/ sábado 29 de mayo de 2021

Disco duro | La pésima semana de AMLO 

Él siempre lo va a leer como parte de los “ataques de sus adversarios, enojados por los privilegios perdidos”, pero lo cierto es que la mala imagen internacional del presidente López Obrador se ha llevado entre las patas al país.

Y no sólo ha sido The Economist y su tema de portada sobre el falso mesías y al calificarlo como un peligro para la democracia mexicana. Sino también aparece en el libro “10 lecciones para un mundo post-pandemia”, de Fareed Zakaria, quien lo coloca junto con Jair Bolssonaro y Donald Trump como uno de los presidentes más torpes, enemigos de la ciencia y causantes de miles de muertes innecesarias por ignorar en etapas tempranas la seriedad del Covid-19.

Sólo esta semana nos degradaron la calificación internacional de seguridad aeronáutica, por ineficiencias de la SCT y el empeño por sacar adelante un aeropuerto de segunda, sin futuro logístico.

También fuimos el hazmerreír de los negocios al comprar una refinería en Texas, al 10% del valor de Dos Bocas, con la que se producirá la misma cantidad de gasolina. Refinería que Shell ya no quería porque va a orientar su negocio a las energías limpias, y que operará con grandes restricciones estadounidenses por ser contaminante. Al día siguiente de comprada Moody´s degradó la calificación de dicha refinería. Por eso la estaban vendiendo tan barata.

Pero para el Presidente todo lo que él decide es genial y ayudará al pueblo de México. Es más, todo lo anterior no importa, lo que vale es ganar la elección, por eso viola la Ley Electoral a diario y al final resulta que el enemigo máximo es el INE. Por eso ya hay diputados de Morena, como Sergio Gutiérrez Luna, que sin empacho dicen que hay que regresar al INE a Gobernación, que “no pasaría nada”. Inaceptable.

El enemigo no son los criminales que han ejecutado a 88 políticos durante esta campaña, 34 de ellos candidatos, lo cual también es otro escándalo internacional pero que él sólo reduce al amarillismo de los medios. Para él la estrategia de protección de candidatos está funcionando.

Abrazos, no balazos, a los criminales, para ellos amnistía y que hagan lo que quieran por todo el país, la ciudadanía que se cuide como pueda. Tener narco munícipes no le preocupa…. mientras gane Morena.

A una semana de la elección, el presidente está vuelto más un operador político, que el Presidente de todos los mexicanos que debería ser. Mientras tenga la aprobación ciega de una mayoría de la población, la menos favorecida por el desarrollo, a la que se puede manipular, ya con eso. Apura vacunas y regreso a clases que él supone le dará muchos votos… ¿El país?, que se vaya al caño.

En el USB…

Con la candidez que a veces muestra, el presidente “encontró” que la gente más ilustrada de este país, desde los que estudian licenciatura o tienen posgrados –los más pensantes-- no lo apoyan. Desprecia a la academia, las letras, a los científicos, a la educación… el subconsciente lo traiciona…

Él siempre lo va a leer como parte de los “ataques de sus adversarios, enojados por los privilegios perdidos”, pero lo cierto es que la mala imagen internacional del presidente López Obrador se ha llevado entre las patas al país.

Y no sólo ha sido The Economist y su tema de portada sobre el falso mesías y al calificarlo como un peligro para la democracia mexicana. Sino también aparece en el libro “10 lecciones para un mundo post-pandemia”, de Fareed Zakaria, quien lo coloca junto con Jair Bolssonaro y Donald Trump como uno de los presidentes más torpes, enemigos de la ciencia y causantes de miles de muertes innecesarias por ignorar en etapas tempranas la seriedad del Covid-19.

Sólo esta semana nos degradaron la calificación internacional de seguridad aeronáutica, por ineficiencias de la SCT y el empeño por sacar adelante un aeropuerto de segunda, sin futuro logístico.

También fuimos el hazmerreír de los negocios al comprar una refinería en Texas, al 10% del valor de Dos Bocas, con la que se producirá la misma cantidad de gasolina. Refinería que Shell ya no quería porque va a orientar su negocio a las energías limpias, y que operará con grandes restricciones estadounidenses por ser contaminante. Al día siguiente de comprada Moody´s degradó la calificación de dicha refinería. Por eso la estaban vendiendo tan barata.

Pero para el Presidente todo lo que él decide es genial y ayudará al pueblo de México. Es más, todo lo anterior no importa, lo que vale es ganar la elección, por eso viola la Ley Electoral a diario y al final resulta que el enemigo máximo es el INE. Por eso ya hay diputados de Morena, como Sergio Gutiérrez Luna, que sin empacho dicen que hay que regresar al INE a Gobernación, que “no pasaría nada”. Inaceptable.

El enemigo no son los criminales que han ejecutado a 88 políticos durante esta campaña, 34 de ellos candidatos, lo cual también es otro escándalo internacional pero que él sólo reduce al amarillismo de los medios. Para él la estrategia de protección de candidatos está funcionando.

Abrazos, no balazos, a los criminales, para ellos amnistía y que hagan lo que quieran por todo el país, la ciudadanía que se cuide como pueda. Tener narco munícipes no le preocupa…. mientras gane Morena.

A una semana de la elección, el presidente está vuelto más un operador político, que el Presidente de todos los mexicanos que debería ser. Mientras tenga la aprobación ciega de una mayoría de la población, la menos favorecida por el desarrollo, a la que se puede manipular, ya con eso. Apura vacunas y regreso a clases que él supone le dará muchos votos… ¿El país?, que se vaya al caño.

En el USB…

Con la candidez que a veces muestra, el presidente “encontró” que la gente más ilustrada de este país, desde los que estudian licenciatura o tienen posgrados –los más pensantes-- no lo apoyan. Desprecia a la academia, las letras, a los científicos, a la educación… el subconsciente lo traiciona…