Por Dra. Samantha Namnum G.
Coordinadora del Observatorio Ciudadano de la Subcuenca de Valle de Bravo-Amanalco
Este año 2022 se cumplen cincuenta años de la denominada Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente Humano, celebrada en Estocolmo, Suecia del 5 al 16 de junio de 1972, la cual vino a marcar un hito en el reconocimiento del estrecho vínculo del medio ambiente con el bienestar del hombre, los pueblos, el goce de los derechos humanos fundamentales y el desarrollo económico del mundo entero.
Es a partir de esta década de los setentas cuando comienza un desarrollo del derecho ambiental internacional, potencializado en 1992, con la celebración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo celebrada en Rio de Janeiro, Brasil; conferencia a partir de la cual se consolida el concepto de Desarrollo Sostenible y emanan instrumentos internacionales de importancia global, que a la fecha liderean las políticas internacionales ambientales, como es la agenda de cambio climático y de biodiversidad. Así mismo en el ámbito nacional, se forja el reconocimiento del derecho a un medio ambiente sano en la mayoría de las constituciones de los Estados, y surgen movimientos sociales en pro del medio ambiente que pugnan por una Justicia ambiental y climática.
En alabanza a estas dos conferencias, se celebra cada 5 de junio desde 1974, el día mundial del Medio Ambiente, auspiciado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Esta celebración conmemora un llamado a hacer conciencia mundial, frente a un mundo devastado por el crecimiento económico desigual, la pobreza y la sobre explotación de los recursos naturales. Es a la vez, un llamado universal, sociedad y gobierno, para dar cumplimiento a los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, emanados de la Agenda 2030.
Este día nos invita a “pensar globalmente y actuar localmente” , es decir a tener en cuenta la salud de todo el planeta, su medio ambiente y recursos naturales a la vez de realizar todas aquellas acciones desde el ámbito local y comunitario, encaminadas a propiciar el bienestar social y el desarrollo sustentable.
Esas acciones locales, tienen que ver con el cuidado de nuestras cuencas como proveedoras de agua y reguladoras del clima; así como de nuestras áreas naturales protegidas, como espacios de conservación de los ecosistemas, la biodiversidad y los servicios ambientales.
Hablando de ésto, la cuenca de Valle de Bravo- Amanalco, así como el “Área de Protección de Recursos Naturales, Zona Protectora Forestal los terrenos constitutivos de las cuencas de los ríos Valle de Bravo, Malacatepec, Tilostoc y Temascaltepec” dentro de la cuales se encuentra el Municipio de Valle de Bravo requieren de un llamado de atención en este día tan importante.
Los servicios ambientales que presta esta región son de suma importancia no solo para los que viven e interactúan en dicho lugar, sino para los millones de ciudadanos que se benefician de sus ecosistemas ya que a través del Sistema Cutzamala se provee el 37 % del agua que consumen los ciudadanos de 13 alcaldías de la CDMX y 14 municipios del Estado de México. De igual forma, los bosques de pino-encino y mesófilos de montaña localizados en la región, llevan a cabo funciones importantísimas de regulación del clima y prevención de efectos adversos provocados por el cambio climático; a la vez de ser el hábitat de emblemáticas especies de flora y fauna, muchas de ellas endémicas y bajo alguna categoría de riesgo.
No obstante, la importancia de esta cuenca a nivel nacional, hoy en día, existen una serie de factores que ponen en riesgo no solo a su ecosistema, sino a la satisfacción de las necesidades básicas de los ciudadanos, traducidas en violaciones al derecho humano al agua, al medio ambiente sano, a la salud y a la vida, entre otros.
Entre las principales problemáticas ambientales que se presentan en la región se encuentra la tala desmedida de bosques, profundizándose el deterioro de la cobertura vegetal y los procesos de erosión. Existe a su vez una carencia de servicios de saneamiento y ausencia de sistemas eficaces de tratamiento de aguas residuales lo cual genera graves problemas de contaminación a los manantiales, afluentes y presas. En específico, en el Municipio de Valle de Bravo, desde la apertura del ramal a Valle de Bravo, inaugurado en 2011, la presión al cambio de uso de suelo de forestal y agropecuario a habitacional ha sido exponencial causándose un grave deterioro por ende de los recursos suelo, agua, bosque y biodiversidad.
Ante tal problemática, se requiere hacer un llamado a tomar conciencia y acciones corresponsables y coordinadas entre los tres ámbitos de gobierno: federal, estatal y municipal y en concertación con los diferentes sectores y actores locales, así como aquellos beneficiados por los servicios ambientales. Se requiere una aplicación efectiva de la normatividad en materia ambiental y de desarrollo urbano, a la vez de una mayor toma de conciencia de los ciudadanos para el cuidado del medio ambiente, el respeto a las zonas forestales y el cuidado del recurso hídrico, tomando en cuenta que éstos no son ilimitados. Lo anterior será la única forma de generar un cambio para “vivir de manera sostenible y en armonía con la naturaleza” llamado que nos hace hoy 5 de junio “Dia Mundial del medio Ambiente” el PNUMA en su celebración cuyo lema es #UnaSolaTierra.
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