/ lunes 4 de enero de 2021

Economía 4.0 | 2021: ¿qué será diferente?

El 2020 refrendó la tendencia histórica de México desde 1982: su economía pierde posiciones a nivel mundial.

Hasta 1975, el valor del PIB mexicano era mayor al de China, Canadá, Brasil, Australia, Corea del Sur, Taiwán, La India o España: de acuerdo con las cifras de las Naciones Unidas y el Fondo Monetario Internacional (FMI), en la década de los años setenta del siglo XX la economía mexicana se ubicó en el lugar 9 del orbe. Al cierre del 2020 se colocó en la posición 16.

Hace medio siglo México tenía la economía más grande de América Latina, a la que sólo un país asiático sobrepasaba (Japón) y a la que pocos países europeos igualaban.

En menos de 50 años la historia cambió, las fallas del modelo económico mexicano, de su sistema político y de su administración pública han provocado una debilidad estructural en materia de crecimiento y desarrollo. ¿En dónde quedó el paraíso prometido?

La recesión causada por el Covid-19 agregó un nuevo capítulo a esa historia: de acuerdo con las estimaciones preliminares del FMI, el PIB nacional se ubicó en el lugar 16 del orbe, finalmente Indonesia le ha superado.

No se debe olvidar que hace seis décadas naciones como China, Corea del Sur e Indonesia eran las más pobres del mundo, todas sufrían de hambre y de los estragos causados por la guerra o por sus conflictos internos.

En medio siglo resolvieron sus desequilibrios para crecer a tasas que superan a las de México: lo hacen a través de una base industrial de alto contenido nacional.

Por su parte, durante los últimos 50 años México ha enfrentado 8 crisis de distinta naturaleza y aún no logra descifrar los factores que generan el verdadero progreso social.

Los espejismos han ocultado la ruta hacia el desarrollo. La firma de tratados internacionales y la entrada a organismos multilaterales fundados por las naciones desarrolladas no sustituyen a la creación de empresas nacionales sólidas y competitivas. La maquila genera el crecimiento que se logra con el contenido nacional.

Prometer no empobrece. En marzo del 2012, el director de Fondos de Inversión de Goldman Sachs, Jim O´Neill, afirmó en Londres que México se convertirá en la séptima economía más grande del mundo en 2020. Hoy se conoce el resultado.

En el 2021 México volverá a vivir una etapa de recuperación que deberá observarse con mucho cuidado. Salvo que el Covid-19 se desborde, el 2021 será una tregua para la economía mexicana.

Los primeros tres meses seguirán siendo negativos, a partir de abril se tendrán resultados positivos que serán producto del rebote de un sistema productivo que vivió una caída histórica durante el segundo trimestre del 2020.

¿Cuál será el saldo neto? El PIB podría crecer 4% pero ¿Qué será diferente a los años que siguieron a las crisis de 1976, 1982-83, 1985-86, 1987, 1995, 2001-02 o 2009? Todos llevaron a un aumento de la pobreza y la precarización laboral.

Después del 2021, la inercia conducirá a crecimientos de 2 para el resto del sexenio, algo que implicará un promedio inferior al 1% para el periodo 2018-2024; básicamente el escenario que condujo a la década pérdida de los años ochenta del siglo XX y a los cambios políticos que de los siguientes años.

Para tener un resultado diferente se requiere una estrategia de política económica orientada al crecimiento y el fomento a la inversión. Solo el Fortalecimiento Productivo del Mercado Interno podrá romper con el circulo vicioso de los últimos 50 años y a enfrentar la posibilidad de que el Covid-19 provoque más afectaciones.

El 2020 refrendó la tendencia histórica de México desde 1982: su economía pierde posiciones a nivel mundial.

Hasta 1975, el valor del PIB mexicano era mayor al de China, Canadá, Brasil, Australia, Corea del Sur, Taiwán, La India o España: de acuerdo con las cifras de las Naciones Unidas y el Fondo Monetario Internacional (FMI), en la década de los años setenta del siglo XX la economía mexicana se ubicó en el lugar 9 del orbe. Al cierre del 2020 se colocó en la posición 16.

Hace medio siglo México tenía la economía más grande de América Latina, a la que sólo un país asiático sobrepasaba (Japón) y a la que pocos países europeos igualaban.

En menos de 50 años la historia cambió, las fallas del modelo económico mexicano, de su sistema político y de su administración pública han provocado una debilidad estructural en materia de crecimiento y desarrollo. ¿En dónde quedó el paraíso prometido?

La recesión causada por el Covid-19 agregó un nuevo capítulo a esa historia: de acuerdo con las estimaciones preliminares del FMI, el PIB nacional se ubicó en el lugar 16 del orbe, finalmente Indonesia le ha superado.

No se debe olvidar que hace seis décadas naciones como China, Corea del Sur e Indonesia eran las más pobres del mundo, todas sufrían de hambre y de los estragos causados por la guerra o por sus conflictos internos.

En medio siglo resolvieron sus desequilibrios para crecer a tasas que superan a las de México: lo hacen a través de una base industrial de alto contenido nacional.

Por su parte, durante los últimos 50 años México ha enfrentado 8 crisis de distinta naturaleza y aún no logra descifrar los factores que generan el verdadero progreso social.

Los espejismos han ocultado la ruta hacia el desarrollo. La firma de tratados internacionales y la entrada a organismos multilaterales fundados por las naciones desarrolladas no sustituyen a la creación de empresas nacionales sólidas y competitivas. La maquila genera el crecimiento que se logra con el contenido nacional.

Prometer no empobrece. En marzo del 2012, el director de Fondos de Inversión de Goldman Sachs, Jim O´Neill, afirmó en Londres que México se convertirá en la séptima economía más grande del mundo en 2020. Hoy se conoce el resultado.

En el 2021 México volverá a vivir una etapa de recuperación que deberá observarse con mucho cuidado. Salvo que el Covid-19 se desborde, el 2021 será una tregua para la economía mexicana.

Los primeros tres meses seguirán siendo negativos, a partir de abril se tendrán resultados positivos que serán producto del rebote de un sistema productivo que vivió una caída histórica durante el segundo trimestre del 2020.

¿Cuál será el saldo neto? El PIB podría crecer 4% pero ¿Qué será diferente a los años que siguieron a las crisis de 1976, 1982-83, 1985-86, 1987, 1995, 2001-02 o 2009? Todos llevaron a un aumento de la pobreza y la precarización laboral.

Después del 2021, la inercia conducirá a crecimientos de 2 para el resto del sexenio, algo que implicará un promedio inferior al 1% para el periodo 2018-2024; básicamente el escenario que condujo a la década pérdida de los años ochenta del siglo XX y a los cambios políticos que de los siguientes años.

Para tener un resultado diferente se requiere una estrategia de política económica orientada al crecimiento y el fomento a la inversión. Solo el Fortalecimiento Productivo del Mercado Interno podrá romper con el circulo vicioso de los últimos 50 años y a enfrentar la posibilidad de que el Covid-19 provoque más afectaciones.