/ sábado 16 de abril de 2022

Disco duro | ¿Y la Cartilla Moral?

Para muchos, estos días de asueto son propicios para el descanso y la vacación; del desconecte laboral “para cargar pila”. Para otros, son de reflexión religiosa y replanteamiento de valores personales.

Esto nos remite a la pretensión del presidente Andrés Manuel López Obrador de moralizar al país y salvar las almas de los mexicanos, como parte de su proyecto de transformación.

Un mes antes de tomar posesión anunció la convocatoria para participar en la elaboración de la llamada Constitución Moral, un documento que el presidente electo definía como una guía de principios para los mexicanos y cuyo nombre también será puesto a consulta.

Tan pronto como el 13 de enero de 2019, ya Presidente, presentó en el Valle de Chalco una versión actualizada de la Cartilla Moral de Alfonso Reyes, que data de 1944, enfatizando el respeto a valores como el amor a la Patria, a la naturaleza y a las personas.

Ese día dijo que su gobierno proponía a los ciudadanos no sólo el bienestar material del cuerpo, también el del alma. “Antes teníamos más valores, no han podido los corruptos acabar con los valores de México, pero necesitamos fortalecerlos. No es triunfar, como lo venían estableciendo, a toda costa sin escrúpulos. […] Es poder decirles a todos: sólo siendo buenos, podemos ser felices, porque la felicidad no es sólo acumular riquezas, la verdadera felicidad es estar bien con uno mismo, con nuestra conciencia y con el prójimo”

Más aún: “es preferible dejar a los hijos pobreza, pero no deshonra. Tenemos que moralizar la vida pública de México. Por eso va a empezar a distribuirse esta Cartilla Moral porque tenemos que fortalecer los valores culturales, morales, espirituales. No sólo lograr el bienestar material, sino también el bienestar del alma”.

El presidente parte de que el pueblo es mayoritariamente bueno y que la idea neoliberal, individualista y materialista echó a perder eso, por eso una cruzada evangelizadora desde el gobierno ayudaría a transformar las almas, lo que no ha sucedido en el México moderno y secularizado del siglo XXI.

Se editaron 10 mil ejemplares, que, según el plan, tendrían que ser repartidos de casa en casa por los Servidores de la Nación, y después por las iglesias evangélicas que se ofrecieron a ayudar. En la portada aparecían las figuras de Sor Juana Inés de la Cruz, Leona Vicario, Benito Juárez y Francisco I. Madero.

Nada se supo después de esa cruzada moralizadora, que pretendía rehacer el tejido social por la vía de la cartilla y de que las familias hablaran entre sí y eso ayudara a combatir flagelos como la delincuencia, una vez que las madres hablaran con sus hijos sobre lo perjudicial de andar en conductas delictivas.

Se atravesó el Covid-19, y apenas en noviembre de 2020 retomó el tema en alguna de sus conferencias mañaneras. "Vamos a dar a conocer la nueva cartilla moral porque yo ofrecí que iba a haber una constitución moral, ha generado esto mucho debate, está en los 100 compromisos que hice y quiero que antes del día primero (de diciembre de 2020), porque ya se avanzó mucho, ya se tiene un texto, se han hecho consultas, y en este mes se va a dar a conocer". Y nada.

Quizá se han dado cuenta que moralizar las almas es una tarea gigantesca que ya no puede ser inducida de puerta en puerta, como si estuviéramos en el México semi rural de mediados del siglo pasado, ni desde el gobierno, de tal manera que la candidez de tan noble idea se haya quedado trunca en el camino, como se anticipaba.

Para muchos, estos días de asueto son propicios para el descanso y la vacación; del desconecte laboral “para cargar pila”. Para otros, son de reflexión religiosa y replanteamiento de valores personales.

Esto nos remite a la pretensión del presidente Andrés Manuel López Obrador de moralizar al país y salvar las almas de los mexicanos, como parte de su proyecto de transformación.

Un mes antes de tomar posesión anunció la convocatoria para participar en la elaboración de la llamada Constitución Moral, un documento que el presidente electo definía como una guía de principios para los mexicanos y cuyo nombre también será puesto a consulta.

Tan pronto como el 13 de enero de 2019, ya Presidente, presentó en el Valle de Chalco una versión actualizada de la Cartilla Moral de Alfonso Reyes, que data de 1944, enfatizando el respeto a valores como el amor a la Patria, a la naturaleza y a las personas.

Ese día dijo que su gobierno proponía a los ciudadanos no sólo el bienestar material del cuerpo, también el del alma. “Antes teníamos más valores, no han podido los corruptos acabar con los valores de México, pero necesitamos fortalecerlos. No es triunfar, como lo venían estableciendo, a toda costa sin escrúpulos. […] Es poder decirles a todos: sólo siendo buenos, podemos ser felices, porque la felicidad no es sólo acumular riquezas, la verdadera felicidad es estar bien con uno mismo, con nuestra conciencia y con el prójimo”

Más aún: “es preferible dejar a los hijos pobreza, pero no deshonra. Tenemos que moralizar la vida pública de México. Por eso va a empezar a distribuirse esta Cartilla Moral porque tenemos que fortalecer los valores culturales, morales, espirituales. No sólo lograr el bienestar material, sino también el bienestar del alma”.

El presidente parte de que el pueblo es mayoritariamente bueno y que la idea neoliberal, individualista y materialista echó a perder eso, por eso una cruzada evangelizadora desde el gobierno ayudaría a transformar las almas, lo que no ha sucedido en el México moderno y secularizado del siglo XXI.

Se editaron 10 mil ejemplares, que, según el plan, tendrían que ser repartidos de casa en casa por los Servidores de la Nación, y después por las iglesias evangélicas que se ofrecieron a ayudar. En la portada aparecían las figuras de Sor Juana Inés de la Cruz, Leona Vicario, Benito Juárez y Francisco I. Madero.

Nada se supo después de esa cruzada moralizadora, que pretendía rehacer el tejido social por la vía de la cartilla y de que las familias hablaran entre sí y eso ayudara a combatir flagelos como la delincuencia, una vez que las madres hablaran con sus hijos sobre lo perjudicial de andar en conductas delictivas.

Se atravesó el Covid-19, y apenas en noviembre de 2020 retomó el tema en alguna de sus conferencias mañaneras. "Vamos a dar a conocer la nueva cartilla moral porque yo ofrecí que iba a haber una constitución moral, ha generado esto mucho debate, está en los 100 compromisos que hice y quiero que antes del día primero (de diciembre de 2020), porque ya se avanzó mucho, ya se tiene un texto, se han hecho consultas, y en este mes se va a dar a conocer". Y nada.

Quizá se han dado cuenta que moralizar las almas es una tarea gigantesca que ya no puede ser inducida de puerta en puerta, como si estuviéramos en el México semi rural de mediados del siglo pasado, ni desde el gobierno, de tal manera que la candidez de tan noble idea se haya quedado trunca en el camino, como se anticipaba.