/ lunes 28 de junio de 2021

Economía 4.0 | Crecimiento económico con inflación, la nueva realidad

Como se había anticipado, el fantasma de la inflación se ha hecho presente no sólo en México, también Estados Unidos, Canadá y otras naciones enfrentan la presión de precios. La única excepción es la Unión Europea y las economía industrializadas y productivas del Este de Asia.

Uno de los elementos precursores se encuentra en el incremento mundial de precios de las materias primas: entre mayo del 2020 y junio del presente año, en promedio se han incrementado en más de 100%.

Así, el precio de granos, energéticos y sus derivados, metales preciosos, minerales y metales de uso industrial se ha elevado en todo el orbe.

El crecimiento económico de China, Estados Unidos, Alemania, Francia, Rusia, La
India, Japón, Corea del Sur, principalmente, ha generado una demanda de materias primas e insumos industriales que ha incidido en el aumento en precios.

En función de ello, la Reserva Federal señaló que pronto modificará su estrategia de tasas de interés; una medida que se esperaba para el 2022 pero que el aumento de la inflación en abril y mayo pasados precipitará para el segundo semestre del 2021.

Por su parte China ha intentado controlar, sin éxito, el aumento en el precio de granos y metales ya sea por medio de restricciones regulatorias o al anunciar que liberará parte de su reserva estratégica de metales.

Hasta el momento los anuncios han tenido efecto temporal, la tendencia del precio de las materias primas y de sus futuros no se ha modificado por lo que la presión inflacionaria se podría mantener el resto del 2021 y, por lo menos, la primera mitad del 2022.

Todo dependerá de un factor: sí el mundo se encuentra en el inicio del conocido como super ciclo (aumento de precios en materias primas por su alta demanda y especulación financiera) la presión inflacionaria se mantendrá por varios años. El anterior super ciclo se suscitó en el período 2002-2007 y terminó al iniciar la recesión mundial.

La respuesta tradicional de política monetaria, subir tasas de interés, es inercial a un evento que se gestó durante el último año, previsible por su naturaleza. Lo que ahora se enfrenta es una consecuencia que rápidamente podría superar a dicha estrategia, particularmente en un momento en donde se vive un incremento en la demanda de bienes y servicios causado por la reactivación económica.

Bajo dicho contexto se debe valorar como positivo el resultado de crecimiento que el INEGI reportó para México durante el mes de abril, una tendencia que se mantendrá en el periodo mayo-septiembre.

No obstante, también deberá considerarse el efecto de la inflación sobre el poder adquisitivo de los salarios: todos perderán capacidad de compra (salvo en el caso del mínimo). Con ello se limita el alcance del crecimiento económico y con ello la recuperación del bienestar social.

La fórmula para enfrentar las presiones inflacionarias, medidas monetarias restrictivas de emergencia, debe acompañarse con la creación de una economía de alta productividad, una asignatura en la que México ha fracasado desde la implementación del modelo neoliberal.

La escalada en precios ocurrirá en la mayor parte del mundo, el mayor éxito en su contención se observa en los países con capacidad productiva, estrategias monetarias, fiscales y de regulación que limitan la presión de precios inflación sin afectar estructuralmente el ritmo de crecimiento.

El resto del mundo enfrentará los riesgos de un freno en su recuperación. México debe prepararse.



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Como se había anticipado, el fantasma de la inflación se ha hecho presente no sólo en México, también Estados Unidos, Canadá y otras naciones enfrentan la presión de precios. La única excepción es la Unión Europea y las economía industrializadas y productivas del Este de Asia.

Uno de los elementos precursores se encuentra en el incremento mundial de precios de las materias primas: entre mayo del 2020 y junio del presente año, en promedio se han incrementado en más de 100%.

Así, el precio de granos, energéticos y sus derivados, metales preciosos, minerales y metales de uso industrial se ha elevado en todo el orbe.

El crecimiento económico de China, Estados Unidos, Alemania, Francia, Rusia, La
India, Japón, Corea del Sur, principalmente, ha generado una demanda de materias primas e insumos industriales que ha incidido en el aumento en precios.

En función de ello, la Reserva Federal señaló que pronto modificará su estrategia de tasas de interés; una medida que se esperaba para el 2022 pero que el aumento de la inflación en abril y mayo pasados precipitará para el segundo semestre del 2021.

Por su parte China ha intentado controlar, sin éxito, el aumento en el precio de granos y metales ya sea por medio de restricciones regulatorias o al anunciar que liberará parte de su reserva estratégica de metales.

Hasta el momento los anuncios han tenido efecto temporal, la tendencia del precio de las materias primas y de sus futuros no se ha modificado por lo que la presión inflacionaria se podría mantener el resto del 2021 y, por lo menos, la primera mitad del 2022.

Todo dependerá de un factor: sí el mundo se encuentra en el inicio del conocido como super ciclo (aumento de precios en materias primas por su alta demanda y especulación financiera) la presión inflacionaria se mantendrá por varios años. El anterior super ciclo se suscitó en el período 2002-2007 y terminó al iniciar la recesión mundial.

La respuesta tradicional de política monetaria, subir tasas de interés, es inercial a un evento que se gestó durante el último año, previsible por su naturaleza. Lo que ahora se enfrenta es una consecuencia que rápidamente podría superar a dicha estrategia, particularmente en un momento en donde se vive un incremento en la demanda de bienes y servicios causado por la reactivación económica.

Bajo dicho contexto se debe valorar como positivo el resultado de crecimiento que el INEGI reportó para México durante el mes de abril, una tendencia que se mantendrá en el periodo mayo-septiembre.

No obstante, también deberá considerarse el efecto de la inflación sobre el poder adquisitivo de los salarios: todos perderán capacidad de compra (salvo en el caso del mínimo). Con ello se limita el alcance del crecimiento económico y con ello la recuperación del bienestar social.

La fórmula para enfrentar las presiones inflacionarias, medidas monetarias restrictivas de emergencia, debe acompañarse con la creación de una economía de alta productividad, una asignatura en la que México ha fracasado desde la implementación del modelo neoliberal.

La escalada en precios ocurrirá en la mayor parte del mundo, el mayor éxito en su contención se observa en los países con capacidad productiva, estrategias monetarias, fiscales y de regulación que limitan la presión de precios inflación sin afectar estructuralmente el ritmo de crecimiento.

El resto del mundo enfrentará los riesgos de un freno en su recuperación. México debe prepararse.



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