/ sábado 14 de mayo de 2022

Disco duro | Empresarios 2024: Colosio

Comentábamos en la entrega pasada que los empresarios, industriales y comerciantes mantienen opiniones divergentes sobre la manera que habrán de enfrentar la sucesión presidencial de aquí a dos años: unos en franco desafío al gobierno, pero sin candidato a la vista; y otros, más cautos, apostando a algún candidato moderado del partido oficial. La incógnita era el Grupo Monterrey.

No bien había acabado de dar el último teclazo a esa columna cuando comenzó a llegar, de distintos ámbitos y niveles de la IP, el nombre de Luis Donaldo Colosio Riojas, un joven y serio político, alcalde de Monterrey.

Alguien susurró: “Fíjate en este detalle: AMLO logró su presencia y posicionamiento tras casi 20 años de campaña, este personaje lo tiene por tres tragedias y para mayor problema para Morena su nombre está en calles, glorietas y monumentos. Sin negativos y con la simpatía de quien pierde a su familia, no hay razón para que el PRI no se sume o el PRD. Lo interesante, en todo caso, será saber qué haría el PAN.”

No tiene negativos, en efecto, porque no tiene trayectoria. Para efectos prácticos tampoco ha hecho nada. No sabemos de algún proyecto de nación propio, alternativo al de la 4T. ¿Podría el solo apellido llevarlo adelante?

La respuesta vino de alguna manera en la encuesta del periódico Reforma publicada el pasado lunes, donde Colosio quedó con el 26% de preferencias electorales presidenciales, sólo debajo de Marcelo Ebrard (34%) y de Claudia Sheinbaum (33%). Sin haber hecho algo notable en su vida pública, el joven tiene un activo político latente de ese tamaño.

¿Cómo pulir ese diamante en bruto? Con poderosos capitales regios atrás, el dinero no sería problema. En lo político, su militancia en Movimiento Ciudadano es una ventaja pues no se identifica en automático con el desprestigio de PRI y PAN. Tendría a un mentor con colmillo, como Dante Delgado, que le sabe de todo a AMLO, y que a su vez es prescindible si él mismo se volviera un negativo para el muchacho.

La lógica es que con su imagen de seriedad, contrastante con la del locuaz Samuel García --quien enfrenta ya el desgaste de ser gobernador de Nuevo León--, Colosio no lo puede hacer peor que alguien de Morena.

Ya dio un traspié al presentarse en estado inconveniente a una sesión de cabildo, episodio que el oficialismo se encargó de agrandar y difundir. De aquí en adelante lo van a vigilar con lupa.

Quizá lo estén quemando muy pronto, a falta de un candidato opositor idóneo. Puede que la idea de su candidatura sea producto de la desesperación opositora. Pero falta escucharlo a él: ¿quiere o no?, ¿enarbola los ideales de su padre, aquellos del discurso del “Veo un México con hambre y sed de justicia”, que tanto molestó a Salinas de Gortari?, ¿se prestaría a ser un apéndice de empresarios?, ¿cuál va a ser su legado en la alcaldía de Monterrey; qué lo distinguirá del resto de políticos en el país?

La Caja Sucesoria apenas se está abriendo, y no parece que vaya a ser un día de campo para nadie, como parecía hasta hace unas pocas semanas…

Comentábamos en la entrega pasada que los empresarios, industriales y comerciantes mantienen opiniones divergentes sobre la manera que habrán de enfrentar la sucesión presidencial de aquí a dos años: unos en franco desafío al gobierno, pero sin candidato a la vista; y otros, más cautos, apostando a algún candidato moderado del partido oficial. La incógnita era el Grupo Monterrey.

No bien había acabado de dar el último teclazo a esa columna cuando comenzó a llegar, de distintos ámbitos y niveles de la IP, el nombre de Luis Donaldo Colosio Riojas, un joven y serio político, alcalde de Monterrey.

Alguien susurró: “Fíjate en este detalle: AMLO logró su presencia y posicionamiento tras casi 20 años de campaña, este personaje lo tiene por tres tragedias y para mayor problema para Morena su nombre está en calles, glorietas y monumentos. Sin negativos y con la simpatía de quien pierde a su familia, no hay razón para que el PRI no se sume o el PRD. Lo interesante, en todo caso, será saber qué haría el PAN.”

No tiene negativos, en efecto, porque no tiene trayectoria. Para efectos prácticos tampoco ha hecho nada. No sabemos de algún proyecto de nación propio, alternativo al de la 4T. ¿Podría el solo apellido llevarlo adelante?

La respuesta vino de alguna manera en la encuesta del periódico Reforma publicada el pasado lunes, donde Colosio quedó con el 26% de preferencias electorales presidenciales, sólo debajo de Marcelo Ebrard (34%) y de Claudia Sheinbaum (33%). Sin haber hecho algo notable en su vida pública, el joven tiene un activo político latente de ese tamaño.

¿Cómo pulir ese diamante en bruto? Con poderosos capitales regios atrás, el dinero no sería problema. En lo político, su militancia en Movimiento Ciudadano es una ventaja pues no se identifica en automático con el desprestigio de PRI y PAN. Tendría a un mentor con colmillo, como Dante Delgado, que le sabe de todo a AMLO, y que a su vez es prescindible si él mismo se volviera un negativo para el muchacho.

La lógica es que con su imagen de seriedad, contrastante con la del locuaz Samuel García --quien enfrenta ya el desgaste de ser gobernador de Nuevo León--, Colosio no lo puede hacer peor que alguien de Morena.

Ya dio un traspié al presentarse en estado inconveniente a una sesión de cabildo, episodio que el oficialismo se encargó de agrandar y difundir. De aquí en adelante lo van a vigilar con lupa.

Quizá lo estén quemando muy pronto, a falta de un candidato opositor idóneo. Puede que la idea de su candidatura sea producto de la desesperación opositora. Pero falta escucharlo a él: ¿quiere o no?, ¿enarbola los ideales de su padre, aquellos del discurso del “Veo un México con hambre y sed de justicia”, que tanto molestó a Salinas de Gortari?, ¿se prestaría a ser un apéndice de empresarios?, ¿cuál va a ser su legado en la alcaldía de Monterrey; qué lo distinguirá del resto de políticos en el país?

La Caja Sucesoria apenas se está abriendo, y no parece que vaya a ser un día de campo para nadie, como parecía hasta hace unas pocas semanas…