzó a torear becerras, Tomó la alternativa el 20 de noviembre en 1977 en la Plaza Revolución de Guanajuato. Confirmó su doctorado en La México en 1979. Ratificó su alternativa con astados de San Mateo en la Plaza de las Ventas, Madrid, el 24 de mayo de 1987.

NOS VEREMOS MAS TARDE…

…QUE EL CIELO LOS JUZGUE…