/ lunes 25 de enero de 2021

Economía 4.0 | Covid-19 y recesión: el círculo vicioso

“La ruta hacia el crecimiento pasa por detener las muertes. No se trata de su dinero o de su vida, sino de su dinero y de su vida”.

Tal es la afirmación del Premio Nobel Angus Deaton ante la evidencia estadística global la cual muestra que la mayor cantidad de muertes por Covid-19 se dio en naciones con la mayor contracción económica (Covid-19 and global income inequality, 2021).

La población de dichas naciones vive el peor escenario posible: precarización económica y alta mortandad por Covid-19.


El análisis de Deaton es contundente: “la pandemia ha empeorado la situación de (la mayoría) de los países, y es casi seguro que existe un aumento en la pobreza global”.

Bajo ese contexto es comprensible el valor del crecimiento económico: sintetiza los resultados alcanzados por las estrategias de política económica implementadas y de sus efectos sobre el sector privado y los hogares.

La aparición del Covid-19 en 2020 mostró la necesidad de contar con estrategias integrales: la política económica debió combinarse con la de atención de la salud pública para enfrentar con éxito el avance de la pandemia.

Deaton señala que “de hecho, en los primeros días, se discutió mucho sobre el valor de la vida y sobre una supuesta compensación entre muertes e ingresos, que los confinamientos salvarían vidas, pero destruirían la economía”. En función de su análisis la mayor caída de la economía se da en naciones con mayor número de muertes.

¿Cuál es el mensaje para países como México? Durante 40 años el país no ha logrado encontrar la fórmula para mejorar el funcionamiento de su sistema productivo.

Durante 30 años el modelo neoliberal precarizó una economía que previamente había vivido una década pérdida: se conjuntó la falla de dos estrategias distintas de política económica. ¿El resultado?: el aumento promedio anual de sólo 2.5% del PIB.

La irrupción del Covid-19 exacerbó la falla estructural: de acuerdo con el INEGI y su Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE) se puede establecer que en 2020 la economía nacional retrocedió (-) 8.3%.

Además se tuvo una minusvalía de (-) 4.3% y (-) 5.4% durante noviembre y diciembre respectivamente: México acumula 18 contracciones consecutivas y 21 en los últimos 25 meses. No todo es atribuible al Covid-19.

El mayor daño ocurrió en el sector industrial: una variación de (-) 10.3%. Ello sintetiza una merma en su capacidad para generar valor agregado lo cual sólo se podrá revertir con un incremento significativo de la inversión.

El aumento de la inversión debe considerarse como un aspecto transcendental, no habrá otra forma construir una nueva ruta hacia el desarrollo económico.

La debilidad reportada en materia de crecimiento se encuentra asociada con la merma del consumo privado, es decir, con la adquisición de bienes y servicios de los hogares mexicanos.

La caída del consumo incidió en la baja histórica del sector servicios ( -7.9%) y muestra la necesidad de implementar medidas integrales y de gran calado para lograr una sólida reactivación del mercado interno: se requiere evitar el cierre de empresas para detener la precarización del mercado laboral y fortalecer la capacidad de consumo de las familias mexicanas.

Lo descrito es parte de los pasos iniciales que México debe implementar para salir del círculo vicioso descrito por Deaton.

“La ruta hacia el crecimiento pasa por detener las muertes. No se trata de su dinero o de su vida, sino de su dinero y de su vida”.

Tal es la afirmación del Premio Nobel Angus Deaton ante la evidencia estadística global la cual muestra que la mayor cantidad de muertes por Covid-19 se dio en naciones con la mayor contracción económica (Covid-19 and global income inequality, 2021).

La población de dichas naciones vive el peor escenario posible: precarización económica y alta mortandad por Covid-19.


El análisis de Deaton es contundente: “la pandemia ha empeorado la situación de (la mayoría) de los países, y es casi seguro que existe un aumento en la pobreza global”.

Bajo ese contexto es comprensible el valor del crecimiento económico: sintetiza los resultados alcanzados por las estrategias de política económica implementadas y de sus efectos sobre el sector privado y los hogares.

La aparición del Covid-19 en 2020 mostró la necesidad de contar con estrategias integrales: la política económica debió combinarse con la de atención de la salud pública para enfrentar con éxito el avance de la pandemia.

Deaton señala que “de hecho, en los primeros días, se discutió mucho sobre el valor de la vida y sobre una supuesta compensación entre muertes e ingresos, que los confinamientos salvarían vidas, pero destruirían la economía”. En función de su análisis la mayor caída de la economía se da en naciones con mayor número de muertes.

¿Cuál es el mensaje para países como México? Durante 40 años el país no ha logrado encontrar la fórmula para mejorar el funcionamiento de su sistema productivo.

Durante 30 años el modelo neoliberal precarizó una economía que previamente había vivido una década pérdida: se conjuntó la falla de dos estrategias distintas de política económica. ¿El resultado?: el aumento promedio anual de sólo 2.5% del PIB.

La irrupción del Covid-19 exacerbó la falla estructural: de acuerdo con el INEGI y su Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE) se puede establecer que en 2020 la economía nacional retrocedió (-) 8.3%.

Además se tuvo una minusvalía de (-) 4.3% y (-) 5.4% durante noviembre y diciembre respectivamente: México acumula 18 contracciones consecutivas y 21 en los últimos 25 meses. No todo es atribuible al Covid-19.

El mayor daño ocurrió en el sector industrial: una variación de (-) 10.3%. Ello sintetiza una merma en su capacidad para generar valor agregado lo cual sólo se podrá revertir con un incremento significativo de la inversión.

El aumento de la inversión debe considerarse como un aspecto transcendental, no habrá otra forma construir una nueva ruta hacia el desarrollo económico.

La debilidad reportada en materia de crecimiento se encuentra asociada con la merma del consumo privado, es decir, con la adquisición de bienes y servicios de los hogares mexicanos.

La caída del consumo incidió en la baja histórica del sector servicios ( -7.9%) y muestra la necesidad de implementar medidas integrales y de gran calado para lograr una sólida reactivación del mercado interno: se requiere evitar el cierre de empresas para detener la precarización del mercado laboral y fortalecer la capacidad de consumo de las familias mexicanas.

Lo descrito es parte de los pasos iniciales que México debe implementar para salir del círculo vicioso descrito por Deaton.