/ lunes 31 de mayo de 2021

Economía 4.0 | Caída y auge contable del PIB: ¿Qué hacer?

Como se había anticipado, después de siete caídas acumuladas desde el 2019, el primer trimestre del 2021 marcó el último retroceso del PIB en la primera mitad del sexenio del presidente López Obrador.

Con ello concluye una recesión que, de acuerdo con el INEGI, contabilizó una caída de (-) 8.3% en 2020, y de (-) 3.6% en el primer trimestre del 2021 (cifras originales, con ajustadas fue de – 2.8%). Ahora se deben atender las consecuencias de la crisis.

En el corto plazo, la tendencia y el ciclo de la economía se encuentran en una ruta de recuperación que continuará durante el resto del año. La tregua.

Se puede plantear que el PIB del segundo trimestre del 2021 podría crecer, de forma preliminar, hasta un 17% en su comparación anual y 5.4% para todo el año.

No obstante, existe un desafío: superar la afectación estructural causada por la magnitud de la recesión.

En referencia al PIB del primer trimestre del 2020, la cifra observada en el mismo periodo de este año es inferior en (-) 653 mil millones de pesos.

Por su parte, el sector industrial se redujo en (-) 139 mil millones de pesos. A su interior, la construcción presentó una minusvalía de (-) 81 mil millones de pesos (- 78.7 mil millones correspondieron a la edificación).

La minería es menor en (-) 24.7 mil millones de pesos: la extracción de petróleo y gas perdió (-) 17 mil millones.

La manufactura retrocedió (-) 17.4 mil millones de pesos y la generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, suministro de agua y de gas por ductos al consumidor final cayó (-) 16 mil millones de pesos.

El sector de los servicios fue el más afectado, un reflejo de lo que ocurrió en el mercado interno: retrocedió (-) 461 mil millones de pesos.

Los servicios de alojamiento temporal y de preparación de alimentos y bebidas tuvieron una minusvalía de (-) 124 mil millones de pesos. El comercio al por menor bajo (-) 60.5 mil millones de pesos. Los transportes, correo y almacenamiento perdieron (-) 146 mil millones de pesos. Los servicios educativos disminuyeron en (-) 20.9 mil millones de pesos.

¿Cómo garantizar una recuperación vigorosa y sostenible más allá del “rebote contable” que se observará durante el segundo y tercer trimestre del 2021?

A partir del 2022, únicamente un incremento superior al 10% en la inversión productiva podría evitar la convergencia del PIB a una tasa de crecimiento inferior al 2%.

La razón reside en que recesión del 2020 precarizó la capacidad de generar valor agregado del sistema productivo nacional, particularmente en el sector de la construcción, la extracción de petróleo y gas, la industria eléctrica, las manufacturas encaminadas al mercado doméstico y el sector servicios.

De igual forma se debe considerar el aumento de la pobreza laboral citado por el CONEVAL: el 39.8% de la población ocupada no tiene el ingreso económico necesario para adquirir una canasta alimentaria básica y con ello cubrir el requerimiento esencial de todo ser humano: comer.

A esto último se debe agregar el incremento en la tasa de desocupación y de la inflación.

Por ello, y para evitar el espejismo de los resultados que se contabilizaran en el resto del 2021, México debe avanzar en la implementación de una nueva estrategia de política económica fundamentada en un aumento sostenido de la inversión pública y privada, no existe otra alternativa.

Como se había anticipado, después de siete caídas acumuladas desde el 2019, el primer trimestre del 2021 marcó el último retroceso del PIB en la primera mitad del sexenio del presidente López Obrador.

Con ello concluye una recesión que, de acuerdo con el INEGI, contabilizó una caída de (-) 8.3% en 2020, y de (-) 3.6% en el primer trimestre del 2021 (cifras originales, con ajustadas fue de – 2.8%). Ahora se deben atender las consecuencias de la crisis.

En el corto plazo, la tendencia y el ciclo de la economía se encuentran en una ruta de recuperación que continuará durante el resto del año. La tregua.

Se puede plantear que el PIB del segundo trimestre del 2021 podría crecer, de forma preliminar, hasta un 17% en su comparación anual y 5.4% para todo el año.

No obstante, existe un desafío: superar la afectación estructural causada por la magnitud de la recesión.

En referencia al PIB del primer trimestre del 2020, la cifra observada en el mismo periodo de este año es inferior en (-) 653 mil millones de pesos.

Por su parte, el sector industrial se redujo en (-) 139 mil millones de pesos. A su interior, la construcción presentó una minusvalía de (-) 81 mil millones de pesos (- 78.7 mil millones correspondieron a la edificación).

La minería es menor en (-) 24.7 mil millones de pesos: la extracción de petróleo y gas perdió (-) 17 mil millones.

La manufactura retrocedió (-) 17.4 mil millones de pesos y la generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, suministro de agua y de gas por ductos al consumidor final cayó (-) 16 mil millones de pesos.

El sector de los servicios fue el más afectado, un reflejo de lo que ocurrió en el mercado interno: retrocedió (-) 461 mil millones de pesos.

Los servicios de alojamiento temporal y de preparación de alimentos y bebidas tuvieron una minusvalía de (-) 124 mil millones de pesos. El comercio al por menor bajo (-) 60.5 mil millones de pesos. Los transportes, correo y almacenamiento perdieron (-) 146 mil millones de pesos. Los servicios educativos disminuyeron en (-) 20.9 mil millones de pesos.

¿Cómo garantizar una recuperación vigorosa y sostenible más allá del “rebote contable” que se observará durante el segundo y tercer trimestre del 2021?

A partir del 2022, únicamente un incremento superior al 10% en la inversión productiva podría evitar la convergencia del PIB a una tasa de crecimiento inferior al 2%.

La razón reside en que recesión del 2020 precarizó la capacidad de generar valor agregado del sistema productivo nacional, particularmente en el sector de la construcción, la extracción de petróleo y gas, la industria eléctrica, las manufacturas encaminadas al mercado doméstico y el sector servicios.

De igual forma se debe considerar el aumento de la pobreza laboral citado por el CONEVAL: el 39.8% de la población ocupada no tiene el ingreso económico necesario para adquirir una canasta alimentaria básica y con ello cubrir el requerimiento esencial de todo ser humano: comer.

A esto último se debe agregar el incremento en la tasa de desocupación y de la inflación.

Por ello, y para evitar el espejismo de los resultados que se contabilizaran en el resto del 2021, México debe avanzar en la implementación de una nueva estrategia de política económica fundamentada en un aumento sostenido de la inversión pública y privada, no existe otra alternativa.