/ sábado 24 de abril de 2021

Disco duro | Obligado fomento industrial 

Mientras en la calle y en las redes sociales los candidatos a lo que sea piden el voto sólo enseñando su cara o se cuelgan del Presidente, para criticarlo o apoyarlo, la ausencia de propuestas constructivas para salir adelante es alarmante.

Un think tank que se la pasa haciendo propuestas todo el tiempo, varias a la semana de hecho, pero que parece arar en el desierto, es el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), que dirige el economista José Luis de la Cruz.

Su narrativa base es la urgencia que existe de que se apoye a la industria nacional, bajo un plan integral que entienda la importancia de fomentar una educación de calidad, con énfasis en las ciencias duras, y un apoyo del gobierno federal a las empresas nacionales, que no sea vía proteccionismo, sino mediante impulso a la mano de obra nacional, a la creatividad e innovación mexicanas, a todo aquello que agregue valor a los productos, de tal manera que no seamos sólo pasivos compradores de tecnología foránea, sino generadores de ciencia y tecnología mexicana que nos permita competir en los mercados internacionales. Una estrategia similar a la que siguieron los exitosos países asiáticos como Corea del Sur o Taiwán.

El IDIC generó recientemente un análisis del momento económico en el que estamos y explicó que el resultado negativo del Indicador Global de Actividad Económica (IGAE) de enero (- 4.2%) no fue un hecho aislado durante el inicio del 2021. De acuerdo con INEGI y su Indicador Oportuno de Actividad Económica, durante febrero se tienen indicios de un retroceso que osciló alrededor del (-) 4.0%. Además de acuerdo con el INEGI, la Tasa de Condiciones Críticas de Ocupación muestra el 27.1% de los mexicanos ocupados lo hace en un entorno menos favorable.

La consecuencia, afirma, es un debilitamiento estructural del mercado interno que se asociará a la reducción del consumo privado (-) 10.4% del 2020. Tan solo ese hecho es un freno para el 65% del PIB de México.

Sin embargo, el IDIC registra que aun así hay signos de reactivación, pero falta para recuperar lo perdido en 2020. En el caso del sector industrial también se debe contabilizar la caída observada desde el segundo semestre del 2018.

Pronostica que a partir de este mes de abril se comenzarán a registrar tasas de crecimiento económico que podrían superar el 10% en el segundo trimestre del año y de 5% en el tercero.

Ante la ausencia de un programa de reactivación económica de parte del gobierno del prsidente López Obrador, la inercia del crecimiento se podrá mantener hasta marzo del 2022. Ello requerirá un incremento de la inversión productiva para evitar que México vuelva a exhibir tasas del PIB inferiores al 2% o hasta negativas.

Y concluye que México puede revertir la tendencia estructural descrita si implementa una estrategia de desarrollo industrial del siglo XXI: que promueva el desarrollo social a través del fortalecimiento de sus bases productivas.

Visto eso, nosotros pensamos que la 4T piensa que ataca la desigualdad regalando dinero, cuando lo en verdad útil y de largo plazo sería tener una planta industrial que aporte a su producción altos niveles de valor agregado, que compita internacionalmente y genere aquí empleos de calidad. No hay de otra.


En el USB…


Las propuestas detalladas de José Luis de la Cruz pueden leerse en el libro “México frente a su crisis: el reto de la Cuarta Transformación”, editado el año pasado por el IDIC y Limusa. Muy recomendable, fácil de leer, pues por sorprendente que parezca, no viene escrito en lengua economista, sino en una entendible por todos.


Mientras en la calle y en las redes sociales los candidatos a lo que sea piden el voto sólo enseñando su cara o se cuelgan del Presidente, para criticarlo o apoyarlo, la ausencia de propuestas constructivas para salir adelante es alarmante.

Un think tank que se la pasa haciendo propuestas todo el tiempo, varias a la semana de hecho, pero que parece arar en el desierto, es el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), que dirige el economista José Luis de la Cruz.

Su narrativa base es la urgencia que existe de que se apoye a la industria nacional, bajo un plan integral que entienda la importancia de fomentar una educación de calidad, con énfasis en las ciencias duras, y un apoyo del gobierno federal a las empresas nacionales, que no sea vía proteccionismo, sino mediante impulso a la mano de obra nacional, a la creatividad e innovación mexicanas, a todo aquello que agregue valor a los productos, de tal manera que no seamos sólo pasivos compradores de tecnología foránea, sino generadores de ciencia y tecnología mexicana que nos permita competir en los mercados internacionales. Una estrategia similar a la que siguieron los exitosos países asiáticos como Corea del Sur o Taiwán.

El IDIC generó recientemente un análisis del momento económico en el que estamos y explicó que el resultado negativo del Indicador Global de Actividad Económica (IGAE) de enero (- 4.2%) no fue un hecho aislado durante el inicio del 2021. De acuerdo con INEGI y su Indicador Oportuno de Actividad Económica, durante febrero se tienen indicios de un retroceso que osciló alrededor del (-) 4.0%. Además de acuerdo con el INEGI, la Tasa de Condiciones Críticas de Ocupación muestra el 27.1% de los mexicanos ocupados lo hace en un entorno menos favorable.

La consecuencia, afirma, es un debilitamiento estructural del mercado interno que se asociará a la reducción del consumo privado (-) 10.4% del 2020. Tan solo ese hecho es un freno para el 65% del PIB de México.

Sin embargo, el IDIC registra que aun así hay signos de reactivación, pero falta para recuperar lo perdido en 2020. En el caso del sector industrial también se debe contabilizar la caída observada desde el segundo semestre del 2018.

Pronostica que a partir de este mes de abril se comenzarán a registrar tasas de crecimiento económico que podrían superar el 10% en el segundo trimestre del año y de 5% en el tercero.

Ante la ausencia de un programa de reactivación económica de parte del gobierno del prsidente López Obrador, la inercia del crecimiento se podrá mantener hasta marzo del 2022. Ello requerirá un incremento de la inversión productiva para evitar que México vuelva a exhibir tasas del PIB inferiores al 2% o hasta negativas.

Y concluye que México puede revertir la tendencia estructural descrita si implementa una estrategia de desarrollo industrial del siglo XXI: que promueva el desarrollo social a través del fortalecimiento de sus bases productivas.

Visto eso, nosotros pensamos que la 4T piensa que ataca la desigualdad regalando dinero, cuando lo en verdad útil y de largo plazo sería tener una planta industrial que aporte a su producción altos niveles de valor agregado, que compita internacionalmente y genere aquí empleos de calidad. No hay de otra.


En el USB…


Las propuestas detalladas de José Luis de la Cruz pueden leerse en el libro “México frente a su crisis: el reto de la Cuarta Transformación”, editado el año pasado por el IDIC y Limusa. Muy recomendable, fácil de leer, pues por sorprendente que parezca, no viene escrito en lengua economista, sino en una entendible por todos.