/ jueves 27 de junio de 2019

Desgracia médica autoinfligida

El fin de semana, The Washington Post publicó una descripción entristecedora de una clínica médica temporal en Cleveland, Tennessee, una instalación que ofreció atención médica gratuita durante dos días por orden de llegada.

Cientos de personas arribaron muchas horas antes de que abriera la clínica, ya que las zonas rurales en Estados Unidos están sufriendo una crisis severa de disponibilidad de servicios médicos, pues los hospitales están cerrando y los doctores se están marchando.

El hecho es que los republicanos que están al frente de Tennessee y otros estados “no expansionistas” han elegido infligir desgracias a muchos de sus votantes, los residentes rurales en particular. Además, ni siquiera es un problema de dinero: el gobierno federal habría pagado por la expansión de Medicaid.

Así que, si las zonas rurales de Estados Unidos están sufriendo, una gran parte de la explicación es una crueldad política innecesaria.

Esta crueldad les ha negado un seguro de salud a millones de personas que podrían haberlo tenido con tan sólo una firma. Además, los hospitales rurales están cerrando, los doctores rurales se están marchando, principalmente porque la gente no puede pagar la atención médica.

Un ejemplo de lo que quiero decir: basta comparar Tennessee con su vecino Kentucky. Apenas en 2013, justo antes de que la Ley de Atención Médica Asequible entrara en vigor por completo, los dos estados eran similares en términos de atención médica: en ambos estados, más o menos 20 por ciento de los adultos que no eran de la tercera edad carecían de un seguro. Sin embargo, a diferencia de Tennessee, Kentucky sí expandió Medicaid, y también hizo todo lo posible para que funcionara Obamacare.

El resultado fue una caída de dos terceras partes en la tasa de la gente sin seguro. Al mismo tiempo, el progreso en Tennessee fue mucho más limitado.

En este momento, la probabilidad de que los adultos en Tennessee no tengan seguro médico es del doble en comparación con sus vecinos.

Por supuesto, si Estados Unidos fuera como cualquier otra nación rica, y ofreciera algún tipo de atención médica universal, no habría ninguna persona sin seguro. Esas escenas entristecedoras en Cleveland serían inconcebibles en cualquier otra parte del mundo desarrollado. Sin embargo, la ACA no es una aspiración futura, ya es un programa existente… y mucha de la desgracia médica en las zonas rurales de Estados Unidos se podría evitar si los estados como Tennessee estuvieran dispuestos a aprovechar el programa.

Y no estamos hablando sólo de tener un seguro. Estamos hablando de que haya o no doctores y hospitales disponibles para ofrecer atención médica. Es verdad, se han cerrado hospitales rurales en muchos estados a medida que se reduce la población no metropolitana. Sin embargo, un proyecto que rastrea los cierres de hospitales rurales desde 2010 encontró que una gran mayoría ha ocurrido en estados donde no se expandió Medicaid. En California, han cerrado cuatro hospitales rurales, pero en Texas han sido 17. Tennessee ha cerrado tres veces más hospitales que Kentucky.

El fin de semana, The Washington Post publicó una descripción entristecedora de una clínica médica temporal en Cleveland, Tennessee, una instalación que ofreció atención médica gratuita durante dos días por orden de llegada.

Cientos de personas arribaron muchas horas antes de que abriera la clínica, ya que las zonas rurales en Estados Unidos están sufriendo una crisis severa de disponibilidad de servicios médicos, pues los hospitales están cerrando y los doctores se están marchando.

El hecho es que los republicanos que están al frente de Tennessee y otros estados “no expansionistas” han elegido infligir desgracias a muchos de sus votantes, los residentes rurales en particular. Además, ni siquiera es un problema de dinero: el gobierno federal habría pagado por la expansión de Medicaid.

Así que, si las zonas rurales de Estados Unidos están sufriendo, una gran parte de la explicación es una crueldad política innecesaria.

Esta crueldad les ha negado un seguro de salud a millones de personas que podrían haberlo tenido con tan sólo una firma. Además, los hospitales rurales están cerrando, los doctores rurales se están marchando, principalmente porque la gente no puede pagar la atención médica.

Un ejemplo de lo que quiero decir: basta comparar Tennessee con su vecino Kentucky. Apenas en 2013, justo antes de que la Ley de Atención Médica Asequible entrara en vigor por completo, los dos estados eran similares en términos de atención médica: en ambos estados, más o menos 20 por ciento de los adultos que no eran de la tercera edad carecían de un seguro. Sin embargo, a diferencia de Tennessee, Kentucky sí expandió Medicaid, y también hizo todo lo posible para que funcionara Obamacare.

El resultado fue una caída de dos terceras partes en la tasa de la gente sin seguro. Al mismo tiempo, el progreso en Tennessee fue mucho más limitado.

En este momento, la probabilidad de que los adultos en Tennessee no tengan seguro médico es del doble en comparación con sus vecinos.

Por supuesto, si Estados Unidos fuera como cualquier otra nación rica, y ofreciera algún tipo de atención médica universal, no habría ninguna persona sin seguro. Esas escenas entristecedoras en Cleveland serían inconcebibles en cualquier otra parte del mundo desarrollado. Sin embargo, la ACA no es una aspiración futura, ya es un programa existente… y mucha de la desgracia médica en las zonas rurales de Estados Unidos se podría evitar si los estados como Tennessee estuvieran dispuestos a aprovechar el programa.

Y no estamos hablando sólo de tener un seguro. Estamos hablando de que haya o no doctores y hospitales disponibles para ofrecer atención médica. Es verdad, se han cerrado hospitales rurales en muchos estados a medida que se reduce la población no metropolitana. Sin embargo, un proyecto que rastrea los cierres de hospitales rurales desde 2010 encontró que una gran mayoría ha ocurrido en estados donde no se expandió Medicaid. En California, han cerrado cuatro hospitales rurales, pero en Texas han sido 17. Tennessee ha cerrado tres veces más hospitales que Kentucky.