/ jueves 27 de mayo de 2021

Diplomacia de las cadenas de suministro

El pasado 15 de abril en mi entrega de la “Disrupción de las cadenas de suministro: una amenaza global”, bauticé el término diplomacia de las cadenas de suministro. Procederé a explicar mi propuesta.

Diplomacia

Ya he compartido en varios momento que, de manera sintetizada, la diplomacia es el arte que cada país lleva sus relaciones exteriores.

Se sabe que la diplomacia existe desde la antigüedad y actualmente ha diversificado su campo de acción. Quisiera resaltar que esta disciplina -merecedora de profundo estudio- cuenta ya con diversas subdisciplinas (si queremos verlas así) como diplomacia: digital, cultural, turística, comercial, pública, migratoria, de desarme nuclear, de la salud global, científica, corporativa, entre muchas otras más. También, algunos casos a nivel mundial han sido motivo para el surgimiento de conceptos como: diplomacia de la deuda, diplomacia del dólar, diplomacia de las mascarillas, diplomacia de las vacunas, diplomacia del petróleo, etc.

Por lo que hablar de un nuevo “músculo” dentro de la diplomacia, no debe resultar extraño.

Cadenas de suministro (CdS)

Ya en mi anterior entrega había compartido que las CdS son todas las actividades relacionadas a las empresas desde la materia prima hasta el consumo final, incluyendo a todos los actores, procesos y servicios involucrados. Hablar de una Segunda Guerra Fría 2.0 implica un cambio de paradigma en esta conceptualización. Ahora, veo la necesidad de que las empresas hagan diplomacia corporativa pero también los gobiernos.

Diplomacia corporativa

Ésta debe contar con 5 características: i) actores con los que se relaciona la empresa, ii) en qué contexto se desarrolla, iii) cuáles es el objetivo de su actividad, iv) de qué manera desarrolla su actividad y v) de qué actividad se trata. Por lo que podría definirse como la capacidad de influencia sobre actores gubernamentales para crear oportunidades de negocios a través de la colaboración con autoridades públicas para que el proceso de toma de decisiones impacte en sus procesos comerciales y/o de inversión; tomando en cuenta que se deben minimizar los costos políticos, se debe proteger la imagen corporativa y se debe cuidar la reputación de la empresa. Este tipo de diplomacia puede servir para manejo de crisis o aprovechamiento de oportunidades de negocios.

Diplomacia de las CdS (DCdS)

Lo importante a considerar es que la disrupción de las CdS ya puede convertirse en una amenaza global y como ejemplo clave son los chips. El nuevo oro electrónico ha puesto en jaque mate a industrias como: la aeroespacial, la automotriz, la de los videojuegos y la de los celulares. El exceso de demanda vs. la oferta ha generado una escasez global de los semiconductores. Cualquier disrupción llega a afectar toda la cadena de suministro de productos e inclusive de sectores. Por lo que en tiempos de pandemia, no hay manera de recuperar el tiempo perdido para el caso de desabasto de materias primas para sectores clave.

Las CdS se enfrentan a los siguientes riesgos exógenos:

  • Naturales: eventos de los actos de Dios como: tsunamis, terremotos, erupciones volcánicas, etc.
  • Políticos: golpes de estado, nacionalizaciones, expropiaciones, etc.
  • Físicos: actos terroristas, robos por parte de grupos criminales, piratas en vías marítimas, etc.
  • Reputación: cada empresa debe cuidar no sólo su propia reputación sino la de la de sus proveedores, clientes, socios y países donde ubican sus fábricas, ya que hay casos de violación de derechos laborales o humanos que pueden impactar su imagen.
  • Geopolíticos: sanciones económicas, el caso del embargo de Estados Unidos a Irán, el caso del bloqueo del buque Ever Given en el Canal de Suez en Egipto, entre otros.
  • Económicos: crisis financieras, volatilidad de mercados bursátiles, devaluación de monedas, etc.
  • Cibernéticos: la ciber delincuencia está haciendo ransomware, que es el hackeo del sistema informático de empresas u oficinas gubernamentales para luego pedir un rescate económico para liberar el control cibernético. Un claro ejemplo de esto es el reciente caso de la empresa Colonial Pipeline, que tuvo una gran afectación en el suministro de combustible en el lado este de Estados Unidos.

Ante alguno de estos riesgos, se requiere de diplomacia corporativa pero ojo, ya no sólo se trata de hablar que por necesidad de manejo de crisis, sólo son estos entes los actores que requieren hacer diplomacia con otros interlocutores. Sino que, ahora es el gobierno, quien también requiere tejer finamente su diplomacia con las empresas para ir de la mano para resolver este tipo de adversidades por el impacto geoestratégico y la vulnerabilidad que lo pone como actor político.

Hoy pongo a la atención de los lectores de la urgente necesidad de un ‘bordado fino a mano’ de esta DCdS ya que el rol de actores ha cambiado como también los riesgos y las amenazas globales.

Coordinadora

Licenciatura en Negocios Globales

Universidad Iberoamericana

Twitter y Linkedin: @AribelContreras

Facebook / Instagram: aribeldiplomatique


El pasado 15 de abril en mi entrega de la “Disrupción de las cadenas de suministro: una amenaza global”, bauticé el término diplomacia de las cadenas de suministro. Procederé a explicar mi propuesta.

Diplomacia

Ya he compartido en varios momento que, de manera sintetizada, la diplomacia es el arte que cada país lleva sus relaciones exteriores.

Se sabe que la diplomacia existe desde la antigüedad y actualmente ha diversificado su campo de acción. Quisiera resaltar que esta disciplina -merecedora de profundo estudio- cuenta ya con diversas subdisciplinas (si queremos verlas así) como diplomacia: digital, cultural, turística, comercial, pública, migratoria, de desarme nuclear, de la salud global, científica, corporativa, entre muchas otras más. También, algunos casos a nivel mundial han sido motivo para el surgimiento de conceptos como: diplomacia de la deuda, diplomacia del dólar, diplomacia de las mascarillas, diplomacia de las vacunas, diplomacia del petróleo, etc.

Por lo que hablar de un nuevo “músculo” dentro de la diplomacia, no debe resultar extraño.

Cadenas de suministro (CdS)

Ya en mi anterior entrega había compartido que las CdS son todas las actividades relacionadas a las empresas desde la materia prima hasta el consumo final, incluyendo a todos los actores, procesos y servicios involucrados. Hablar de una Segunda Guerra Fría 2.0 implica un cambio de paradigma en esta conceptualización. Ahora, veo la necesidad de que las empresas hagan diplomacia corporativa pero también los gobiernos.

Diplomacia corporativa

Ésta debe contar con 5 características: i) actores con los que se relaciona la empresa, ii) en qué contexto se desarrolla, iii) cuáles es el objetivo de su actividad, iv) de qué manera desarrolla su actividad y v) de qué actividad se trata. Por lo que podría definirse como la capacidad de influencia sobre actores gubernamentales para crear oportunidades de negocios a través de la colaboración con autoridades públicas para que el proceso de toma de decisiones impacte en sus procesos comerciales y/o de inversión; tomando en cuenta que se deben minimizar los costos políticos, se debe proteger la imagen corporativa y se debe cuidar la reputación de la empresa. Este tipo de diplomacia puede servir para manejo de crisis o aprovechamiento de oportunidades de negocios.

Diplomacia de las CdS (DCdS)

Lo importante a considerar es que la disrupción de las CdS ya puede convertirse en una amenaza global y como ejemplo clave son los chips. El nuevo oro electrónico ha puesto en jaque mate a industrias como: la aeroespacial, la automotriz, la de los videojuegos y la de los celulares. El exceso de demanda vs. la oferta ha generado una escasez global de los semiconductores. Cualquier disrupción llega a afectar toda la cadena de suministro de productos e inclusive de sectores. Por lo que en tiempos de pandemia, no hay manera de recuperar el tiempo perdido para el caso de desabasto de materias primas para sectores clave.

Las CdS se enfrentan a los siguientes riesgos exógenos:

  • Naturales: eventos de los actos de Dios como: tsunamis, terremotos, erupciones volcánicas, etc.
  • Políticos: golpes de estado, nacionalizaciones, expropiaciones, etc.
  • Físicos: actos terroristas, robos por parte de grupos criminales, piratas en vías marítimas, etc.
  • Reputación: cada empresa debe cuidar no sólo su propia reputación sino la de la de sus proveedores, clientes, socios y países donde ubican sus fábricas, ya que hay casos de violación de derechos laborales o humanos que pueden impactar su imagen.
  • Geopolíticos: sanciones económicas, el caso del embargo de Estados Unidos a Irán, el caso del bloqueo del buque Ever Given en el Canal de Suez en Egipto, entre otros.
  • Económicos: crisis financieras, volatilidad de mercados bursátiles, devaluación de monedas, etc.
  • Cibernéticos: la ciber delincuencia está haciendo ransomware, que es el hackeo del sistema informático de empresas u oficinas gubernamentales para luego pedir un rescate económico para liberar el control cibernético. Un claro ejemplo de esto es el reciente caso de la empresa Colonial Pipeline, que tuvo una gran afectación en el suministro de combustible en el lado este de Estados Unidos.

Ante alguno de estos riesgos, se requiere de diplomacia corporativa pero ojo, ya no sólo se trata de hablar que por necesidad de manejo de crisis, sólo son estos entes los actores que requieren hacer diplomacia con otros interlocutores. Sino que, ahora es el gobierno, quien también requiere tejer finamente su diplomacia con las empresas para ir de la mano para resolver este tipo de adversidades por el impacto geoestratégico y la vulnerabilidad que lo pone como actor político.

Hoy pongo a la atención de los lectores de la urgente necesidad de un ‘bordado fino a mano’ de esta DCdS ya que el rol de actores ha cambiado como también los riesgos y las amenazas globales.

Coordinadora

Licenciatura en Negocios Globales

Universidad Iberoamericana

Twitter y Linkedin: @AribelContreras

Facebook / Instagram: aribeldiplomatique