/ sábado 3 de julio de 2021

Disco duro | Muerte en Cruz Azul 

Los diferendos al interior de la Cooperativa Cruz Azul son de tal magnitud y cuantía, que la sangre parece haber llegado al río.

El pasado jueves 24 de junio asesinaron de un balazo en la cabeza a Antonio Moya Espinoza, a plena luz del día, en el estacionamiento de la tienda del ISSSTE de la colonia Narvarte en la ciudad de México, Los victimarios salieron tranquilamente del lugar, sin que nadie hiciera algo para detenerlos.

Más tarde se sabría que la víctima era un cooperativista de Cruz Azul, afín al grupo de disidentes que están con Federico Sarabia Pozo, quien se ostenta como presidente del Consejo de Administración de la Cooperativa, vía una asamblea que no reconocen las autoridades laborales, las que, por el contrario, mantienen el aval oficial al grupo de Víctor Manuel Velázquez Rangel y José Antonio Marín, como legítimos directivos del Consejo de Administración.

Cargos que estos últimos habrían obtenido con el apoyo de la Presidencia de la Republica, de algún modo interesada en hacer a un lado a Guillermo Álvarez del control de la cooperativa, según ya hemos contado.

Moya Espinoza fue en su momento un hombre clave en la interlocución de la Cooperativa, dirigida por Guillermo “Billy” Álvarez, con el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, o cuando menos así consta en documentos firmados por Erwin Lino, jefe de la Oficina de la Presidencia en el sexenio pasado.

En la disputa entre leales a “Billy” Álvarez y los que apoyan a Velázquez y Marín, se acusó en su momento a Moya, sin pruebas públicas, de proteger ventas ilegales de cemento.

Tras el asesinato, ambos bandos exigieron su esclarecimiento. Velázquez Rangel pidió en un video hacer a un lado las diferencias que existen entre cooperativistas, aprovechó para hacer un un llamado a la unidad y exigió a las autoridades dar con los culpables.

Por su parte, Sarabia Pozo emitió un comunicado en el que puso al homicidio en un contexto “de acoso y amenazas que hemos sufrido y denunciado los cooperativistas en los últimos meses”, pidió a las autoridades “una investigación seria, profesional, responsable” y calificó a Toño Moya como “un compañero ejemplar que buscó siempre el beneficio de nuestra cooperativa (...)”

Antecedentes

Sarabia Pozo argumenta que al menos 500 cooperativistas, de un total de 714 socios, lo apoyaron en asamblea del 26 de agosto de 2020 como presidente del Consejo de Administración, pero que litigios interpuestos por el grupo encabezado por José Antonio Marín y Víctor Manuel Velázquez le han impedido ocupar el cargo.

Más aún, en diciembre pasado se giró orden de aprehensión contra Sarabia y cinco personas más por haber solicitado a la jueza 54 del Tribunal de Justicia de la Ciudad de México el control de la Cooperativa presentándose con cargos que la autoridad consideró falsos.

Jorge Morales Borbón, vocero de la actual cooperativa Cruz Azul, reconoció que Sarabia es socio, pero que la sesión en la que dice haber sido electo no fue una asamblea constitutiva, sino únicamente “una reunión de amigos del señor Guillermo Álvarez Cuevas”.

Los grupos ya han llegado a los golpes, como por ejemplo cuando los cooperativistas leales a Guillermo Álvarez impideron que los afines a Velázquez y Marín tomaran las instalaciones de la planta cementera de Hidalgo, también en agosto del año pasado. Ambos grupos se acusaron en esa ocasión de ir armados.

Las autoridades laborales y judiciales deberán estar pendientes de este grave tema, antes de que haya más muertos en el camino, sean del bando que sean. Y, en el caso de Moya, dar con los culpables para verificar si su asesinato está relacionado con su vida en la cooperativa o responde a un asunto distinto.

Los diferendos al interior de la Cooperativa Cruz Azul son de tal magnitud y cuantía, que la sangre parece haber llegado al río.

El pasado jueves 24 de junio asesinaron de un balazo en la cabeza a Antonio Moya Espinoza, a plena luz del día, en el estacionamiento de la tienda del ISSSTE de la colonia Narvarte en la ciudad de México, Los victimarios salieron tranquilamente del lugar, sin que nadie hiciera algo para detenerlos.

Más tarde se sabría que la víctima era un cooperativista de Cruz Azul, afín al grupo de disidentes que están con Federico Sarabia Pozo, quien se ostenta como presidente del Consejo de Administración de la Cooperativa, vía una asamblea que no reconocen las autoridades laborales, las que, por el contrario, mantienen el aval oficial al grupo de Víctor Manuel Velázquez Rangel y José Antonio Marín, como legítimos directivos del Consejo de Administración.

Cargos que estos últimos habrían obtenido con el apoyo de la Presidencia de la Republica, de algún modo interesada en hacer a un lado a Guillermo Álvarez del control de la cooperativa, según ya hemos contado.

Moya Espinoza fue en su momento un hombre clave en la interlocución de la Cooperativa, dirigida por Guillermo “Billy” Álvarez, con el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, o cuando menos así consta en documentos firmados por Erwin Lino, jefe de la Oficina de la Presidencia en el sexenio pasado.

En la disputa entre leales a “Billy” Álvarez y los que apoyan a Velázquez y Marín, se acusó en su momento a Moya, sin pruebas públicas, de proteger ventas ilegales de cemento.

Tras el asesinato, ambos bandos exigieron su esclarecimiento. Velázquez Rangel pidió en un video hacer a un lado las diferencias que existen entre cooperativistas, aprovechó para hacer un un llamado a la unidad y exigió a las autoridades dar con los culpables.

Por su parte, Sarabia Pozo emitió un comunicado en el que puso al homicidio en un contexto “de acoso y amenazas que hemos sufrido y denunciado los cooperativistas en los últimos meses”, pidió a las autoridades “una investigación seria, profesional, responsable” y calificó a Toño Moya como “un compañero ejemplar que buscó siempre el beneficio de nuestra cooperativa (...)”

Antecedentes

Sarabia Pozo argumenta que al menos 500 cooperativistas, de un total de 714 socios, lo apoyaron en asamblea del 26 de agosto de 2020 como presidente del Consejo de Administración, pero que litigios interpuestos por el grupo encabezado por José Antonio Marín y Víctor Manuel Velázquez le han impedido ocupar el cargo.

Más aún, en diciembre pasado se giró orden de aprehensión contra Sarabia y cinco personas más por haber solicitado a la jueza 54 del Tribunal de Justicia de la Ciudad de México el control de la Cooperativa presentándose con cargos que la autoridad consideró falsos.

Jorge Morales Borbón, vocero de la actual cooperativa Cruz Azul, reconoció que Sarabia es socio, pero que la sesión en la que dice haber sido electo no fue una asamblea constitutiva, sino únicamente “una reunión de amigos del señor Guillermo Álvarez Cuevas”.

Los grupos ya han llegado a los golpes, como por ejemplo cuando los cooperativistas leales a Guillermo Álvarez impideron que los afines a Velázquez y Marín tomaran las instalaciones de la planta cementera de Hidalgo, también en agosto del año pasado. Ambos grupos se acusaron en esa ocasión de ir armados.

Las autoridades laborales y judiciales deberán estar pendientes de este grave tema, antes de que haya más muertos en el camino, sean del bando que sean. Y, en el caso de Moya, dar con los culpables para verificar si su asesinato está relacionado con su vida en la cooperativa o responde a un asunto distinto.