/ jueves 18 de junio de 2020

¿Dónde quedó la bolita?

La memoria es el único paraíso del cual no podemos ser expulsados

Johann Paul Friedrich Richter


Deuda y amnesia. El pasado 7 de junio se dio a conocer que la Secretaria de Hacienda recibiría un crédito de mil millones de dólares del Banco Mundial (BM). Frente a ésta reciente deuda, el 8 de junio, el inquilino de Palacio Nacional declaró, con cierta dispersión verbal, que “el préstamo es una operación rutinaria que se pidió desde 2019”. Lo que no dijo el tabasqueño, es que en 18 meses su gobierno ha obtenido cinco préstamos de esa institución internacional, que suman en total 2 mil 130 millones de dólares. Por cierto, dicha cifra es inferior en apenas 201 millones de dólares a lo que el BM prestó a Mexico durante todo el sexenio de Enrique Peña Nieto, cuando fueron 2 mil 331 millones de dólares en 12 líneas de crédito. (Milenio, 8/6/20, p.10). Evidentemente, estos montos echan por tierra el discurso puritano de AMLO en torno al endeudamiento público.

¿Y qué destino tendrá el nuevo préstamo? En un razonamiento lógico y práctico se pensaría que se usaría para encarar los desafíos de la pandemia, sin embargo, el subsecretario de hacienda, Gabriel Yorio, quien firmó la solicitud del crédito, aclaró en una nota a medios, el mismo día 7, “que no va a financiar el programa de respuesta al Covid- 19”. Es más, Hacienda explicó que el crédito “no está ligado a ninguna actividad o proyecto específico”. Pero, precisa La Jornada (8/6/20), que el documento que el directorio del BM analizó lleva el nombre de: “Covid-19. Financiamiento de la política de desarrollo de acceso financiero”, y se dice que, “apoya parte de la respuesta de las autoridades a la crisis económica y social desencadenada por la pandemia global de Covid-19”. ¡Caramba! ¿Quién miente? ¿Para qué se usarán esos mil millones de dólares? Ese es un misterio que sólo lo saben el presidente y el secretario de Hacienda.

Epílogo. Después de éste enredo discursivo/documental, y sabiendo la urgencia que tiene AMLO de dinero fresco para reciclar su política clientelar de cara a las elecciones de 2021, no es de dudar que esos dólares se transporten rápidamente por los circuitos del rentable camino del asistencialismo. Por tal motivo, queda claro que, el discurso con tono virginal de AMLO para negar la vía del endeudamiento como una opción posible, es simplemente una pose histriónica para incautos y feligreses. La exploración e investigación del dinero público es una obligación ineludible y constitucional. La pregunta sigue vigente: ¿Dónde queda(rá) la bolita de dólares? Pronto lo sabremos. Sin duda.


pedropenaloza@yahoo.com/

@pedro_penaloz

La memoria es el único paraíso del cual no podemos ser expulsados

Johann Paul Friedrich Richter


Deuda y amnesia. El pasado 7 de junio se dio a conocer que la Secretaria de Hacienda recibiría un crédito de mil millones de dólares del Banco Mundial (BM). Frente a ésta reciente deuda, el 8 de junio, el inquilino de Palacio Nacional declaró, con cierta dispersión verbal, que “el préstamo es una operación rutinaria que se pidió desde 2019”. Lo que no dijo el tabasqueño, es que en 18 meses su gobierno ha obtenido cinco préstamos de esa institución internacional, que suman en total 2 mil 130 millones de dólares. Por cierto, dicha cifra es inferior en apenas 201 millones de dólares a lo que el BM prestó a Mexico durante todo el sexenio de Enrique Peña Nieto, cuando fueron 2 mil 331 millones de dólares en 12 líneas de crédito. (Milenio, 8/6/20, p.10). Evidentemente, estos montos echan por tierra el discurso puritano de AMLO en torno al endeudamiento público.

¿Y qué destino tendrá el nuevo préstamo? En un razonamiento lógico y práctico se pensaría que se usaría para encarar los desafíos de la pandemia, sin embargo, el subsecretario de hacienda, Gabriel Yorio, quien firmó la solicitud del crédito, aclaró en una nota a medios, el mismo día 7, “que no va a financiar el programa de respuesta al Covid- 19”. Es más, Hacienda explicó que el crédito “no está ligado a ninguna actividad o proyecto específico”. Pero, precisa La Jornada (8/6/20), que el documento que el directorio del BM analizó lleva el nombre de: “Covid-19. Financiamiento de la política de desarrollo de acceso financiero”, y se dice que, “apoya parte de la respuesta de las autoridades a la crisis económica y social desencadenada por la pandemia global de Covid-19”. ¡Caramba! ¿Quién miente? ¿Para qué se usarán esos mil millones de dólares? Ese es un misterio que sólo lo saben el presidente y el secretario de Hacienda.

Epílogo. Después de éste enredo discursivo/documental, y sabiendo la urgencia que tiene AMLO de dinero fresco para reciclar su política clientelar de cara a las elecciones de 2021, no es de dudar que esos dólares se transporten rápidamente por los circuitos del rentable camino del asistencialismo. Por tal motivo, queda claro que, el discurso con tono virginal de AMLO para negar la vía del endeudamiento como una opción posible, es simplemente una pose histriónica para incautos y feligreses. La exploración e investigación del dinero público es una obligación ineludible y constitucional. La pregunta sigue vigente: ¿Dónde queda(rá) la bolita de dólares? Pronto lo sabremos. Sin duda.


pedropenaloza@yahoo.com/

@pedro_penaloz

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