/ sábado 31 de marzo de 2018

Distribución

El capitalismo se apoderó del mundo, y determinará el comportamiento de las economías nacionales con sucesivos cambios tecnológicos que introducirán innovaciones en los sistemas de producción y de distribución de mercancías y en fórmulas nunca antes imaginadas de operaciones bancarias o de financiamiento y situación de fondos en lugares muy distantes de los centros fabriles y a largas, larguísimas distancias de las ciudades en donde se concentran los bancos y las fábricas y los centros de envíos de nuevas mercancías por tierra, mar y aire. Las máquinas tejedoras o ensambladoras de las partes de ropa “interior y exterior”, o de automóviles o de maquinaria para la manufactura de productos de uso duradero, o de nuevas mercancías, harán posible la adopción de nuevas formas de organización fabril, de recolección y de envío de productos.

Y la Tierra quedará dividida en el mundo tecnologizado, calificado por su grado de sofisticación, determinado por su capacidad de adoptar de inmediato nuevas técnicas de producción y distribución calificadas.Y los del tercer mundo serán dominados por los países que pudieron adoptar mediante el pago correspondiente, la constante innovación productiva industrial o de distribución.Ésta, la distribución, fue la rama de la economía a la que le tomó mayor tiempo aprovechar los nuevos recursos técnicos.Hoy, la distribución la realizan en todo el mundo dos o tres compañías que descubrieron la manera de hacer llegar en el menor tiempo posible y a muy largas distancias la muy esperada mercancía, trátese de un gusto caprichoso o una pieza clave de alguna de las máquinas robotizadas. La fortuna del dueño de Amazón es superior a la de los grandes precursores de la computación, juntos. Los drones zumban por las calles de ciudades chicas grandes o muy extendidas a pocos metros del suelo, y dentro de centros fabriles o de servicios.Cada vuelo es controlado con eficacia micrométrica para que llegue en el menor tiempo posible a sus exigentes destinatarios.

Las nuevas técnicas propiciaron los cambios en el transporte transoceánico de enormes cantidades de contenedores hacia puertos primarios o en el traslado de pequeñas o minúsculas mercancías hasta la puerta de la casa del consumidor.

Las nuevas tecnologías de distribución de datos, o de comunicaciones escritas se convirtieron en una ola de cambio tecnológico de las denominadas fundamentales cuyas apariciones anteriores inauguraron una nueva etapa, un innovador capítulo de la historia de las finanzas mundiales y de la producción de bienes y servicios. Este capítulo irá directo a cambiar los métodos de producción agrícola y del transporte de alimentos. Las nuevas rutas de distribución atravesarán vías nacionales de aire, mar y tierra.El Big Brother ya no se encontrará únicamente en la pared de la minúscula habitación de los nuevos Winston Smith o Julias del nuevo milenio. Ya ni siquiera se le imputarán a la “Trama Rusa” o a la Amerekana, sus respectivas sutiles intervenciones en las elecciones presidenciales, o en la extensión del mandato del dirigente chino, o del triunfo del o de la dirigente alemana.Ya no habrá intervención que descubrir. La atmosfera, pletórica de sutiles ojos y oídos mandará desde cualquier parte del mundo, al destino elegido por los múltiples Big Brothers de la tecnología de la producción, de la distribución, la información, de los estados de ánimo y del dinero, el mensaje correspondiente. Así se manejará la Política: esa capacidad de propiciar que los habitantes de lo que fue la preciosa Canica Azul, se enteren de lo que necesita el minúsculo planeta.


El capitalismo se apoderó del mundo, y determinará el comportamiento de las economías nacionales con sucesivos cambios tecnológicos que introducirán innovaciones en los sistemas de producción y de distribución de mercancías y en fórmulas nunca antes imaginadas de operaciones bancarias o de financiamiento y situación de fondos en lugares muy distantes de los centros fabriles y a largas, larguísimas distancias de las ciudades en donde se concentran los bancos y las fábricas y los centros de envíos de nuevas mercancías por tierra, mar y aire. Las máquinas tejedoras o ensambladoras de las partes de ropa “interior y exterior”, o de automóviles o de maquinaria para la manufactura de productos de uso duradero, o de nuevas mercancías, harán posible la adopción de nuevas formas de organización fabril, de recolección y de envío de productos.

Y la Tierra quedará dividida en el mundo tecnologizado, calificado por su grado de sofisticación, determinado por su capacidad de adoptar de inmediato nuevas técnicas de producción y distribución calificadas.Y los del tercer mundo serán dominados por los países que pudieron adoptar mediante el pago correspondiente, la constante innovación productiva industrial o de distribución.Ésta, la distribución, fue la rama de la economía a la que le tomó mayor tiempo aprovechar los nuevos recursos técnicos.Hoy, la distribución la realizan en todo el mundo dos o tres compañías que descubrieron la manera de hacer llegar en el menor tiempo posible y a muy largas distancias la muy esperada mercancía, trátese de un gusto caprichoso o una pieza clave de alguna de las máquinas robotizadas. La fortuna del dueño de Amazón es superior a la de los grandes precursores de la computación, juntos. Los drones zumban por las calles de ciudades chicas grandes o muy extendidas a pocos metros del suelo, y dentro de centros fabriles o de servicios.Cada vuelo es controlado con eficacia micrométrica para que llegue en el menor tiempo posible a sus exigentes destinatarios.

Las nuevas técnicas propiciaron los cambios en el transporte transoceánico de enormes cantidades de contenedores hacia puertos primarios o en el traslado de pequeñas o minúsculas mercancías hasta la puerta de la casa del consumidor.

Las nuevas tecnologías de distribución de datos, o de comunicaciones escritas se convirtieron en una ola de cambio tecnológico de las denominadas fundamentales cuyas apariciones anteriores inauguraron una nueva etapa, un innovador capítulo de la historia de las finanzas mundiales y de la producción de bienes y servicios. Este capítulo irá directo a cambiar los métodos de producción agrícola y del transporte de alimentos. Las nuevas rutas de distribución atravesarán vías nacionales de aire, mar y tierra.El Big Brother ya no se encontrará únicamente en la pared de la minúscula habitación de los nuevos Winston Smith o Julias del nuevo milenio. Ya ni siquiera se le imputarán a la “Trama Rusa” o a la Amerekana, sus respectivas sutiles intervenciones en las elecciones presidenciales, o en la extensión del mandato del dirigente chino, o del triunfo del o de la dirigente alemana.Ya no habrá intervención que descubrir. La atmosfera, pletórica de sutiles ojos y oídos mandará desde cualquier parte del mundo, al destino elegido por los múltiples Big Brothers de la tecnología de la producción, de la distribución, la información, de los estados de ánimo y del dinero, el mensaje correspondiente. Así se manejará la Política: esa capacidad de propiciar que los habitantes de lo que fue la preciosa Canica Azul, se enteren de lo que necesita el minúsculo planeta.


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